—¡Buenos días jefe!— menciono ella cuando arribo a la empresa. La sonrisa usual de ella acompañaba sus mañanas mientras abría las persianas de par en par.—Hoy en la tarde tengo una reunión. — lo oyó mencionarNi un hola… vaya genio… Ella debería ser la resentida aquí.—¿Quiere que esté presente?El niega — en esta reunión no. Te quedaras en tu oficina adelantando el trabajo de mañana—Oh… claro… —menciono ella mientras recordaba lo sucedido del dia de ayer. Veinte minutos después de aquel incidente, la luz habia vuelto. Sin embargo, el ambiente fue diferente. Julian no volvió a mencionar nada sobre lo sucedido. De hecho, se puso sin objeción alguna su camiseta y se acostó en el suelo para dormir y ella en la cama.Tessa volvió a mirarlo, tan solo allí en su escritorio.Estaba claro que algo diferente pasaba ahora mismo. Pero… ¿Qué era?Lo observo con más detenimiento un largo rato. Se dio cuenta de que él no la estaba mirando. Hoy en la mañana incluso pareció querer evitarla. Despué
Luego de varias horas de trabajo, a la hora de la salida, James estaba por irse a su casa, pero escucho de pronto la voz de un hombre a sus espaldas —Conmigo.— eso sonaba a orden y solo podía provenir de una sola persona. —¿Qué? El solo miro hacia su reloj. Normalmente este era un rasgo principal de Julian, casi siempre estaba mirando la hora. Es como si sintiera que a cada segundo lo necesitaban en alguna otra parte. El siempre se estaba moviendo. Siempre haciendo algo. Casi como si no conociera lo que significaba la palabra descansar, o simplemente estarse quieto. —Vendrás conmigo. —dijo llamando ahora al ascensor —Pero... no es prudente—contesto con lógica —si nos vamos juntos... alguien podria vernos, ¿Y cómo me volvería, —bajo la voz —Tessa? Sus ojos la miraron como un mar en calma —entra—pidió cuando el ascensor llego. Ignorando por completo su pregunta Ella obedeció —técnicamente, ya es mi hora de salida, jefe El siguió sin responder. Ella se aclaro la garganta —me refi
Tessa había estado viviendo sola desde hace un tiempo. E incluso cuando vivía con su hermano ella había aprendido a cocinar. No porque su hermano no lo hiciera. Simplemente era porque a ella le gustaba hacerlo.Una mujer de gesto pálido y mirada oscura la saludo cordialmente cuando la vio en la planta baja —Señora Anderson, ¿se le ofrece algo?¿Señora Anderson?« Oh claro. » recordó « soy la futura esposa de Julian. »Vaya farsa.—He venido a preparar una sopa.—¿Preparar?— la mujer pareció desconcertada —¿desea que le haga una sopa?Ella negó —no. no. La hare yo misma.La mujer entendió y no se opuso a sus órdenes, incluso se ofreció a ayudarla por si necesitaba algo como una asistente de cocina, pero Tessa volvió a negar. Asi que la mujer pronto se despidió y le dejo la cocina para que ella pudiera trabajar. Si se le hizo una petición rara, o descabellada, ella jamás lo demostró.Estando ya sola, Tessa se puso manos a la obra. Y asi lo hizo, además mando a un trabajador a comprar la
Tessa pudo haberse apartado. Hubiera sido tan fácil esquivarlo… o eso creía. Es decir… el cuerpo de su jefe estaba tapándole cualquier salida, pero… el estaba debilitado por la fiebre, seguramente un tambaleo lo haría caer, o mínimo apartarse.Pero no. Se quedo. Contra todo pronóstico se quedó. Experimentando asi una sensación de ansia, nervios, y anhelo. ¿lo anhelaba?¿Y porque Julian decía todas esas cosas? No lo entendía. Pero cuando sus labios tocaron los suyos simplemente dejo de pensar. Por unos segundos no importaba nada mas que el poco aire que estaban compartiendo aquellos dos en aquel espacio tan reducido.Julian tenia la boca caliente. Su tacto se sentía caliente. ¿eso se debía a la fiebre?Entonces ella intento apartarlo. No estaba bien. El estaba enfermo. Quizás ni siquiera era consciente de lo que estaba haciendo. Ella no quería esto asi.—Juian… estas enfermo, no sabes lo que haces. —murmuro con dificultad —Tu no quieres esto...—¿No me escuchaste... decir que lo quería
Dejarlo sin nada… ¿Qué se suponía que significaba eso?Entonces cuando sus labios bajaron de nuevo a los suyos, esta vez no hubo movimiento alguno. Julian se había desplomado a su lado. Suponía que semejante arrebato de energía le había pasado factura.—No lo puedo creer…—parpadeo tratando de ubicarse en la realidad¿Qué acababa de pasar?Como pudo, Tessa se movió un poco, tratando de sacarse el peso que cargaba encima. Hasta que por fin logro levantarse de la cama.Y sí. Julian se había quedado dormido.Su corazón aún seguía latiendo rápidamente debido a todo lo ocurrido. ¿La fiebre podía causar realmente todo eso?Claro que sí. Cuerdo y sano Julian jamás le diría ninguna de esas cosas a ella. El detestaba a las mujeres, y a ella la toleraba. Él lo había dejado muy claro aquel dia.Se tomo unos largos minutos para recomponerse y luego se acercó nuevamente a la cama y acomodo el cuerpo de Julian. Tomo el paño y lo remojo en el agua, para luego suavemente pasarlo por su frente.Julian
A la mañana siguiente cuando el sol se filtró por la ventana, los rayos de este despertaron al joven de cabellos oscuros, y al abrir los ojos fue el contacto del azul con el cielo, como dos viejos amigos dándose la bienvenida. Se levanto. Miro a su alrededor confundido tratando de recordar que había sucedido ayer. No lo recordaba del todo. Cayo enfermo, seguro. Lo último que recuerda fue a Tessa dándole una pastilla. Tessa… Tessa… ¡Claro! Miro a su alrededor, y de repente una sensación de pesadez se apoyó en su pecho. La habitación estaba vacía. ¿Acaso estaba decepcionado por eso? ¿sorprendido? ¿Por qué ella se quedaría de todas formas? Después de todo tenía su propia vida. Ya había hecho bastante cuidándolo ayer. Se levanto de la cama y fue directo a la habitación del baño. Se pego una ducha y luego se vistió. Había visto su celular varias veces por si acaso llegara algún mensaje de ella. Pero su bandeja de entrada estaba escasa de conversaciones informales. Y por el contra
Al final, cuando llegaron al hospital, Julian no entro. Tessa prefirió por el momento no informarle nada a James. Julian no se sintió mal por ello. Entendía que, para Tessa, su hermano era una parte esencial de su vida, por no decir la pieza más valiosa dentro de su mundo. El aun no encajaba en eso. Asi que, por mas que quisiera incluirse, cualquier acercamiento no podía hacerlo por la fuerza. Por eso, el solo dejo que ella hiciera lo que creía más conveniente. Pero lo que si pudo hacer Julian fue observar al chico por unos momentos a través del cristal de la habitación. Sin darle tiempo al joven de darse cuenta de su presencia, Julian se retiro rápidamente, y se dispuso a esperar afuera. Se quedo sentado en la estancia del hospital observando a su alrededor. Era extraño estar en uno. Gente corriendo de aquí para allá. Sonidos de emergencia, la urgencia de la gente que llegaba herida, otros que salían. De alguna forma comprendía que la muerte revalorizaba la vida. Y estar rodeado d
¿Julian y Tessa estaban enamorados? Cuando el reloj marco las nueve el señor White caminaba por su gran mansión con gesto impasible. A ojos de cualquiera definirían al tipo como alguien de la vieja escuela, sereno, pero con voz firme cuando hablaba. Le gustaban los temas como política, finanzas, exportaciones, macro- economía, ganadería entre otras. Un gran hombre de mundo que pertenecía a eso. Bastante ajeno al apego físico. A sus hijos nunca les falto nada, sin embargo no era del tipo de persona que daba besos o abrazos. De joven, tenía días fijos donde sacaba a sus hijos al cine, lugar donde con unos audífonos el prefería ponerse a escuchar la radio o las noticias, mientras sus hijos miraban la pantalla. Por esa razón, Romina White creció con una idea falsa de lo que era el mundo, no tenía inconveniente en creer que todo le pertenecía, y tampoco mucho apego por las personas. Sin embargo, siempre creyó que la emparejarían con él. Todo de cuanto siempre estuvo segura en su vida fue