Diana.Apezar del dolor que sienten mis dedos no dejo de platicar asta que la melodia suena de forma decente, al terminar de tocar Alfonso me entrega una carta y al ver de quien es abro los ojos con sorpresa y alegria, es la respuesta de mi padre, tomo la carta de su mano con alegria y después de darle las gracias me retiro a mi habitación que en realidad es de Max pero no quiso retomarla, me siento en uno de los sillones qué esta cerca a de la ventana para abrir la carta y comenzar a leer la tosca letra de mi padre. Hija mía me llenas de dicha al saber que esta con bien, el corazón se nos detuvo a tu madre y a mi cuando nos llego un mensajero informando tu deceso pero al recibir tu carta el alma nos volvió al cuerpo y debo decirte que el conde Lucían nos trajo unos papeles con tu firma pero tu madre se dio cuenta que no era tu letra y me alegra no aver le dado nada a ese mequetrefe, no me cabe en la cabeza que ese hombre no tenga vergüenza algona por lo que te hizo desearía
Diana. Hoy en mis clases de refinamiento con la señora Gloria dejamos de lados las manualidades femeninas y nos enfocamos en los modales en una fiesta de té y es algo que domino un poco pero me falla la conversación y escucho una reprimenda más por parte de Gloria. -no puede responder una grosería de forma tan directa debes de responder de forma elegante y más sutil. -no veo nada de malo responder de forma directa y concreta. -es una forma más efectiva sin duda pero te deja en muy malos ojos antes de los demás como una mujer impulsiva y grosera. -pero señor Max solo respondí a la grosería qué me hicieron primero. -si pero eso es lo que esperan las personas con las que te vas a topar que pierdas la calma y hagas una escena frente a todos, debes de ser más sutil y dar puñaladas con tus palabras. La forma que me dice Max me parece menos eficaz pero comprendo su punto y mejoró mi respuesta ante las palabras de que soy solo una plebeya arribista. -si soy una plebeya pero difiero co
Maximiliano. Al ver a Diana bailando con Jacobo me lleno de molestia y celos, por que tiene que ser Jacobo el que baile el con Diana y no yo, yo bailo mejor que él lo hago de forma más refinada y suave, Jacobo es muy bruto y brusco con ella incluso hizo qué se cayera al suelo, miro qué Diana se retira del salón dejándome solo con Gloria qué me mira con una sonrisa burlona, me doy la vuelta y comienzo a tocar el piano para evitar su mirada. -¿ mi señor me podría decir que le pasa ? -no sé a que te refieres. -señor lo he cuidado desde que era un niño y conozco la mirada qué pone cuando ve algo que quiere y alguien más lo toma. Me pongo nervioso ante las palabras de Gloria e incluso me equivoco en una nota, dejo de tocar y solo miro las teclas del piano. -no necesito que me responda lo estado mirando y ya me di cuenta de todo y por lo mismo no me opuse a que le enseñe etiqueta real pero debe de saber que esa jovencita será devorada por los lobos que habitan en el palacio principalm
Diana. Durante la cena no miro a Max y doy gracias por que no allá aparecido por que no sabría que cara poner cuando lo vea pero durante el desayuno pasa lo mismos no come con nostros y me comienzo a preocupar de que tal ves me este evitando, después del desayuno la señora Gloria y yo vamos al salón donde me entrega otro pañuelo para qué practiqué mi bordado. -Gloria ¿ ocurre algo con el señor Max ? -lo preguntas por que no asistió al desayuno ni a la cena, verdad. -si, temo que mi falta de coordinación al bailar lo haya disgustado. -para nada solo que tiene algunos asuntos pendientes qué necesitaban de su atención y cuando trabaja come en su oficina. Al recordar nuestro baile de anoche siento que el pulso se me acelera y como las mejillas me arden por recordar su cercanía, sus ojos grises mirándome fijamente y como los mechones de su cabello negro adornaban su rostro, una sonrisa adorna involuntariamente me rostro. -¿ que le gusta al señor Max ? deseo hacerle un pañuelo
Diana. Esta mañana al ver por la ventana de mi habitación mientras me preparaba para el desayuno me percate de que la nieve a comenzado a desaparecer para darle paso a la primavera, ya han pasado dos meses desde que llegue aquí donde me han cuidado sin importar quien soy, salgo de mi habitación y me dirijo al comedor donde soy la primera en llegar y mientras me sirve el desayuno Alfonso llega Max y se sienta a mi lado en completo silencio, todavía tengo el pañuelo qué le borde con mi persona, tomo mucho aire para reunir mi valor y por fin entregárselo. -buenos días señor Max. -buenos días señorita Diana. ¿ como amaneció esta mañana ? -muy bien y más con el cambio de clima. -si, con la llegada de la primavera nos podremos retirar a la capital con seguridad. Esas palabras me alegran y mucho ya que podré por fin volver a ver a mis padres pero debo de enfocarme, meto la mano en mi bolsillo y saco el pañuelo con un poco de nervios para extenderse lo llamando su atención. -deseó darl
Maximiliano. Espero con ansias a Diana en la puerta de la casa ya listo con mi capa y botas para la nieve, escucho sus pasos venir y fijo mi vista en el pasillo para verla salir con el hermoso vestido verde con su capa a juego y se a recogido el cabello bajo su sombre de piel, me regala una sonrisa que acelera mi pulso y ase qué una dulce sonrisa adorne mi rostro. -¿ como me veo ? -pareces una princesa invernal. -gracias por todas las cosas Max. -de nada, ahora vamos qué los caballos nos esperan. Abro la puerta de la casa y hago un ademán para qué pase primero, al salir Jacobo nos espera con los caballos, al ver el rostro de Diana en ves de ser de felicidad se mira angustiada pensé que está salida le gustaría mucho pero con lo que me dijo de su temor a los equinos tendré que pensar en otra forma de poder pasear, me acerco a mi caballo y le extiendo la mano a Diana qué la toma con una sonrisa dulce. -¿ que te parece si compartimos el caballo ? Un rubor aparece en el rostro de
Diana. Al caerme del caballo junto con Max me lastime el pie pero no quise decirle nada a Max para no preocuparlo pero al comenzar a caminar así la mansión el dolo se está volviendo insoportable y en un paso el dolor me ase tropezar pero le doy gracias a dios que Max estaba a mi lado y rápidamente me tendio la mano para evitar mi caída, Max me mira muy preocupado. -¿ estas bien ? ¿ te duele algo ? -creó qué me torcí el pie. Max sin decirme nada me alza en brazos y me lleva a el tronco de un árbol caido donde me deja con mucho cuidado. -¿ puedo ? Max me ase una seña asía mi pie y solo asiendo, me levanto un poco el vestido y extiendo el pie, Max me quita con cuidado la bota y mira mi pie que está hinchado. -dios, esto por una torcedura. -en verdad cuando me caí del caballo me lastime el pie. -¿ por que no me dijiste nada ? -no quería ser una molestia. -jamás serás una molestia para mi y no quiero que me ocultes nada como esto otra vez, ten me confianza. -te la t
Diana. Esta mañana me levanto temprano y me quedo sentada en la cama observando por la ventana, la nieve casi se ha derretido por completo Gloria me dijo que no tardamos en regresar a la capital y es algo que me tiene un poco preocupada ya que no iré a mi casa sino al palacio del emperador donde por fin podré conocer al regente del cual hay tantos rumores pero lo que todos concuerdan es que es muy guapo aunque solo quiero ir a mi casa pero deseo vergarme de Lucían por todo lo que me hizo, yo jamás he sido cruel o mala con alguna persona para que los demás me traten de la misma forma pero él se ha ganado un lugar en mi corazón un lugar lleno de rencor y de odio que incluso ni siquiera yo sabía que tenía deseo verlo encerrado tras las rejas para que no pueda volver hacerle esto a ninguna mujer dios sabrá cuántas más no habrá sido torturadas y desaparecidas por esa pareja de psicópatas lo único bueno de lo que me pasó fue conocer a Max puede ser un poco serio pero tiene buen corazón y a