Maximiliano.
Han pasada ya tres días desde que perdí mi cama y estado durmiendo en la habitación de invitados, paso de ves en cuando a mi habitación para ver el estado de Diana qué a mejorado poco a poco, doy un suspiro cansado qué no paso desapercibido para Alfonso qué esta a mi lado. -¿ ocurre algo señor ? Cierro mi libro y lo miro de reojo. -estoy un poco aburrido, por la culpa de la nieve no puedo salir y Jacobo todavía no a regresado. -desea qué le prepare algo de comer o una bebida caliente. -no prefiero algo más fuerte, traeme una copa de vino. -si mi señor. Miro como Alfonso se retira de la biblioteca y antes de regresar a mi lectura miro que la puerta de la habitación es abierta de nuevo y me sorprende ver a Diana parada en la puerta vestida con un vestido que parece ser de Gloria ya que es la única mujer que me acompañó a la casa de verano, le doy una sonrisa amable. -me alegra ver que ya se siente mejor. -todo gracias a sus atenciones señor Max. -por favor siéntese hay que hacernos un poco de compañía. Diana asiente y entra a la habitación sentándose en el sillón frente a mí, dejó el libro a un lado y creo que este sería un buen momento para discutir el quién es ella y por qué estaba en la propiedad de ese malnacido de Lucían. -dígame señorita si no es mucho inmiscuirme en su vida pero ¿ cómo conoció a el conde Lucían ? Me percato que las facciones delgadas de Diana se contraen una leve mueca de molestia creo que no quiere contar nada pero me llevó la grata sorpresa de que estoy pensando mal ya que comienza hablar. -lo conocí en la calle, iba de camino a hacer un recado que me dio mi padre cuando choque con él nos estuvimos frecuentando hasta que. Diana guarda silencio un momento para desviar la mirada a la mesita de centro que nos divide. -me propuso matrimonio y tontamente acepté. -pero eso es algo imposible señorita el conde Lucían ya está casado desde hace algunos años. -en ese entonces no lo sabía. -ya veo entonces el conde Lucían cometió fraude para casarse con usted pero me pregunto con qué adjetivo. -al parecer esos dos querían mi dinero, no soy una persona rica solo soy la hija de un mercader pero al parecer eso era más que suficiente para ellos. No puedo evitar que una sonrisa maliciosa aparezca en mi rostro al saber este pequeño trapo sucio del conde Lucían tendré que pedirle a Jacobo que investigue la familia de las chicas que han sido encontradas sin vida en su propiedad cuando regrese pero debo de saber más sobre el asunto. -pero dígame señorita usted no tenía conocimiento alguno de esa boda fue un suceso muy comentado en los bailes de la sociedad. -no suelo asistir a esos lugares no me gustan ya que la gente solo va hablar mal de las demás personas y contar los chismes de último momento además al no ser una chica de estatus social y no cumplir con los estándares de belleza no llamaba la atención de los varones y no es grato para ninguna mujer quedarse en la esquina de un salón lleno de gente bailando. -comprendo ese sentimiento señorita a mí tampoco me gustan los bailes prefiero pasar mi tiempo a solas es por eso que dejo mi mi casa en la capital en cada invierno y vengo a esta pequeña villa a relajarme. -disculpe qué pregunte pero quisiera saber quién en verdad es usted ya que una persona común no se puede dar el lujo de tener dos casas mucho menos una tan bonita como esta además tiene muchos modales y creo haber visto su rostro en algún lado. Me produce un poco de gracia que no me reconozca pero con lo que dijo de que no asiste a los banquetes y bailes no me cabes la menor duda de que para ella soy solo una persona más y no le veo él porque tener que decirle quién soy en verdad bueno no aún. -soy un servidor del palacio real. Diana me mira con un poco de interés y asombro. -¿ y qué hace un servidor del palacio real lejos del palacio ? ¿ qué acaso no se dice que él actual emperador es un tirano, lujurioso y bebedor ? Cada palabra de Diana es como una puñalada en la espalda pero yo me lo he ganado yo mismo he difundido esos rumores para mantener alejadas a las señoritas e intentar hacer que todos mis enemigos piensen que no soy alguien peligroso, me esfuerzo por darle una sonrisa e intentar defenderme. -el emperador no es tan malo solo un poco volátil se podría decir. -bueno de todos modos yo no soy quién para juzgar yo tampoco tengo muy buen carácter que digamos la paciencia no es una de mis virtudes y siempre me han calificado por no ser lo suficiente refinada o femenina. -tonterías señorita usted ha mostrado mejores modales de los que he visto en algunas damas de cuna noble. -usted dice eso por qué no me conoce. Le doy una sonrisa a Diana ya que en verdad quisiera conocerla más, por la información que me ha dado será de gran utilidad para mí y creo que esto podría ser el inicio de una hermosa amistad pero debo de pensar en alguna forma de mantenerla a mi lado mientras reúno las pruebas y darle la estocada final a ese idiota.Diana. Me percató por las expresiones de Max que me esta ocultando algo, siempre e sido buena para leer a las personas no se por que me deje llevar por el amor que sentía por Lucían antes que se convertido en un deseo insano de verlo sufrir y retorcerse de dolor, la puerta de la habitación es abierta por Alfonso qué trae una botella de vino qué sirve con elegancia en una copa que extiende a Max.-disculpe Max ¿ por que no esta a favor del cande ?El señor Max me mira con una sonrisa un poco triste para después ver asía otro lado.-el conde ase un tiempo cortejo a mi hermana desde quince años pero cuando le deje en claro que no obtendría ganancias por sus acercamiento la abandono totalmente, sé que al hacer eso fui el culpable directo de que el conde se apartará pero solo lo hice para ver cuales eran sus verdaderas intenciones ya que si la amara no se hubiera ido.Maldito bastardo, era solo una niña, deberían encerar lo en una mazmorra y dejar que se pudra allí.-señorita Diana le te
Diana. Pasan los días y mi cuerpo cada día se recupera más ganando un poco de peso pero no como antes si no de un afirma más sana, la herida en mi vientre curó totalmente y Alfonso me retiro los puntos ayer en la tarde, también conocí a Jacobo el asistente personal de Max que es un hombre enérgico y que le gusta hablar mucho ya que durante las comidas no puede mantener la boca cerrada asta que Max le dice que se calle, miro mis piernas en el agua de la tina llenas de cicatrices y marcas por las torturas a las qué me sometió Lucían solo para que firmará ese estúpido contrato me alegra jamás a ver cedido recuerdo que varias veces se los escupí llenándose de sangre y lo tuvieron que hacer varias veces, escucho que alguien toca la puerta del baño sacándome de mis pensamientos. -¿ quien es ? -soy Gloria ¿ ya desea salir señorita ? -creo que si. Me levanto de la tina mientras Gloria entra y me ayuda a ponerme la bata de baño y seca mi cabello qué ya a comenzado a crecer, recuerdo
Diana. Me siento tan frustrada ya que todas las cosas que me a querido enseñar la señora Gloria fracaso estrepitosamente y ya me duelen los dedos de tantas veces que me he pinchado los dedos con la aguja asta que mi paciencia se acaba y dejo salir mi carácter. -hay ya no puedo con esto, para que quiero saber como bordar un Tonto pañuelo. Mi rabieta no pasa desapercibida por la señora Gloria y Max que está sentado cerca de nosotros. -pero señorita todas las damas deben de saber bordar, arreglar ramos de flores, organizar fiestas de té o pintar bellas obras de arte. Todas esas cosas se me asen una completa tontería y perdida de tiempo, el señor Max se levanta del sillón y se acerca a ver lo que e bordado en el pañuelo -¿ que es eso ? ¿ un pájaro ? -es una rosa y si cree que es tan fácil por que no lo intenta usted. -esas cosas de mujeres pero no creó qué sea tan difícil. -esto es una perdida de tiempo lo mil son los libros de cuentas, las lecturas y los negocios. -¿
Diana.Apezar del dolor que sienten mis dedos no dejo de platicar asta que la melodia suena de forma decente, al terminar de tocar Alfonso me entrega una carta y al ver de quien es abro los ojos con sorpresa y alegria, es la respuesta de mi padre, tomo la carta de su mano con alegria y después de darle las gracias me retiro a mi habitación que en realidad es de Max pero no quiso retomarla, me siento en uno de los sillones qué esta cerca a de la ventana para abrir la carta y comenzar a leer la tosca letra de mi padre. Hija mía me llenas de dicha al saber que esta con bien, el corazón se nos detuvo a tu madre y a mi cuando nos llego un mensajero informando tu deceso pero al recibir tu carta el alma nos volvió al cuerpo y debo decirte que el conde Lucían nos trajo unos papeles con tu firma pero tu madre se dio cuenta que no era tu letra y me alegra no aver le dado nada a ese mequetrefe, no me cabe en la cabeza que ese hombre no tenga vergüenza algona por lo que te hizo desearía
Diana. Hoy en mis clases de refinamiento con la señora Gloria dejamos de lados las manualidades femeninas y nos enfocamos en los modales en una fiesta de té y es algo que domino un poco pero me falla la conversación y escucho una reprimenda más por parte de Gloria. -no puede responder una grosería de forma tan directa debes de responder de forma elegante y más sutil. -no veo nada de malo responder de forma directa y concreta. -es una forma más efectiva sin duda pero te deja en muy malos ojos antes de los demás como una mujer impulsiva y grosera. -pero señor Max solo respondí a la grosería qué me hicieron primero. -si pero eso es lo que esperan las personas con las que te vas a topar que pierdas la calma y hagas una escena frente a todos, debes de ser más sutil y dar puñaladas con tus palabras. La forma que me dice Max me parece menos eficaz pero comprendo su punto y mejoró mi respuesta ante las palabras de que soy solo una plebeya arribista. -si soy una plebeya pero difiero co
Maximiliano. Al ver a Diana bailando con Jacobo me lleno de molestia y celos, por que tiene que ser Jacobo el que baile el con Diana y no yo, yo bailo mejor que él lo hago de forma más refinada y suave, Jacobo es muy bruto y brusco con ella incluso hizo qué se cayera al suelo, miro qué Diana se retira del salón dejándome solo con Gloria qué me mira con una sonrisa burlona, me doy la vuelta y comienzo a tocar el piano para evitar su mirada. -¿ mi señor me podría decir que le pasa ? -no sé a que te refieres. -señor lo he cuidado desde que era un niño y conozco la mirada qué pone cuando ve algo que quiere y alguien más lo toma. Me pongo nervioso ante las palabras de Gloria e incluso me equivoco en una nota, dejo de tocar y solo miro las teclas del piano. -no necesito que me responda lo estado mirando y ya me di cuenta de todo y por lo mismo no me opuse a que le enseñe etiqueta real pero debe de saber que esa jovencita será devorada por los lobos que habitan en el palacio principalm
Diana. Durante la cena no miro a Max y doy gracias por que no allá aparecido por que no sabría que cara poner cuando lo vea pero durante el desayuno pasa lo mismos no come con nostros y me comienzo a preocupar de que tal ves me este evitando, después del desayuno la señora Gloria y yo vamos al salón donde me entrega otro pañuelo para qué practiqué mi bordado. -Gloria ¿ ocurre algo con el señor Max ? -lo preguntas por que no asistió al desayuno ni a la cena, verdad. -si, temo que mi falta de coordinación al bailar lo haya disgustado. -para nada solo que tiene algunos asuntos pendientes qué necesitaban de su atención y cuando trabaja come en su oficina. Al recordar nuestro baile de anoche siento que el pulso se me acelera y como las mejillas me arden por recordar su cercanía, sus ojos grises mirándome fijamente y como los mechones de su cabello negro adornaban su rostro, una sonrisa adorna involuntariamente me rostro. -¿ que le gusta al señor Max ? deseo hacerle un pañuelo
Diana. Esta mañana al ver por la ventana de mi habitación mientras me preparaba para el desayuno me percate de que la nieve a comenzado a desaparecer para darle paso a la primavera, ya han pasado dos meses desde que llegue aquí donde me han cuidado sin importar quien soy, salgo de mi habitación y me dirijo al comedor donde soy la primera en llegar y mientras me sirve el desayuno Alfonso llega Max y se sienta a mi lado en completo silencio, todavía tengo el pañuelo qué le borde con mi persona, tomo mucho aire para reunir mi valor y por fin entregárselo. -buenos días señor Max. -buenos días señorita Diana. ¿ como amaneció esta mañana ? -muy bien y más con el cambio de clima. -si, con la llegada de la primavera nos podremos retirar a la capital con seguridad. Esas palabras me alegran y mucho ya que podré por fin volver a ver a mis padres pero debo de enfocarme, meto la mano en mi bolsillo y saco el pañuelo con un poco de nervios para extenderse lo llamando su atención. -deseó darl