Diana.Después de la bofetada qué le propina a Lucian me sentí tan bien pero no fue lo mismo al ver como las demás personas lo golpeaban una tras otra me comencé a sentir mal por él no importa que se lo mereciera. Esta mañana me levanto como siempre con náuseas lo bueno que Elena me ayuda con una taza de té qué calma mi estómago, es un alivio decírselo a una persona por lo menos, esta mañana mis padres se retiraran del palacio mi padre debe de atender sus negocios y mi madre no lo puede dejar solo, fue una despedida un poco emotiva no podía mantener mis ojos limpios de lágrimas qué se me escapaban mi único consuelo es que Elena se quedara a mi lado pensábamos en ir a dar un paseo por el jardín pero el tiempo no era favorable parece que lloverá en cualquier momento, decidimos ir a mi habitación para poder elegir las flores qué se colocarán en la iglesia pero al abrir las puertas de mis habitaciones me encuentro a la emperatriz viuda mirando algunos bocetos de ramos qué me dejaron en l
Diana. Llega la hora en la qué veré a la madre de Max y me mentiría a mi misma si digo que no me siento nerviosa por la reunión con esa mujer tan fría pero debo de pensar que esto es por mi bien ademas no estoy sola me acompaña Elena, la señora Gloria y Jacobo como guarda espadas, al llegar salón miro con sorpresa qué tiene grandes ventanales qué iluminan perfectamente el salon, no puedo evitar que mi vista viaje de un lugar a otro. -jamás debes de estar a un lugar mirado de esa forma. La voz de emperatriz llama mi atención asía el frente donde me espera sentada a la mesa qué ya esta dispuesta para dos personas, camino asía ella a paso firme y con la espalda lo más recta qué puedo le hago una regencia como dicta el protocolo. -por lo menos ti reverencia es buena es una lástima que una emperatriz no se ande inclinando se por todos lados. La miro con seriedad pero intento ser cortes como me enseñó la señora Gloria. -lo tendré en mente y gracias por notarlo. -jamás dije que esta l
Diana. Los rayos del sol me golpean el rostro y me asen abrir los ojos, los abro lentamente y miro a mi alrededor, en esta habitación jamás había entrado y todo lo que me rodea es de la mejor calidad, lujoso y elegante, siento que me abrazan por la cintura y su respiración en mi nuca. -buenos dias emperatriz. Una leve sonrisa se dibuja en mi rostro al escuchar la voz ronca de Max. -buenos días, esposó mio, debemos de levantarnos para ir al banquete. -desearía pasar todo el día en la cama a tu lado, no me quiero levantar. -tendremos el resto de nuestra vida para eso Max, los invitados nos van a estar esperando. -no me importa. Max me abraza más fuerte y siento como esconde el rostro en mi espalda, me da gracia la actitud de Max, coloco las manos sobre las de él y le abro en un tono dulce y suave. -Max no tarda en darme hambre. Escucho la leve risa de Max y baja una de sus manos a mi vientre qué ya se a puesto duro y a crecido un poco. -mi pequeño hijo ya esta crec
Maximiliano. Al ver como Diana se queda dormida rápidamente una sonrisa se dibuja en mi rostro, como una mujer simple y sin familia noble me enamoro tan rápido y me hizo el honor de convertirse en mi esposa y ahora seré papá, me siento a su lado y coloco una mano en su vientre ya muy crecido pudiendo sentir como mi futuro hijo se mueve con fuerza. -tranquilo pequeño que tu mamá está dormida, en cualquier día tendré la dicha de tenerte entre mis manos y admirar tu lindo rostro. Doy un largo suspiro lleno de felicidad para a cobijar a mi dulce Diana que siendo sinceró se ve realmente hermosa embarazada, me levanto y me acerco a la mesita de noche para poder apagar la vela, al hacerlo me percató de que la noche esta en su punto más alto y en todo su esplendor iluminando todo a su alrededor. -que bella noche. Me cambio para ir a dormir y me recuesto con cuidado al lado de Diana para no despertarla pero me percató de que tiene una mueca de desagrado tal vez esta teniendo una pesadilla
Diana. Después de tener a mis bebes me siento cansada y no puedo mantenerme despierta mucho tiempo pero abro los ojos de golpe al escuchar el llanto de uno de ellos y a pesar del dolor que siente mi cuerpo me siento en la cama pero al buscar a mis bebés me percató de que Max ya lo a tomado en brazos y lo esta meciendo pero su rostro se ve lleno de preocupación. -¿ qué ocurre ? Max voltea a verme con preocupación y se me acercar. -no lo sé, no deja de llorar. -debe de tener hambre. -pediré que despierten al cocinero. -eso no será necesario Max, dámelo. Max me entrega al bebé con cuidado y me desabrocho el camisón para darle pecho, debo de admitir que es una sensación un poco extraña pero se me ase algo tan natural. -¿ no te duele ? -no. ¿ Como los nombraremos ? El otro bebé comienza a llorar y Max se apresura a ir por él y tomarlo con mucho cuidado, se acerca a mi y se sienta a mi lado. -solo pensé en un nombre, Alexis. -a mi siempre me gusto Erik. -bueno ya
Diana.Miro mi vestido roto y sucio por las torturas a las qué sido sometida durante este tiempo por la persona que juro amarme por el resto de su maldita vida pero solo fueron palabras vacías, maldigo una y otra vez el día que lo conocí, ese día iba caminando por la banqueta con los documentos que me entrego mi padre para el señor Julio qué es uno de los socios comerciales más importante que tiene mi padre y me llena de alegría que mi padre me mande hacer estos recados así puedo conocer a los demás mercaderes antes que mi padre me deje el negocio al retirarse, no es lo convencional qué una mujer asuma un papel tan importante pero al ser hija única no desea qué algo que le costó tanto tiempo levantar por si solo en las manos de un inútil qué no sabe mantener un libro de cuentas en orden, por caminar inmersa en mis pensamientos choco con la espalda de un hombre que voltea a verme, la primera vez que lo mire pensé que era un ángel tes pálida, alto y de hombros anchos, cabello tan rubio
Maximiliano.Al ver el paisaje nevado a mi alrededor me doy cuenta que este invierno será duro ya que a nevado mucho, el sonido de un disparo resuena en el bosque alarmando a mi caballo qué calma antes de que me derribe, pero quien se atreve a cazar en mis tierras sin mi permiso, me dirijo al lugar donde se escucho el disparo dispuesto a enfrentar al invasor pero no veo a nadie en este lugar y ya me estoy acercando a la propiedad de ese conde tan despreciable, me detengo frente al lago que está cerca del acantilado y miro el agua que todavía no sé a congelado cuando escucho que algo cae al agua con fuerza y al mirar el lugar donde callo algo desde el acantilado alcanzo a ver lo que me parece ser las ropas de alguien y lo que me pareció una mano, sin pensarlo mucho me bajo del caballo y entro al aguan sin importarme lo frio del agua nado asta el lugar donde callo la persona y me sumerjo y alcanzo a ver el cuerpo de una mujer que se hunde lentamente, me apresuro y la tomo de la mano par
Diana.Siento la garganta seca y un dolor invade todo mi cuerpo, abro los ojos con lentitud y miro el cielo de un techo qué desconozco y siento sobre mi cuerpo unas sábanas cálidas.-por fin decidiste unirte a los vivos.Escucho la voz profunda de un hombre y al voltear a mi derecha miro a un hombre alto y guapo de cabello negro como el ébano y de ojos grises como las cenizas, el desconocido me regala una so risa dulce.-¿ como se siente ?-bien.Mi vos sale acompañada de un dolor en mi garganta y no puedo evitar colocar una mano en mi garganta.-tomá puede beber esto.Escucho la voz de una mujer y al ver a mi izquierda veo a una mujer mayor de edad qué me extiende un bao sobre una charola de plata que me mira con una sonrisa en el rostro, me siento en la cama pero me percató qué solo estay usado ropa interior y con rapidez me cubro de nuevo con las sabanas sin importarme el dolor en mi cuerpo, escucho la risa burlona del hombre a mi derecha y solo me hundo más entre las sábanas.-señ