လNoooo, estoy muerta, ¿qué es lo que estoy haciendo? Entre más camino, más la embarro, no puedo tener las piernas cerradas por un día más, no fue suficiente perder mi virginidad para volverme a acostar con él. ¡Otra vez sin condón! Eso no es todo, soy una pecadora, no tengo el perdón de Dios, como se me ocurre hacerlo dentro de un auto y con el chófer dentro.—Está bien, ahora que estamos solas me puedes decir que es lo que sucede, ¿por qué el jefe me llamó de repente? Quiero saber por qué estamos en mi apartamento —ella entra a la habitación que fue mía.Eso lo decidió él a última hora, según es porque aquí es mejor que en el apartamento que había comprado. Hasta se tomó el atrevimiento de llamar a Lucero para que este conmigo.—Lucero, necesito de ti, por favor necesito otra vez esa pastilla, Dios, ¡qué voy a hacer! —empiezo a caminar de un lado a otro, la idea de quedar embarazada me aterroriza—... No es que me estés preguntando, pero lo acabo de hacer en el auto, por favor, tiene
လAaahhh… me quejo. Intento mover mi cuerpo de un lado a otro, pero entre más lo intento más me duele.¿Dónde estoy?, yo recuerdo que no he probado ni una gota de licor, no soy de las que toman porque estoy acostumbrada.Abro mis ojos y lo que puedo apreciar es que estoy en el salón de TV. Acostada sobre la alfombra y una pequeña almohada sostiene mi cabeza. ¿Dónde está Lucero?La muy hija de su madre me ha dejado aquí; se fue y no tuvo la mínima decencia de decirme, “oye perra, levántate que ya me voy”.¡Juro que la mataré!Pensé que la velada que tuvimos anoche fue maravillosa; pelis, chisme, confesiones y consejos. Sin embargo, las cosas no salieron del todo bien porque ella me ha dejado en el suelo como una perra.—Lucero —grito como loca—, Lucero… Lucero.—Lo siento señorita, pero la señorita Lucero se ha ido al trabajo —escucho que se abre la puerta corrediza del salón.Oh, es la señora dulce, ella viene tres veces a la semana a limpiar el apartamento, ¡qué vergüenza!—Necesito
***—Lista, gracias —me doy una última mirada en el espejo.—Ya le dije que usted es bella, así como una modelo —dejó de tocar mi cabello, doy media vuelta y quedo frente a ella.—Tú eres preciosa —le doy un beso en la mejilla—. Me caes bien y te considero como una amiga.—Gracias —baja la mirada.—Mírame —le exijo y ella obedece dejando ver esos ojos brillosos—. No llores por algo que es cierto y ahora saldré de aquí porque ese hombre debe estar aburrido y arrepentido de venir.—Él verá que la espera valió la pena —me debo imaginar que la señora Dulce debe pensar que soy una zorra por no perder el tiempo.—Ese hombre es mi esposo y disculpa por no invitarte a mi boda, pero fue tan rápido que ni cuenta me di cuando pasó —hablé tan rápido que la confundí más de lo que ya estaba—, luego te explicaré, puede que paso a paso.Salgo de la habitación como alma me lleva un ángel y en un par de minutos estoy entrando a la sala de estar.—Pensé que te habías olvidado de mí —dice levantándose de
—Espera…—¿Qué? —se detiene ya teniendo un pie fuera y uno dentro—, estás segura de lo que quieres, ¿estás dispuesta a las consecuencias?Trago grueso, esa es una propuesta de la que tengo miedo. No voy a negar que mi miedo más grande es enamorarme de él.—Pero tú también me tienes que prometer que no te enamorarás, no soy buena para tener relaciones y sabes por qué —lo veo a los ojos, mantengo esa mirada fija, tengo que ser fuerte y no flaquear.Dios, es mejor que me trague la tierra completa, me estoy comportando como una puta, a pesar de que estamos casados.—Tenemos que tocar el tema de tu virginidad y de lo… —dice cruzándose de brazos.—Es necesario, ya no hay vuelta atrás, perdí mi virginidad.No, no quiero que toquemos ese tema, es demasiado incómodo, eso corta la tensión sexual.—Está bien, pronto hablaremos de ese tema —aspira.—Hasta que, por fin, hagamos que ambos somos aquellas personas que quieren estar juntos sin compromiso —doy dos pasos adelante, quedando a unos metros
Miento, me duele mucho la cabeza, pero tengo que ser fuerte delante de él.—No digo lo contrario, pero tu experiencia con el alcohol me dice que me mientes —siento un gran nudo en mi garganta, me he quedado perpleja a todo lo que él está diciendo.—No esperabas que te dieras cuenta.Tengo mucha rabia acumulada, hasta pensé que el alcohol podría hacer que olvidara todas las calamidades que me están sucediendo, pero un minuto de olvido no compensa, ya que luego recordaré todo de golpe y aún más al sentir esa sensación extraña que te deja el alcohol… Arrepentimiento y culpabilidad. Ah, todo esto me dice que soy una mujer de la que todo el mundo quiere ver como una fracasada.No voy a negar que su propuesta no es mala idea, pero mi maldito orgullo no quiere que me doblegue. ¿Por qué siempre quiere que baje la cabeza?Piensa… Piensa… Piensa…Tengo que asegurarme de que… Na-ah, mi vida es una total mierda y todo lo que pienso es “tu culpa, tú culpa y nuevamente tú culpa”.—Nadie te dice lo
++Gisela++Todavía el día no ha terminado y ya siento que Lucero ha estado una eternidad, ella no se detiene en regañarme porque me he arriesgado a tomar, teniendo presente que me afecta todo lo que me dice.Mi única excusa es que me dejé llevar por el momento, que pensé poder con ese alcohol, pero todo me salió lo contrario porque ahora soy la chica a la que no le deben de dar ni una sola gota de alcohol porque se muere.Estoy en la habitación junto a Lucero, ambas estamos acostadas, medio disfrutando de una de las series en Netflix, me encanta porque es esas corianas de la que te enamoras y más cuando quieres que el protagonista sea tu hombre ideal.“La propuesta laboral”, me ha gustado porque se parece un poco a mi vida, no la he terminado de ver completa, apenas voy por el capítulo cuatro y espero terminarla. ¿Será que ellos se llegan a enamorar? Pero también me gustaría que le diera oportunidad al chef.A veces pienso que mi vida es una telenovela, que todo es impredecible, sin e
Mis piernas no dejan de temblar, estoy esperando al mi ex-jefe, lo he llamado y como dijo Adal, “tienes que salir de él lo antes posible”, y veme, ahora estoy frente de la firma, esperándolo dentro de la cafetería.Hoy no tuve problema en salir de la cama, el dueño del circo no estaba en la habitación, pero antes de que mi suerte se fuera me levante de la cama y lo primero que hice fue ducharme y salir de ahí, pensando que iba a ir sola, me equivoque porque por órdenes del dueño de todo un chófer está y estará a mis órdenes, me acompañara dondequiera que vaya.Ahora esta es mi vida, lidiar con ella es una de mis metas.—Gracias por esperar —alzo la mirada y me remuevo en la silla—, estaba en una reunión.—No se preocupe —niego con la cabeza, y ahora que lo tengo de frente todo lo que iba a decir se ha esfumado, mi mente se encuentra en blanco—, no he esperado mucho.Agarro mi taza de capuchino, y como si fuese agua empiezo a empinarla. El nerviosismo me está matando.Él se pone cómodo
လEn este momento me siento como un cuaderno nuevo, “todas las hojas en blanco”, el remordimiento o ya sea dolor lo he dejado a un lado, hace un instante llamé a mi madre y su voz me hizo volver a mi realidad.Me considero un alma sensible, pero reconozco mis errores y cuando mi mayor aliento me dice que se encuentra bien por la ayuda que he estado enviando me hace doblegar y levantarme del pozo de estiércol en el que me había metido.Terminé de hablar con ella prometiéndole que no la desampararía y que daría todo de mí para que mi padre recibiera buena atención para su salud. Me trago mi bendito orgullo y vuelvo a recoger el papel que había botado, todo lo que me rodea no puedo extrañarlo porque jamás fue mío, lo mío es tener el dinero que Adal me había prometido.Esta vez no decidí encerrarme en la habitación, he venido a ver al par de cocineras que están afanadas, cocinando y horneando. Les prometí que no las interrumpiría, hasta me senté en un lado de la cocina donde ellas no me c