—¡Leia! — Caleb la llamó alzando la voz y claramente molesto pero ella se encerró en su coche y lo encendió para posteriormente salir de ahí —¡Maldita sea!James se soltó de forma brusca del agarre del rubio y lo empujó.—Eres un maldito imbécil— reprochó y el moreno gruñó al pretender encararlo — Sigues tratándola como algo de tu propiedad, pero no durará mucho— aseguró y estuvo dispuesto a responder a cualquier posible ataque.El ojiazul apretó sus puños y lo señaló en forma de advertencia —No eres mejor que yo James, entre los dos, tú le hiciste más daño — le recordó — Leia es mi mujer y no te quiero cerca de ella, infeliz…tu y tu hermano dejaran de meterse con lo que es mío –—Mph— James sonrió de lado cuando el ojiazul se dio media vuelta decidido a seguir a Leia —No es tan bonito estar contra la espada y la pared, ¿cierto, idiota? — alzó la voz y el rubio le dedicó una mirada cargada del desprecio que sentía por él.James extendió su sonrisa para luego darse cuenta que esos dos
Ella respiró por sus labios al verlo a los ojos y cerró los mismos cuando Caleb bajó a comer de sus senos, Leia gimió y encorvó su espalda y Caleb sólo quiso enredar sus brazos en la pequeña cintura.—Ahh— Leia se quejó cuando él mordió uno de sus pezones y apretó el otro con una de sus manos — Basta—ordenó con voz trémula.—¿Por qué? ¿No quieres? — preguntó y jadeó en su oído, sintiendo justo en ese momento el deseo del más del mes que tenía sin tocarla.—Ahh— Leia se revolvió bajo él y lo apartó — ¿y tú? ¿De verdad quieres esto o es sólo otra forma que tienes de molestarme? — replicó ella extrañándolo y ganando espacio para sentarse y aun contra el intento de Caleb de sujetarla, se puso de pie.—Sigo sin entenderte— aseguró él al verla acomodar su ropa.—Ese es el problema con nosotros— reconoció Leia al alzar su mirada seria a él — siempre hemos sido sólo esto— dijo ahora llevando su vista al sofá, recordándole lo que pretendía que hicieran — por eso cuando surgieron los problemas
Ir de compras junto a Hillary normalmente era una tortura, pero al menos por esa ocasión, lo estaba disfrutando realmente, la compañía de sus amigas le era muy grata y reconfortante, mas aun ahora que la relación entre ella y Caleb solo era discusión tras discusión, negando en silencio, la hermosa cobriza sonrió mirando las opciones que le ofrecían ambas chicas, Kristel y Hillary eran muy diferentes entre sí, eso podía notarse a simple vista por sus elecciones en vestidos, mientras que Hillary le mostraba un modelo con las espalda completamente descubierta en un atrevido color carmesí que la volvería el foco de atención de la noche, Kristel le mostraba uno mucho mas sobrio, elegante y, por supuesto, recatado en color menta, ambos eran bonitos, tenían su encanto, pero honestamente no se sentía demasiado animada por ese evento.– Te digo, ¿Crees que Leia se pondría un vestido tan atrevido en un evento al que asistirá su padre? – reprochaba la castaña a la pelicorta.– ¿Y qué tiene de ma
La chica ante sus ojos parecía haber crecido unos años en un par de horas, al rubio se le secó la boca y los ojos azulinos verdosos de ella lo detallaron mientras él no dejaba de verla, los zafiros ojos de Caleb cayeron al escote del largo vestido ajustado y carmesí, un ancho cinturón dorado, casi metálico, presumía la delgada cintura y las pronunciadas curvas de su joven esposa, la tela se ceñía a su figura y resaltaba la perfección de sus redondos y perfectos senos, mostrando no más de lo debido pero llamando mucho la atención por la forma perfecta de resaltar esos atributos; él no prestó atención a la bonita caída en lo bajo del vestido al alzar su mirada a los ojos de Leia, pasando por el largo y desnudo cuello, estaba maquillada de un modo en que nunca lo había hecho, sombras claras y oscuras resaltaban a la perfección la hermosura de sus ojos, su cabello estaba recogido en una hermosa cola que dejaba caer sus perfectos ondulados como una cascada a su espalda, al verla bajar, pud
Y mientras Leia tenía un respiro al quedarse sola, observó la cantidad de personas presentes, algunas ya sentadas en las distintas mesas, otras más disfrutando de un ligero baile al centro del lugar y las restantes se repartían por el salón y las distintas mesas de bocadillos; el padre de la cobriza apenas había volteado a verla y no sabía si eso la incomodaba o le quitaba tensión.—Alejémonos un poco— sugirió Caleb al tomarla de la cintura y girarla con él para llevarla a una mesa apartada.Leia asintió y lo siguió en silencio, ser tomada así por él luego de tanto tiempo se sintió bien.Ambos avanzaron entre mesas y personas que les sonrieron con amabilidad al reconocerlos como anfitriones, Caleb se mantuvo imperturbable ante las miradas y dejó al resto degustando su cena, charlando y algunos más pasarlos de largo para unirse a quienes bailaban; el evento fluía con tranquilidad y por suerte, Enzo parecía haber reservado hasta el final el brindis por la feliz pareja, dándoles tiempo d
Y mientras Leia bailaba con Connor, cada vez con más cercanía y familiaridad, al punto de parecer que flotaban acompañados por las decenas de parejas más, Caleb veía esto con ojos celosos.—Si tanto te molesta, ¿por qué no nos unimos? — sugirió la chica con una sonrisa luego de beber su tercer copa.—Mph— él sonrió de forma torcida y molesta al tiempo de darles la espalda a todos en la pista — ¿y caer en su juego? — preguntó de forma irónica al beber otro trago de whisky.—¿Estás ofendiéndome? — preguntó ella con un poco de diversión.—¿Me vas a decir que es casualidad?— devolvió él al verla de reojo.Adelaide extendió su sonrisa —No… no del todo— confesó fascinada al darse cuenta que Connor tenía razón al decir que el tipo no era estúpido.Justo cuando Adelaide pretendía seguir hablando, un anterior compañero de facultad se acercó a saludarla, dándole tiempo al rubio de regresar su vista a la pista de baile, vagó visualmente entre las parejas presentes y no logró ver a la razón de su
—Si me lo preguntas, luces mucho más hermosa tú que ella— dijo atrayendo la atención de la cobriza en sus brazos — Te ves realmente preciosa— añadió completamente seguro que era de las pocas personas realmente atractivas que había ahí presentes.Leia soltó el aliento desanimada, creyendo que su padre lo decía por hacerla sentir bien, regresó su mirada a Caleb y su acompañante y vio a la chica reír al haber tropezado con alguna pareja a su espalda y casi caer.«¿Qué?» se preguntó al ver a Adelaide llevar sus dos brazos al cuello de Caleb y éste sujetarla de la espalda desnuda, a consecuencia de ese vistoso escote, Leia detuvo entonces sus pasos, ella vio cierta preocupación en los ojos azul zafiro y le molestó los segundos que esos dos se vieron a los ojos.—Es un idiota.—¿Qué?—Un maldito cretino— volvió a hablar Leia y tras soltar a su padre se dio media vuelta.—Espera, Leia— pidió él al seguirla.Salieron de la pista y muy poca gente se percató que se alejaban, la mayoría estaba i
Luego de unos minutos en que el llanto de Leia era lo único que se escuchaba por encima, incluso, del soplar del viento en el exterior, ella debilitó su abrazo en el rubio; jaló aire de forma entrecortada y se sintió tonta al negar en silencio.—Yo…—¿Me amas con locura? — trató Caleb de completar su frase.Ella apenas pudo sonreír —Eres un presumido— terminó por decir.—Mph— él le acarició el cabello — Bueno… eso ya lo sabíamos— agregó con un poco de seriedad.—Siento ser tan estúpida, siento haberte hecho pasar por tanto…— se disculpó y ladeó su mirada.—Eres casi una niña, no sabias nada de la vida, siempre soñando con las cosas que te forzaron a s