Diana.Después de que Elena se calma llega el médico Alfonso que me sonríe levemente y me ase una reverencia corta.-me alegra que por fin este despierta futura emperatriz.-no sea tan formal Alfonso nos conocemos de ase mucho tiempo y le agradezco mucho por salvarme por segunda vez.-se lo agradezco pero en realidad esta vez por la ayuda de una dama la pude salvar, ella detuvo la hemorragia asta que llegue.-¿ quien fue esa bondadosa persona ?-fue Erika.La respuesta de Max me deja fría, como qué fue ella quien me ayudo pensé que me odiaba y principalmente por que fue mi culpa que la sociedad la aislara, miro a Max en busca de alguna respuesta.-de hecho gracias a ella los guardias detuvieron a Julieta y llegaron justo a tiempo para salvar tu vida.Me cuesta mucho creer que Erika me ayudara siendo qué antes me miraba con tanto desprecio y odio y sin contar qué fue ella quien me disparo aquella tarde tendré que hablar con ella después pero lo que mas me intriga ahora es como Julieta
Maximiliano.Me apresuró a salir de la habitación y alcanzar a mi madre en el pasillo, esta acompañada por su dama de compañía la detengo y le pido a la dama qué nos de tiempo a solas ase una reverencia y se retira, mi madre me mira con seriedad.-¿ qué deseas ?-solo quiero preguntarte si tu tuviste algo qué ver con esto.-jamás me rebajará tanto como para mandar a matar a una mujer además sabes que no es mi estilo.-pero te creo capaz de manipular la mente de Julieta para que lo hiciera.-desde que salio del palacio no tuve comunicación con ella.-eso no significa nada.Mi madre da un suspiro cansado y desvía la mirada.-no te mentire me desagrada esa mujer pero miro como la vez con tanto amor y cariño, se muy bien qué se siente ese sentimiento de querer hacer todo lo posible por esa persona apreciada.Mi madre se la vuelta y comienza a caminar por el pasillo pero se detiene y me vuelve hablar.-si ella no se mete conmigo era lo mismo además me e percatado de que tu hermana la a fre
Diana. Llega la noche y como a pasado desde que desperté Max llega a mi recamara para dormir a mi lado pero sigue actuando como un niño regañado y se detiene a un lado de la cama, me mira de reojo pero cuando lo volteo a ver desvía la mirada. -¿ ocurre algo ? -¿ sigues molesta conmigo ? No puedo creer que Max siendo un hombre adulto, fornido y que puede intimidar con la mirada a las demás personas se sienta intimidado por mi, doy un suspiro con un poco de cansancio. -no, pero no me gusta que me trates como si fuera de papel. -Diana solo me preocupo por ti. -ya lo sé pero Max me as puesto como a viente guardias a cuidarme, no puedo dar ni un solo paso sin qué me sigan, me tratas como si fuera una prisionera. Max se sienta en la cama a mi lado y toma mi mano en la cual da un casto beso y me mira con cariño. -no quiero que te sientas así mi dulce amor solo deseo cuidar a las dos personas más preciadas para mi. Max coloca una mano en mi vientre y la acaricia levemente
Diana.Sé que le dije a Max qué no le hablaría directamente al conde Lucian pero ya no lo soporto más, volteo a verlo con los ojos llenos de lágrimas y hablo con voz calma.-dices que es mentira pero como puedes negar esto.Me doy la vuelta y aparto mi cabello para que todos los presentes puedan ver mi espalda llena de cicatrices, puedo escuchar el asombro de los presentes mientras miro directamente al conde Lucian con las mejillas manchadas de lágrimas qué se me han escapado, los presentes comienzan a pedir que lo manden a la horca, que acaben con su vida bajo la guillotina, se alborotan tanto que Max tiene que mandar a callarlos.-por favor tome su lugar duquesa Diana.Camino a paso débil a mi lugar y tengo que ser ayudada por Elena que se apresura a tomar mi mano y llevarme a mi asiento, siento sobre mi la mirada de Max pero no podría mantener la calma ni un minuto más.-conde Lucian qué tiene que decir en su defensa.-cualquier persona le pudo hacer eso a la duquesa además jamás c
Diana. Por fin llega el anciano día en que por fin podre darle un golpe al desgraciado de Lucian y al ser la prometida del emperador soy la primera en estar frente a frente este desgraciado, me siento impaciente mientras camino asía la habitación donde me encontraré con ese desgraciado y mi sentimiento no pasa desapercibida para Elena que me acompaña. -duquesa Diana debes de cálmate, casi estas corriendo. Elena me habla en un susurro y me detengo al percatarme de que tiene razón, doy un suspiro y miro a Elena que me da una sonrisa dulce. -me siento tensa y ansiosa. -lo sé, lo puedo ver pero debemos de recordar que no estaremos solos. -lo sé. -sabia que estarías así te traje algo para que te calmes. Elena saca una bolsita un caramelo de miel que me extiende con una sonrisa dulce, le sonrió de la misma forma y lo tomo con gusto pero al tenerlo en mi boca siento un gran asco y que mi desayuno saldrá en cualquier momento, a penas puedo alejarme de Elena para vomitar el caramelo y
Maximiliano. Espero con ansias a Diana en el salón occidental en la desagradable presencia del ex conde Lucian qué se mira muy demacrado y me llena de alegría verlo de esta manera, desearía poder patearlo asta matarlo pero no puedo hacerlo ya que Diana se molestaría mucho conmigo si lo hago además deseo ver que va a hacer Diana cuando lo tenga frente a ella, las puertas son abiertas y puedo ver entrar a Diana qué se ve realmente hermosa con ese vestido y me comienzo a imaginar como se vera su vientre al crecer pero regreso a la realidad cuando Jacobo tose a mi lado y pongo a tensión a lo que pasa en la habitación, Diana me mira fijamente esperando a que proceda. -duquesa Diana solo se le permitirá una bofetada al condenado. Diana mira fijamente a Lucian qué tiene el atrevimiento de mirarla con desprecio cuando esto termine de veré de quemarle los ojos por tomarse ese atrevimiento. -¿ qué se siente estar encadenado ahora ? La pregunta de Diana me desconcierta y me intriga en sab
Diana.Después de la bofetada qué le propina a Lucian me sentí tan bien pero no fue lo mismo al ver como las demás personas lo golpeaban una tras otra me comencé a sentir mal por él no importa que se lo mereciera. Esta mañana me levanto como siempre con náuseas lo bueno que Elena me ayuda con una taza de té qué calma mi estómago, es un alivio decírselo a una persona por lo menos, esta mañana mis padres se retiraran del palacio mi padre debe de atender sus negocios y mi madre no lo puede dejar solo, fue una despedida un poco emotiva no podía mantener mis ojos limpios de lágrimas qué se me escapaban mi único consuelo es que Elena se quedara a mi lado pensábamos en ir a dar un paseo por el jardín pero el tiempo no era favorable parece que lloverá en cualquier momento, decidimos ir a mi habitación para poder elegir las flores qué se colocarán en la iglesia pero al abrir las puertas de mis habitaciones me encuentro a la emperatriz viuda mirando algunos bocetos de ramos qué me dejaron en l
Diana. Llega la hora en la qué veré a la madre de Max y me mentiría a mi misma si digo que no me siento nerviosa por la reunión con esa mujer tan fría pero debo de pensar que esto es por mi bien ademas no estoy sola me acompaña Elena, la señora Gloria y Jacobo como guarda espadas, al llegar salón miro con sorpresa qué tiene grandes ventanales qué iluminan perfectamente el salon, no puedo evitar que mi vista viaje de un lugar a otro. -jamás debes de estar a un lugar mirado de esa forma. La voz de emperatriz llama mi atención asía el frente donde me espera sentada a la mesa qué ya esta dispuesta para dos personas, camino asía ella a paso firme y con la espalda lo más recta qué puedo le hago una regencia como dicta el protocolo. -por lo menos ti reverencia es buena es una lástima que una emperatriz no se ande inclinando se por todos lados. La miro con seriedad pero intento ser cortes como me enseñó la señora Gloria. -lo tendré en mente y gracias por notarlo. -jamás dije que esta l