Diana.
Vuelvo a despertar después de una cuantas horas ya que el sol se a ocultado de nuevo, miro asía la ventana qué esta nevando de forma fuerte y no se siente por la chimenea qué esta encendida, escucho que la puerta se abre y miro entrar al hombre de cabello negro que al verme sentada en la cama me da una sonrisa amable. -que bueno que despertaste, pediré que te traigan algo de comer. El hombre sin esperar mi respuesta sale en la habitación dejándome sola, me pregunto por que son tan amables conmigo tal vez estén ocultando algo, el hombre regresa seguido por la señora Gloria qué empuja un carrito con algunos lados, una tetera con tazas, el hombre se sienta a la mesa qué esta cerca de la ventana y espera pacientemente mientras la señora Gloria le entregue un plato de comida y le sirve té, su rostro es tan bello y cerezo pero debo de recordar que el diablo siempre usa las máscaras más bella para enfatizar y así obtener lo que desea pero no debo de asumir esto primero debo de averiguar lo que desean de mi, Gloria me deja una charola en el regazo regresando me a la realidad, le doy una sonrisa amable. -muchas gracias señora Gloria. -de nada. -me alegra saber que ya puedes hablar qué deseo preguntarte algunas cosas. Miro de reojo al hombre de cabello negro que comienza a comer tranquilamente, ya me comenzara a pedir algo o decirme que le debo algo, mi estómago gruñe fuertemente llamando la atención de los presentes, cierro los ojos con vergüenza deseando qué me comieran las sábanas para poder desaparecer de esta habitación qué se llena de una risa por parte del hombre de cabello negro. -señor no sea grosero. -lo siento pero me causa gracia. Sus palabras me molestan, lo miro con desagrado y no puedo callar mi lengua. -no veo la gracia que el cuerpo de una persona que estuvo muriendo hambre reaccione a los delicioso aromas de una comida caliente. El rostro del hombre cambia totalmente a uno más serio para después ver hacia otro lado. -mis disculpas. Doy un suspiro cansado y calmo mi mente qué ellos me están dando comida y un lugar para dormir además me curaron las heridas. -debería ser yo quien me disculpe por mis palabras ustedes solo han sido amables y fui muy grosero con usted. -no fue mi culpa usted solo se defendió antes mis burlas por favor coma después de comer hablaremos. El hombre vuelve a comer tranquilamente y después de ver a Gloria comienzo a comer pero no puedo contener a mi cuerpo ya que al sentir el delicioso sabor de la comida en mi boca comienza a comer con rapidez y desesperación asta que me termine el plato de sopa, me siento tan avergonzada por mi comportamiento qué no tengo el valor de alzar la mirada. -Gloria vuelve le a servir. -si mi señor. Gloria sale de la habitación llevándose mi plato en el carrito, miro al hombre de cabello negro que me mira calmado mientras come. -que no te de vergüenza pedir más, hay suficiente comida y no te preocupes por los modales comprendo tu estado. -gracias ¿ de que quiere hablar ? -¿ quisiera saber como termino en ese estado claro si desea hablar de ello ? Medito un poco y no se si decirle la verdad pero en quien puedo confiar si no en la persona que salvo mi vida y me acogio sin conocerme. -fue el conde Lucían De Burdeos. Al decir esas palabras el hombre deja de comer y me mira fijamente. -¿ esta segura ? -claro, jamás se me va olvidar el hombre que clavo agujas en mis piernas y dejo caer cosas pesadas en mis pies. El hombre sonríe de forma un poco tenebrosa alarmando me, tomo la cuchara con fuerza para defenderme sé que no podré hacerle daño alguno con esto pero no pienso caer sin pelear. -sabes tengo el presentimiento de que seremos muy buenos amigos. -¿ que ? -si, tenemos una persona detestaba en común. Sus palabras me dejan muy desconcertada pero todavía no e preguntado el nombre de mi benefactor. -disculpe ¿ pero podría saber el nombre de mi salvador ? -soy Max ¿ y usted señorita ? -soy Diana Verdegri. -es un placer conocerte a una mujer con una fuerte voluntad de vivir. La señora Gloria regresa con un plato nuevo de sopa qué me coloca de nuevo en el regazo, esta ves comienzo a comer de forma más calmada, me siento más tranquila al saber que Max no es partidario de Lucían.Maximiliano. Han pasada ya tres días desde que perdí mi cama y estado durmiendo en la habitación de invitados, paso de ves en cuando a mi habitación para ver el estado de Diana qué a mejorado poco a poco, doy un suspiro cansado qué no paso desapercibido para Alfonso qué esta a mi lado.-¿ ocurre algo señor ?Cierro mi libro y lo miro de reojo.-estoy un poco aburrido, por la culpa de la nieve no puedo salir y Jacobo todavía no a regresado.-desea qué le prepare algo de comer o una bebida caliente.-no prefiero algo más fuerte, traeme una copa de vino.-si mi señor.Miro como Alfonso se retira de la biblioteca y antes de regresar a mi lectura miro que la puerta de la habitación es abierta de nuevo y me sorprende ver a Diana parada en la puerta vestida con un vestido que parece ser de Gloria ya que es la única mujer que me acompañó a la casa de verano, le doy una sonrisa amable.-me alegra ver que ya se siente mejor.-todo gracias a sus atenciones señor Max.-por favor siéntese hay que
Diana. Me percató por las expresiones de Max que me esta ocultando algo, siempre e sido buena para leer a las personas no se por que me deje llevar por el amor que sentía por Lucían antes que se convertido en un deseo insano de verlo sufrir y retorcerse de dolor, la puerta de la habitación es abierta por Alfonso qué trae una botella de vino qué sirve con elegancia en una copa que extiende a Max.-disculpe Max ¿ por que no esta a favor del cande ?El señor Max me mira con una sonrisa un poco triste para después ver asía otro lado.-el conde ase un tiempo cortejo a mi hermana desde quince años pero cuando le deje en claro que no obtendría ganancias por sus acercamiento la abandono totalmente, sé que al hacer eso fui el culpable directo de que el conde se apartará pero solo lo hice para ver cuales eran sus verdaderas intenciones ya que si la amara no se hubiera ido.Maldito bastardo, era solo una niña, deberían encerar lo en una mazmorra y dejar que se pudra allí.-señorita Diana le te
Diana. Pasan los días y mi cuerpo cada día se recupera más ganando un poco de peso pero no como antes si no de un afirma más sana, la herida en mi vientre curó totalmente y Alfonso me retiro los puntos ayer en la tarde, también conocí a Jacobo el asistente personal de Max que es un hombre enérgico y que le gusta hablar mucho ya que durante las comidas no puede mantener la boca cerrada asta que Max le dice que se calle, miro mis piernas en el agua de la tina llenas de cicatrices y marcas por las torturas a las qué me sometió Lucían solo para que firmará ese estúpido contrato me alegra jamás a ver cedido recuerdo que varias veces se los escupí llenándose de sangre y lo tuvieron que hacer varias veces, escucho que alguien toca la puerta del baño sacándome de mis pensamientos. -¿ quien es ? -soy Gloria ¿ ya desea salir señorita ? -creo que si. Me levanto de la tina mientras Gloria entra y me ayuda a ponerme la bata de baño y seca mi cabello qué ya a comenzado a crecer, recuerdo
Diana. Me siento tan frustrada ya que todas las cosas que me a querido enseñar la señora Gloria fracaso estrepitosamente y ya me duelen los dedos de tantas veces que me he pinchado los dedos con la aguja asta que mi paciencia se acaba y dejo salir mi carácter. -hay ya no puedo con esto, para que quiero saber como bordar un Tonto pañuelo. Mi rabieta no pasa desapercibida por la señora Gloria y Max que está sentado cerca de nosotros. -pero señorita todas las damas deben de saber bordar, arreglar ramos de flores, organizar fiestas de té o pintar bellas obras de arte. Todas esas cosas se me asen una completa tontería y perdida de tiempo, el señor Max se levanta del sillón y se acerca a ver lo que e bordado en el pañuelo -¿ que es eso ? ¿ un pájaro ? -es una rosa y si cree que es tan fácil por que no lo intenta usted. -esas cosas de mujeres pero no creó qué sea tan difícil. -esto es una perdida de tiempo lo mil son los libros de cuentas, las lecturas y los negocios. -¿
Diana.Apezar del dolor que sienten mis dedos no dejo de platicar asta que la melodia suena de forma decente, al terminar de tocar Alfonso me entrega una carta y al ver de quien es abro los ojos con sorpresa y alegria, es la respuesta de mi padre, tomo la carta de su mano con alegria y después de darle las gracias me retiro a mi habitación que en realidad es de Max pero no quiso retomarla, me siento en uno de los sillones qué esta cerca a de la ventana para abrir la carta y comenzar a leer la tosca letra de mi padre. Hija mía me llenas de dicha al saber que esta con bien, el corazón se nos detuvo a tu madre y a mi cuando nos llego un mensajero informando tu deceso pero al recibir tu carta el alma nos volvió al cuerpo y debo decirte que el conde Lucían nos trajo unos papeles con tu firma pero tu madre se dio cuenta que no era tu letra y me alegra no aver le dado nada a ese mequetrefe, no me cabe en la cabeza que ese hombre no tenga vergüenza algona por lo que te hizo desearía
Diana. Hoy en mis clases de refinamiento con la señora Gloria dejamos de lados las manualidades femeninas y nos enfocamos en los modales en una fiesta de té y es algo que domino un poco pero me falla la conversación y escucho una reprimenda más por parte de Gloria. -no puede responder una grosería de forma tan directa debes de responder de forma elegante y más sutil. -no veo nada de malo responder de forma directa y concreta. -es una forma más efectiva sin duda pero te deja en muy malos ojos antes de los demás como una mujer impulsiva y grosera. -pero señor Max solo respondí a la grosería qué me hicieron primero. -si pero eso es lo que esperan las personas con las que te vas a topar que pierdas la calma y hagas una escena frente a todos, debes de ser más sutil y dar puñaladas con tus palabras. La forma que me dice Max me parece menos eficaz pero comprendo su punto y mejoró mi respuesta ante las palabras de que soy solo una plebeya arribista. -si soy una plebeya pero difiero co
Maximiliano. Al ver a Diana bailando con Jacobo me lleno de molestia y celos, por que tiene que ser Jacobo el que baile el con Diana y no yo, yo bailo mejor que él lo hago de forma más refinada y suave, Jacobo es muy bruto y brusco con ella incluso hizo qué se cayera al suelo, miro qué Diana se retira del salón dejándome solo con Gloria qué me mira con una sonrisa burlona, me doy la vuelta y comienzo a tocar el piano para evitar su mirada. -¿ mi señor me podría decir que le pasa ? -no sé a que te refieres. -señor lo he cuidado desde que era un niño y conozco la mirada qué pone cuando ve algo que quiere y alguien más lo toma. Me pongo nervioso ante las palabras de Gloria e incluso me equivoco en una nota, dejo de tocar y solo miro las teclas del piano. -no necesito que me responda lo estado mirando y ya me di cuenta de todo y por lo mismo no me opuse a que le enseñe etiqueta real pero debe de saber que esa jovencita será devorada por los lobos que habitan en el palacio principalm
Diana. Durante la cena no miro a Max y doy gracias por que no allá aparecido por que no sabría que cara poner cuando lo vea pero durante el desayuno pasa lo mismos no come con nostros y me comienzo a preocupar de que tal ves me este evitando, después del desayuno la señora Gloria y yo vamos al salón donde me entrega otro pañuelo para qué practiqué mi bordado. -Gloria ¿ ocurre algo con el señor Max ? -lo preguntas por que no asistió al desayuno ni a la cena, verdad. -si, temo que mi falta de coordinación al bailar lo haya disgustado. -para nada solo que tiene algunos asuntos pendientes qué necesitaban de su atención y cuando trabaja come en su oficina. Al recordar nuestro baile de anoche siento que el pulso se me acelera y como las mejillas me arden por recordar su cercanía, sus ojos grises mirándome fijamente y como los mechones de su cabello negro adornaban su rostro, una sonrisa adorna involuntariamente me rostro. -¿ que le gusta al señor Max ? deseo hacerle un pañuelo