Aunque fue difícil, le pedí que tomara un poco de aire y me dejara hablar. Ella no asintió y nada, pero si se quedó callada, dándome la oportunidad de hablar, de decirle que no quería aprovecharme de su amabilidad y que en el momento que ella dio media vuelta para dejarme sola yo fui a buscar trabajo. ¡Esté! Que no fue tan complicado, menos fácil, fue por un par de ángeles que me ayudaron y que nadie sabe que estoy embarazada, pero eso no significa que pierda las esperanza que ellos me den la oportunidad de continuar, ya que soy eficiente con el trabajo.Y llegando en el tema de Adal le digo que no temo que él me encuentre, que no tiene nada que buscar, ya que me dejó en claro lo que mi bebé y yo significamos en su vida.Lucero viene da un par de pasos, su mirada se relaja y tras respirar profundo me dice que Adal no quiere firmar el documento de divorcio y que sabe que estoy aquí porque su banco se ha encargo de informarle el dinero que has sacado en la tarjeta, esa que me dijo que c
Ah, no salí del hotel sola, Lucero se aseguró que me subiera a un taxi y que esta iba a hacer la última vez que hacía la locura de irme de su lado. Ella no vino conmigo porque le dije que debía despedirme del par de mujeres que me abrieron las puertas de su casa y corazón. Les debo la verdad y dar la cara, necesito decirles que me tengo que ir, que planeaba quedarme un tiempo aquí, pero después de hablar con los padres de Lucero no que quedó la menor duda de que mi camino es irme, prepararme y ser alguien para mi bebé. No quiero que le falte nada.Espero que ellas entiendan que tengo que buscar la mejoría y estabilidad, ya que si me quedo puedo correr el riesgo de que me despidan y de que Adal aparezca con una carta de la que no me esperaba. Quitarme al bebé para lastimarme, todo suena tan loco, pero a como puede ser cierto, también puede ser mentira, lo que no puedo es quedarme con los brazos cruzados, tengo que alejarme del camino inesperado.—Muchas gracias —salgo del auto, no hago
လUuufff… Me he confesado y siento un enromé alivio en mi corazón, me les uní a ella en la pijamada y sin querer las cosas terminaron por otro rumbo. Inicié por el motivo que vine a España, ya que no podía contarles desde que nací, ella tiene que asimilar un poco las cosas.Ellas se sorprendieron al enterarse por mi propia boca que mi esposo me había dejado por quedar embarazada y que mi amiga Lucero es la que me ha tendido la mano, creo que al procesar toda la información reaccionaron y me preguntaron si tengo un bebé dentro de mí. Señalaron mi vientre plano y yo asentí al mismo tiempo de sentir un nudo en mi garganta.Les pedí perdón por engañarlas, por ocultar mi embarazo y me excusé con la necesidad de conseguir trabajo, de que todo me estaba desesperando y se estaba saliendo de mis manos. Era claro que, si ellas se hubiesen enterado de mi embarazo, jamás de los jamases tuviese el trabajo.Llevamos un par de horas conversando en lo afortunada que soy al tenerlas, que Dios se ha en
—Es la despedida, no sé en qué momento te irás —contesta Dolores, ella es la siguiente que se sirve café—. Esperé a que salieras de la habitación para disculparme, ayer me comporté como una inmadura y lunática, me levanté sin ninguna explicación, pero ahora que tenemos este desayuno juntas quiero darte las gracias por tus intenciones y la de María.—Dolores, recuerda lo que estábamos hablando, no es que esté interesada en el dinero, pero Gisela quiere hacer una buena obra, ella es testigo de las llamadas insistentes que te dan sobre el banco y de lo que te quitaran si no cancelas lo antes posible, por favor mujer, no te atrevas a decir que pagaras con la miseria que ganas en esa tienda.Aush, esas palabras dolieron, más al ego de Dolores, está en medio de la desesperación y no quiere que le ayude.—María, me puedes contar que es lo que le quieren quitar, ella no se quiere dejar ayudar y entiendo que soy una completa desconocida, y por eso se me ha ocurrido la gran idea de darte el din
—¿Por qué le echas sal a la herida? —pregunto con mucha intriga, bajo mi pierna para inclinarme hacia delante, dejando reposar mis brazos sobre el escritorio—, es imposible volver a tropezar con la misma piedra, pero se te agradece por ser el buen samaritano que siempre he esperado.El tono de mi sarcasmo está por los cielos, él me trata como el hombre que no ha quebrado ni un plato, mientras que yo estoy atacando en cada palabra que sale de su boca.—¿Por qué quieres el divorcio?¡Oye, quién es este hombre!No, no puedo contenerme más, se está burlando de mí y no lo permitiré. ¿Sufre de alguna enfermedad?—Eres un imbécil, ya deja de jugar y dime de una vez que es lo que quieres —escupo todo lo que siento, suelto una palmada sobre el escritorio—, última vez, dime qué es lo que quieres.—Sigo en problemas, quería verte para…—Para darte cuenta si cometiste un error o no, lástima por decepcionarte, pero puedes irte por donde viniste, no es necesario que sigas diciendo una palabra más,
++Lucero++ Mis padres tienen absoluta razón referente a lo que tiene que ver con Gisela y Adal. Me llena de ira conformarse con dejar a un lado todo y seguir adelante, porque no enfrentarlo y preguntarle de una vez por todas que es lo que trama.No le es suficiente el rechazo y abandono, ¿qué hace aquí? Bueno, no me quedaré con los brazos cruzados, ahora voy a hotel y como sea me tengo que ver con él, soy la que lo pondrá en su lugar.Gisela tuvo que ponerse mal, la doctora mencionó que ella entró en shock por muchas emociones fuertes. Claro, la emoción del rechazo, no hay otra cosa que eso. Y por eso me propuse a salir de la clínica para encontrarme con él y todo con el pretexto de querer ir a una tienda de ropa.Oh, no, no te irás sin antes hablar conmigo.Llegando al hotel veo como él se sube a su auto o al de quien sea, me bajo del mío y corro hacia él. Corro como si estuviese en un maratón o en una película de Halloween, tratando de huir del asesino que viene detrás de mí y que
လAbro poco a poco mis ojos, quiero levantarme de la cama y buscar a Gisela en la clínica, pero mi madre sigue estando cerca de mí. Ahora la veo sentada sobre el sillón que está cerca de la cama, con su mirada en el libro que está leyendo. Ella me ha cuidado todo el día y el resto de la noche.Escuché cuando mi padre entró a la habitación y ella le pidió que no insistiera, que no se iría de aquí hasta que nos fuéramos de la ciudad. Mi padre estuvo un par de horas con mi madre y mientras me hacía la dormida ellos conversaban de lo que harán cuando regresemos a casa, ellos quieren ayudar a Gisela y me pone aliviada escuchar eso.Mientras entre a trabajar mi madre se encargará de que ella empiece a estudiar, también una que otro día tiene que acompañarme a la empresa, todo para que ella la conozca y obtenga conocimiento y experiencia, de eso me encargaré yo.Luego de que mis padres y yo ayudemos a Gisela, la dejaré que vuele sola, y solo en ese momento ella se enterara de la verdad, pero
Mis manos se aferran a su cuerpo, el abrazo tan fuerte, cierro mis ojos con fuerza tras decirle lo mucho que la quiero.—No, no agradezcas, al contrario, soy yo la que te agradece por aguantarme —sus besos y sus caricias en mi cabello hacen que chille más fuerte—, no estás sola mi vida, hay muchas personas que están dispuestas ayudarte.Una voz en el fondo de mi ser me dice que no puedo permitirlo porque eso será una catástrofe.Me alejo de ella tras limpiar mis lágrimas. Lucero se queda observándome de arriba hacia abajo hasta que dentro de unos segundos decide llevar su mano a mi vientre y decirme que no todo está mal, Dios sabe lo que hace, ya que todas las cosas son para bien.Exactamente, cuando le iba a preguntar qué es lo bueno de todo lo que me sucede, es cuando ella me contesta que un bebé es el cambio de mi vida y el de muchas personas, y que por estas cosas no debo cambiar todo lo que tenía planeado. Ella me dice que luche por lo que quiero y que no permita que nadie se enc