Erika.Hoy es el día en que se llevará a cabo el juicio del mal viviente de Lucian, tantos años desperdiciados viviendo con ese desgraciado creyendo qué me amaba pero solo le convenía mi presencia, tantas promesas y cariños vacíos ahora son nada, uno de los guardias abre la puerta de la habitación llamando mi atención.-ya es hora.Le doy una última mirada al lindo paisaje de mi ventana, no puedo creer que Diana allá sido tan venebolente conmigo al no encerrarme en uno de los calabozos y darme una oportunidad como me hubiera gustado ser de la misma forma poder perdonar de esa manera tal vez si hubiera sido buena me hubiera tocado una mejor vida pero ahora ya no hay tiempo para eso, al salir de la habitación tenemos que detenernos de forma brusca por la culpa de una criada qué camina con prisa por el pasillo pero me percató de que la manga de su vestido esta manchado de sangre. eso me desconcierta y se que es sangre por el coordinador y el aroma qué dejo en el pasillo, la sirvienta pro
Maximiliano.Han pasado tres días desde el ataque a Diana y sigo aquí esperando a que despierte, después de que Jacobo interrogara a los guardias descubrió qué uno de ellos fue sobornando por Julieta para que la dejara entrar ese día, no tuve qué meditar mucho cual seria su castigo le cortaron las manos y le intruduccieron hierros calientes en la boca antes de decapitarlo, es lo minimo que se merece despues de que por su avariacia mi dulce angel terminara asi, sueño todas las noches en que despierta y me sonríe dulcemente llamándome cariño mientras sostiene a nuestro bebé, en este tiempo no me he despegado de ella ni he querido comer nada, no tengo apetito y la comida me sabe insípida sabiendo qué Diana no despierta no importa que me diga Gloria ni mi madre no pienso dejarla sola ni un solo minuto, tomo su mano y le doy un casto beso en un intento de que así despierte, sostengo su mano entre las mías y las coloco frente a mi boca.-dios por favor permite qué despierte, te pido que no
Maximiliano. Al estar sentado en la tina recuerdo cuando salve a Diana del agua helada del lago, creo que fue el destino que nos unió esa tarde de invierno, escucho qué la puerta se abre y entra Gloria. -¿ le ocurrió algo a Diana ? -no solo vengo asistir lo en el baño. -eso no es necesario, ya no soy un niño duquesa Gloria. Gloria ignora mis palabras y se acerca a la tina para sentar detrás de mi en un banquillo y comenzá a lavar mi cabello. -a pesar de su edad se sigue comportándose como un niño, recuerdo cuando era un niño y asía vuelga de hambre asta que le daban lo que quería. -eso no funcionaba contigo. -claro que no, no hay que darle gusto a los niños berrinchudos luego crecen ciento hombres que creen que puedo obtener lo que quieran. -esto es diferente, siento que el corazón se me va a partir en dos tengo deseos de llorar asta quedarme secó, no puedo vivir sin ella. -estas totalmente enamorado Max y esa es la enfermedad más peligrosa del mundo, vuelve a los f
Diana.Después de que Elena se calma llega el médico Alfonso que me sonríe levemente y me ase una reverencia corta.-me alegra que por fin este despierta futura emperatriz.-no sea tan formal Alfonso nos conocemos de ase mucho tiempo y le agradezco mucho por salvarme por segunda vez.-se lo agradezco pero en realidad esta vez por la ayuda de una dama la pude salvar, ella detuvo la hemorragia asta que llegue.-¿ quien fue esa bondadosa persona ?-fue Erika.La respuesta de Max me deja fría, como qué fue ella quien me ayudo pensé que me odiaba y principalmente por que fue mi culpa que la sociedad la aislara, miro a Max en busca de alguna respuesta.-de hecho gracias a ella los guardias detuvieron a Julieta y llegaron justo a tiempo para salvar tu vida.Me cuesta mucho creer que Erika me ayudara siendo qué antes me miraba con tanto desprecio y odio y sin contar qué fue ella quien me disparo aquella tarde tendré que hablar con ella después pero lo que mas me intriga ahora es como Julieta
Maximiliano.Me apresuró a salir de la habitación y alcanzar a mi madre en el pasillo, esta acompañada por su dama de compañía la detengo y le pido a la dama qué nos de tiempo a solas ase una reverencia y se retira, mi madre me mira con seriedad.-¿ qué deseas ?-solo quiero preguntarte si tu tuviste algo qué ver con esto.-jamás me rebajará tanto como para mandar a matar a una mujer además sabes que no es mi estilo.-pero te creo capaz de manipular la mente de Julieta para que lo hiciera.-desde que salio del palacio no tuve comunicación con ella.-eso no significa nada.Mi madre da un suspiro cansado y desvía la mirada.-no te mentire me desagrada esa mujer pero miro como la vez con tanto amor y cariño, se muy bien qué se siente ese sentimiento de querer hacer todo lo posible por esa persona apreciada.Mi madre se la vuelta y comienza a caminar por el pasillo pero se detiene y me vuelve hablar.-si ella no se mete conmigo era lo mismo además me e percatado de que tu hermana la a fre
Diana. Llega la noche y como a pasado desde que desperté Max llega a mi recamara para dormir a mi lado pero sigue actuando como un niño regañado y se detiene a un lado de la cama, me mira de reojo pero cuando lo volteo a ver desvía la mirada. -¿ ocurre algo ? -¿ sigues molesta conmigo ? No puedo creer que Max siendo un hombre adulto, fornido y que puede intimidar con la mirada a las demás personas se sienta intimidado por mi, doy un suspiro con un poco de cansancio. -no, pero no me gusta que me trates como si fuera de papel. -Diana solo me preocupo por ti. -ya lo sé pero Max me as puesto como a viente guardias a cuidarme, no puedo dar ni un solo paso sin qué me sigan, me tratas como si fuera una prisionera. Max se sienta en la cama a mi lado y toma mi mano en la cual da un casto beso y me mira con cariño. -no quiero que te sientas así mi dulce amor solo deseo cuidar a las dos personas más preciadas para mi. Max coloca una mano en mi vientre y la acaricia levemente
Diana.Sé que le dije a Max qué no le hablaría directamente al conde Lucian pero ya no lo soporto más, volteo a verlo con los ojos llenos de lágrimas y hablo con voz calma.-dices que es mentira pero como puedes negar esto.Me doy la vuelta y aparto mi cabello para que todos los presentes puedan ver mi espalda llena de cicatrices, puedo escuchar el asombro de los presentes mientras miro directamente al conde Lucian con las mejillas manchadas de lágrimas qué se me han escapado, los presentes comienzan a pedir que lo manden a la horca, que acaben con su vida bajo la guillotina, se alborotan tanto que Max tiene que mandar a callarlos.-por favor tome su lugar duquesa Diana.Camino a paso débil a mi lugar y tengo que ser ayudada por Elena que se apresura a tomar mi mano y llevarme a mi asiento, siento sobre mi la mirada de Max pero no podría mantener la calma ni un minuto más.-conde Lucian qué tiene que decir en su defensa.-cualquier persona le pudo hacer eso a la duquesa además jamás c
Diana. Por fin llega el anciano día en que por fin podre darle un golpe al desgraciado de Lucian y al ser la prometida del emperador soy la primera en estar frente a frente este desgraciado, me siento impaciente mientras camino asía la habitación donde me encontraré con ese desgraciado y mi sentimiento no pasa desapercibida para Elena que me acompaña. -duquesa Diana debes de cálmate, casi estas corriendo. Elena me habla en un susurro y me detengo al percatarme de que tiene razón, doy un suspiro y miro a Elena que me da una sonrisa dulce. -me siento tensa y ansiosa. -lo sé, lo puedo ver pero debemos de recordar que no estaremos solos. -lo sé. -sabia que estarías así te traje algo para que te calmes. Elena saca una bolsita un caramelo de miel que me extiende con una sonrisa dulce, le sonrió de la misma forma y lo tomo con gusto pero al tenerlo en mi boca siento un gran asco y que mi desayuno saldrá en cualquier momento, a penas puedo alejarme de Elena para vomitar el caramelo y