Maximiliano. Al ver la expleción en el rostro de Diana al bailar me preocupe ya que a pesar de que me miraba con atención sus ojos se ven tristes, al terminar el baile como siempre las damas y los lambiscones me rodean separando de ella, al poder desafanar me de ellos busco a Diana con la mirada buscando el vestido rojo entre las personas y por fin lo veo rodeada de damas en las que se incluyen mi madre, me preocupa que sea grosera con Diana pero al acercarme miro que ella se retira de su presencia intento seguirla pero mi madre me detiene el paso. -hijo mío qué maravilloso baile has organizado incluso has contratado bufones. Se que mi madre se está refiriendo a Diana, por que es tan cruel con los de menor estatus desearía decirle lo que verdaderamente pienso pero hay muchos oídos a nuestro alrededor, le doy una sonrisa a mi madre. -que bueno que te guste madre y espero que te acostumbres a reír por que estará aquí un buen tiempo, disfruta de la baile madre. Me alejo de mi
Diana. Al abrir los ojos me percató de que Max sigue dormido abanzamdome fuertemente por la cintura con la cabeza cerca de mis pechos poniéndome nerviosa por un momento me paso por la cabeza en golpearlo en la espalda para despertarlo y hacer que se quite de mi espacio personal pero recuerdo que es el emperador del imperio y si hago eso mi cabeza podría correr peligro así que solo me resigno a esperar que despierte, al sentirlo tan cerca me siento tan cómoda a pesar de que está situación es totalmente reprochable y si alguien nos mira así pensara lo más lógico que pase una noche apasionada con Max, doy un suspiro cansado antes de volver a cerrar los ojos en un intento de dormirme pero es algo en vano no puedo dejar de pensar en Max por habías razones. Maximiliano. Siento que la cabeza me retumba como si fuera una campana, diablos ya no vuelvo a tomar de esa forma lo único bueno es que mi almohada esta tan suave y cómoda esperen un momento no recuerdo a ver llegado a mi habitación
Julieta. Mi taza se escapa de mi mano rompiéndose en el suelo ensuciando la parte baja de mi vestido, no puedo asimilar por completa lo que me acaba de decir mi criada personal, la miro fijamente llena de odio. -¿ que has dicho ? Mi sirvienta baja la mirada con miedo y puedo ver como le comienzan a temblar las manos. -el emperador Maximiliano paso la noche en la habitación de la duquesa Diana y salió asta que salio el sol. -¡ NO TE ATREVAS A LLAMAR A ESA ZORRA DUAQUESA ! -lo siento mi señora. -lárgate. No a pasado ni un día y ya se esta acostando se con esa cualquiera, como me puede hacer eso a mi, qué tiene esa cucaracha qué yo no, soy mejor que ella en todo, me muerdo la uña con frustración pensando en alguna idea de como sacarla de aquí y acabar con ella. -necesito cambiarme de vestido y que llamen a la vizcondesa Maria y a la baroneza Rosa para organizar una fiesta de té privadas e inviten a esa mujer.-¿ esta segura mi señora ?-si le demostraré su verdadero lugar en el
Diana. Las chicas de servicio me han colocado un vestido verde claro y me han peinado recogiendo todo mi cabello en una trenza, una de las chicas me acompaña al jardín trasero donde se llevará acabo la fiesta de té, al llegar miro un grupo de damas sentadas ya tomando té al percatarse de mi presencia todas me miran con desprecio y molestia, esto me da mala espina, intento fingir qué no me percato de nada y hago una leve reverencia asía las damas y les doy una sonrisa amable. -disculpen mi tardanza. -no te preocupes, adelante siéntate té quiero presentar a la vizcondesa Maria y la baroneza Rosa, damas ella es Diana Verdegri, oh disculpa duquesa Diana Verdegri.Me siento en la única silla libre qué queda al frente de Julieta.-fue nombrada recientemente verdad, ya que no escuchado su nombre antes.-así es.-¿ todavía no tiene dama de compañía?-¿ quien va a querer manchar su reputación siendo la dama de compañía de una duquesa de dudoso linaje ?Miro con mucha molestia a la viscondes
Diana. Han pasado algunos días desde que asistí a esa fiesta de té tan desagradable y no dejo de pensar en el comportamiento de Max primero me protegió de Julieta y no dejo que tomara el pañuelo de él duque George me hago ilusiones de que siente algo verdadero y genuino así mi, hoy Víctor y yo nos desocupamos temprano y decidimos tomar un refrigerio juntos en el invernadero bueno se lo propuse hoy ya que no me gusta estas tanto tiempo sola y sin hacer nada y debo de admitir que la compañía del marques Víctor es agradable a pesar de que no habla mucho y que todavía es un poco tosco con su tratamiento asía mi, Max me dijo que hoy cenariamos juntos aunque ayer se supone que Max iba a cenar conmigo pero al parecer hay algunos problemas con unos mercenarios qué atacan a los viajeros sin importarles su estatus social, tomo un trago de mi taza de té qué esta dulce mientras Víctor limpia sus lentes.-me molesta tanto que al tomar té mis lentes se empañen.-¿ por que no te los quitas fuera de
Diana. Después de hablar casi por una hora una de las chicas de servicio nos trae té y algunos bocadillos y nos avisa que las habitaciones de mis invitados ya están listas le agradezco y se queda en la habitación por si necesitamos algo más. -hay Diana en que lindo lugar vives, lo siento todavía no me acostumbro a llamarte duquesa -descuida Elena yo tampoco me hago a la idea pero no te preocupes tanto. -no digas eso hija todos debemos llamarte por el titulo para que nadie te trate menos. -no lo sé Flancin yo miro a mi hija exactamente igual solo que ahora más delgada ¿ te están dando los suficientes alimentos hija ? -si papá solo qué cuando me encontró el emperador estaba enferma y por eso baje de peso. -todavía no puedo creer que ese mal nacido te allá tenido tan mal para que cayeras enferma. Mi padre se molesta pero es algo lógico soy su única hija pero me incomoda no poder decirle la verdad pero so lo hago estoy segura que armaría un revuelo entre sus conocidos y pod
Diana. Max me acompaña esta mis habitaciones done me vuelve a besar los nudillos para desearme una buena noche, siento que las mejillas se me ruborisan tanto que estoy segura que estoy roja, entro a mi recibidor y me encuentro a Elena sentada al lado de la señora Gloria, ya se me avía olvidado que me estaba esperando Elena. -¿ como te fue con el emperador ? Elena me mira de forma pícara y me da una sonrisa burlona llenando me de vergüenza intento disimular y me siento frente a ellas. -¿ y bien ? Maldición también se une la señora Gloria y con ella me da más vergüenza por que nos a encontrado en algunas situaciones un poco penosas. -solo hablamos.-¿ enserio y no podrían hablar frente a tu padres ?-son cosas personales.-Diana no dejare que te vuelvas enamorar no quiero que sufras de nuevo.Las palabras de Elena me toman por sorpresa pero la comprendo siempre fuimos muy unidas ya que Elena es parecida a mi con respecto a la forma de pensar ella a rechazado todas las propuesta de
Maximiliano. Hoy Diana saldrá del palacio y me siento inquieto por no poder ir con ella por lo tanto he organizado un grupo de guardias qué la va a escoltar y he dado la orden de no dejarla sola en ningún momento y si algo le pasa los matare personalmente pero aun así no me siento cómodo con el hecho no poder ir y me molesta mas que el marques Víctor ira con ella ya me han informado qué se han hecho cercanos incluso toman el té juntos y ahora paseara a su lado, al imaginarlos caminando juntos pasándola bien me irita y no me deja concentrarme en la junta, a esto hora ya deben de están en el pueblo y con solo pensar que Diana le sonría a otro hombre rechino los dientes y me levanto de mi asiento con brusqueda. -discúlpen me pero tendremos que continuar esta junta después. Mi reacción sorprende a todos los presentes pero antes de que alguien me diga algo salgo del salón seguido por Jacobo que me sigue de cerca. -mi señor se puede saber ¿ que pasa ? -necesito que me prestes ropa. -¿