cap 4

Diana.

Vuelvo a despertar después de una cuantas horas ya que el sol se a ocultado de nuevo, miro asía la ventana qué esta nevando de forma fuerte y no se siente por la chimenea qué esta encendida, escucho que la puerta se abre y miro entrar al hombre de cabello negro que al verme sentada en la cama me da una sonrisa amable.

-que bueno que despertaste, pediré que te traigan algo de comer.

El hombre sin esperar mi respuesta sale en la habitación dejándome sola, me pregunto por que son tan amables conmigo tal vez estén ocultando algo, el hombre regresa seguido por la señora Gloria qué empuja un carrito con algunos lados, una tetera con tazas, el hombre se sienta a la mesa qué esta cerca de la ventana y espera pacientemente mientras la señora Gloria le entregue un plato de comida y le sirve té, su rostro es tan bello y cerezo pero debo de recordar que el diablo siempre usa las máscaras más bella para enfatizar y así obtener lo que desea pero no debo de asumir esto primero debo de averiguar lo que desean de mi, Gloria me deja una charola en el regazo regresando me a la realidad, le doy una sonrisa amable.

-muchas gracias señora Gloria.

-de nada.

-me alegra saber que ya puedes hablar qué deseo preguntarte algunas cosas.

Miro de reojo al hombre de cabello negro que comienza a comer tranquilamente, ya me comenzara a pedir algo o decirme que le debo algo, mi estómago gruñe fuertemente llamando la atención de los presentes, cierro los ojos con vergüenza deseando qué me comieran las sábanas para poder desaparecer de esta habitación qué se llena de una risa por parte del hombre de cabello negro.

-señor no sea grosero.

-lo siento pero me causa gracia.

Sus palabras me molestan, lo miro con desagrado y no puedo callar mi lengua.

-no veo la gracia que el cuerpo de una persona que estuvo muriendo hambre reaccione a los delicioso aromas de una comida caliente.

El rostro del hombre cambia totalmente a uno más serio para después ver hacia otro lado.

-mis disculpas.

Doy un suspiro cansado y calmo mi mente qué ellos me están dando comida y un lugar para dormir además me curaron las heridas.

-debería ser yo quien me disculpe por mis palabras ustedes solo han sido amables y fui muy grosero con usted.

-no fue mi culpa usted solo se defendió antes mis burlas por favor coma después de comer hablaremos.

El hombre vuelve a comer tranquilamente y después de ver a Gloria comienzo a comer pero no puedo contener a mi cuerpo ya que al sentir el delicioso sabor de la comida en mi boca comienza a comer con rapidez y desesperación asta que me termine el plato de sopa, me siento tan avergonzada por mi comportamiento qué no tengo el valor de alzar la mirada.

-Gloria vuelve le a servir.

-si mi señor.

Gloria sale de la habitación llevándose mi plato en el carrito, miro al hombre de cabello negro que me mira calmado mientras come.

-que no te de vergüenza pedir más, hay suficiente comida y no te preocupes por los modales comprendo tu estado.

-gracias ¿ de que quiere hablar ?

-¿ quisiera saber como termino en ese estado claro si desea hablar de ello ?

Medito un poco y no se si decirle la verdad pero en quien puedo confiar si no en la persona que salvo mi vida y me acogio sin conocerme.

-fue el conde Lucían De Burdeos.

Al decir esas palabras el hombre deja de comer y me mira fijamente.

-¿ esta segura ?

-claro, jamás se me va olvidar el hombre que clavo agujas en mis piernas y dejo caer cosas pesadas en mis pies.

El hombre sonríe de forma un poco tenebrosa alarmando me, tomo la cuchara con fuerza para defenderme sé que no podré hacerle daño alguno con esto pero no pienso caer sin pelear.

-sabes tengo el presentimiento de que seremos muy buenos amigos.

-¿ que ?

-si, tenemos una persona detestaba en común.

Sus palabras me dejan muy desconcertada pero todavía no e preguntado el nombre de mi benefactor.

-disculpe ¿ pero podría saber el nombre de mi salvador ?

-soy Max ¿ y usted señorita ?

-soy Diana Verdegri.

-es un placer conocerte a una mujer con una fuerte voluntad de vivir.

La señora Gloria regresa con un plato nuevo de sopa qué me coloca de nuevo en el regazo, esta ves comienzo a comer de forma más calmada, me siento más tranquila al saber que Max no es partidario de Lucían.

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