++Adal++

Me he encerrado en el despacho de mi casa, sin intenciones de salir, lo que hice no tiene perdón de Dios y lo peor de todo es que no quiero retractarme de mis decisiones. He dejado que Gisela se alejara y todo por no hacerme responsable del bebé que lleva dentro.

Las cosas fueron una locura extrema, salí corriendo de ahí como un perro lleno de miedo. Soy un cobarde, no necesito que nadie me lo recuerde porque eso me ha quedado muy claro.

En este instante estoy tratando de que el alcohol haga su función, quiero olvidarla, pero el amor que siento es inmenso.

—Adal, cómo se te ocurre encerrarte, tu madre está preocupada y no ha dejado de llorar porque arruinaste tu matrimonio porque ella se embarazó —la puerta de del despacho se abre, dejando ver a Alfonso—. Gisela se ha ido de Praga, no sé dónde está y es mejor que la dejes en paz, ya que ella no quiere saber nada de ti, ah, me ha pedido que deshaga el contrato junto con el matrimonio.

Dejo a un lado la botella que tenía en mis