Diana. Me retiro en la compañía de Elena qué me sugiere ir a dar un paseo por los jardines y a pesar de que estoy cansada por la salida al pueblo aceptó ya que deseo despejar mi mente de lo que acaba de pasar con la princesa qué me trajo malos recuerdos de mi familia. -disculpa duquesa ¿ como supiste que hacer ? La voz de Elena me saca de mis pensamientos regresando me al camino de los jardines imperiales. -ya olvidaste a mi tía leídy Cindy. -cierto ella era igual ¿ verdad ? -a si es. Recuerdo de nuevo a mi tía que fue abandonada en el altar por su prometido y se hundió en una depresión de la qué no poder salir, a veces mi madre la ayudaba a desahogarse cuando la dejaba romper cosas de la casa pero como su círculo de amigas la abandonaran un día no lo soporto más. -espero que la princesa no termine igual. -yo igual, es una chica muy joven y bella, deberíamos invitarla a salir con nosotras. -me párese bien. -¿ como siguen las cosas con el marques Víctor ? El ros
Diana. Al escuchar las palabras del señor Alfonso me invaden una oleada de emociones qué se contradicen entre ellas, me siento feliz de que podré ser madre antes de llegar a los treinta pero me perturba saber que es un hijo concedido fuera del matrimonio, por dios que van a pensar mis padres, mi madre se va a decepcionar de mi y mi padre pensara qué soy una mujer de faldas ligeras, siento una opresión en el pecho que no me deja respirar y las manos me comienzan a sudar, por fin las emociones me ganan los ojos se me comienzan a llenar de lágrimas y no puedo parar. -por favor no llores. La voz de Max me saca de mis pensamientos y me toma del mentón con delicadeza para que lo mire, mis emociones se calman al verlo a los ojos qué están llenos de preocupación y alcanzo a distinguir una leve lagrima en uno de ellos.-¿ que ocurre ? ¿ por que lloras ? ¿ no estas feliz ?-me siento muy consternada, no sé como reaccionarán mis padres y no podre ocultar mi embarazo por mucho tiempo.-¿ y por
Diana. Después de unos días Max por fin me permite levantarme de la cama solo por que le dije que lo iba a ser sin importar su opinión pero Elena no se despega de mi en ningun momento, me sigue a todos lados incluso a la oficina del marques Víctor el cual me di cuenta que la miraba de reojo muy seguido, una sonrisa se dibujo en mi rostro al pensar que entre ellos dos ya hay algo solo espero que pase a algo más serio antes de que Elena se comience a deteriorar por su enfermedad pero no creó qué sea justo qué el marques se enamore de alguien que morirá aunque pensar de esta forma me ase sentir mal por Elena, ella no tiene la culpa de nacer enferma, al terminar mi trabajo deseo tomar un poco de aire fresco pero cuando se lo menciono a Elena esta se alarma. -¡¿ QUE ?! no, a penas te recuperaste si sales te puedes volver a sentir mal. -Elena te aseguro que estaré bien. A pesar de las protestas de Elena me acompaña a los jardines traseros pidiendo a la sirvientas que nos traigan una
Diana. Pasear por el pueblo con la princesa disfrazada fue algo divertido, cuando los guardias se dieron cuenta de quien nos acompañaba abrieron los ojos con mucha sorpresa y se alarmaron al saber que cometieron un grabe error qué los puede costar el trabajo y después de convencerlos en guardar el secreto pudimos pasear con tranquilidad, al ver el rostro de la princesa me percate de que sus ojos se iluminaron al ver los pasteles de una tienda, creo que a la princesa le gustan las cosas dulces tal ves le compre algunos después, al regresar al palacio la mirada de la princesa se ve más calmada y relajada sabia que salir de estos muros la aria bien ademas mire varias veces que Elena logro sacarle una sonrisa con sus comentarios y preguntas tontas, esta salida logro tener un cambio signicativo en la princesa, al estar sola en mis habitaciones me siento en uno de los sillones y sin darme cuenta me quede dormida en él, siento que alguien me mueve levemente y al abrir los ojos veo a Max mir
Diana. Esta mañana recibí a la costurera real en uno de los salones para ver los modelos de los vestidos de novia, nunca pensé que después de lo que me pasó con el conde Lucian volvería a encontrar el amor y mucho menos en casarme principalmente por el estado en que quedó mi cuerpo lleno de cicatrices pero a Max no le importo nada de eso me mira con tanto amor y cariño y apesar de que puede intimidar con su fría mirada es muy cálido, el salon está lleno de comentarios alegres de Elena que mira maravillada los modelos y las contestaciones cortas de la princesa, en muy poco tiempo se hicieron buenas amigas, mi madre permanece en silencio tomando té tranquilamente pero se que tiene algo ya que desde mi desmayo actuado de forma mas seria de lo común temo que tal vez ya sepa algo. -Mira Diana este tiene un bello cinturón lleno de piedras preciosas. La voz de Elena me saca de mis pensamientos y me ase voltear a ver el vestido que me señala debo de decir que si es bonito pero tiene muchos
Erika.Hoy es el día en que se llevará a cabo el juicio del mal viviente de Lucian, tantos años desperdiciados viviendo con ese desgraciado creyendo qué me amaba pero solo le convenía mi presencia, tantas promesas y cariños vacíos ahora son nada, uno de los guardias abre la puerta de la habitación llamando mi atención.-ya es hora.Le doy una última mirada al lindo paisaje de mi ventana, no puedo creer que Diana allá sido tan venebolente conmigo al no encerrarme en uno de los calabozos y darme una oportunidad como me hubiera gustado ser de la misma forma poder perdonar de esa manera tal vez si hubiera sido buena me hubiera tocado una mejor vida pero ahora ya no hay tiempo para eso, al salir de la habitación tenemos que detenernos de forma brusca por la culpa de una criada qué camina con prisa por el pasillo pero me percató de que la manga de su vestido esta manchado de sangre. eso me desconcierta y se que es sangre por el coordinador y el aroma qué dejo en el pasillo, la sirvienta pro
Maximiliano.Han pasado tres días desde el ataque a Diana y sigo aquí esperando a que despierte, después de que Jacobo interrogara a los guardias descubrió qué uno de ellos fue sobornando por Julieta para que la dejara entrar ese día, no tuve qué meditar mucho cual seria su castigo le cortaron las manos y le intruduccieron hierros calientes en la boca antes de decapitarlo, es lo minimo que se merece despues de que por su avariacia mi dulce angel terminara asi, sueño todas las noches en que despierta y me sonríe dulcemente llamándome cariño mientras sostiene a nuestro bebé, en este tiempo no me he despegado de ella ni he querido comer nada, no tengo apetito y la comida me sabe insípida sabiendo qué Diana no despierta no importa que me diga Gloria ni mi madre no pienso dejarla sola ni un solo minuto, tomo su mano y le doy un casto beso en un intento de que así despierte, sostengo su mano entre las mías y las coloco frente a mi boca.-dios por favor permite qué despierte, te pido que no
Maximiliano. Al estar sentado en la tina recuerdo cuando salve a Diana del agua helada del lago, creo que fue el destino que nos unió esa tarde de invierno, escucho qué la puerta se abre y entra Gloria. -¿ le ocurrió algo a Diana ? -no solo vengo asistir lo en el baño. -eso no es necesario, ya no soy un niño duquesa Gloria. Gloria ignora mis palabras y se acerca a la tina para sentar detrás de mi en un banquillo y comenzá a lavar mi cabello. -a pesar de su edad se sigue comportándose como un niño, recuerdo cuando era un niño y asía vuelga de hambre asta que le daban lo que quería. -eso no funcionaba contigo. -claro que no, no hay que darle gusto a los niños berrinchudos luego crecen ciento hombres que creen que puedo obtener lo que quieran. -esto es diferente, siento que el corazón se me va a partir en dos tengo deseos de llorar asta quedarme secó, no puedo vivir sin ella. -estas totalmente enamorado Max y esa es la enfermedad más peligrosa del mundo, vuelve a los f