Diana. Han pasado algunos días desde que asistí a esa fiesta de té tan desagradable y no dejo de pensar en el comportamiento de Max primero me protegió de Julieta y no dejo que tomara el pañuelo de él duque George me hago ilusiones de que siente algo verdadero y genuino así mi, hoy Víctor y yo nos desocupamos temprano y decidimos tomar un refrigerio juntos en el invernadero bueno se lo propuse hoy ya que no me gusta estas tanto tiempo sola y sin hacer nada y debo de admitir que la compañía del marques Víctor es agradable a pesar de que no habla mucho y que todavía es un poco tosco con su tratamiento asía mi, Max me dijo que hoy cenariamos juntos aunque ayer se supone que Max iba a cenar conmigo pero al parecer hay algunos problemas con unos mercenarios qué atacan a los viajeros sin importarles su estatus social, tomo un trago de mi taza de té qué esta dulce mientras Víctor limpia sus lentes.-me molesta tanto que al tomar té mis lentes se empañen.-¿ por que no te los quitas fuera de
Diana. Después de hablar casi por una hora una de las chicas de servicio nos trae té y algunos bocadillos y nos avisa que las habitaciones de mis invitados ya están listas le agradezco y se queda en la habitación por si necesitamos algo más. -hay Diana en que lindo lugar vives, lo siento todavía no me acostumbro a llamarte duquesa -descuida Elena yo tampoco me hago a la idea pero no te preocupes tanto. -no digas eso hija todos debemos llamarte por el titulo para que nadie te trate menos. -no lo sé Flancin yo miro a mi hija exactamente igual solo que ahora más delgada ¿ te están dando los suficientes alimentos hija ? -si papá solo qué cuando me encontró el emperador estaba enferma y por eso baje de peso. -todavía no puedo creer que ese mal nacido te allá tenido tan mal para que cayeras enferma. Mi padre se molesta pero es algo lógico soy su única hija pero me incomoda no poder decirle la verdad pero so lo hago estoy segura que armaría un revuelo entre sus conocidos y pod
Diana. Max me acompaña esta mis habitaciones done me vuelve a besar los nudillos para desearme una buena noche, siento que las mejillas se me ruborisan tanto que estoy segura que estoy roja, entro a mi recibidor y me encuentro a Elena sentada al lado de la señora Gloria, ya se me avía olvidado que me estaba esperando Elena. -¿ como te fue con el emperador ? Elena me mira de forma pícara y me da una sonrisa burlona llenando me de vergüenza intento disimular y me siento frente a ellas. -¿ y bien ? Maldición también se une la señora Gloria y con ella me da más vergüenza por que nos a encontrado en algunas situaciones un poco penosas. -solo hablamos.-¿ enserio y no podrían hablar frente a tu padres ?-son cosas personales.-Diana no dejare que te vuelvas enamorar no quiero que sufras de nuevo.Las palabras de Elena me toman por sorpresa pero la comprendo siempre fuimos muy unidas ya que Elena es parecida a mi con respecto a la forma de pensar ella a rechazado todas las propuesta de
Maximiliano. Hoy Diana saldrá del palacio y me siento inquieto por no poder ir con ella por lo tanto he organizado un grupo de guardias qué la va a escoltar y he dado la orden de no dejarla sola en ningún momento y si algo le pasa los matare personalmente pero aun así no me siento cómodo con el hecho no poder ir y me molesta mas que el marques Víctor ira con ella ya me han informado qué se han hecho cercanos incluso toman el té juntos y ahora paseara a su lado, al imaginarlos caminando juntos pasándola bien me irita y no me deja concentrarme en la junta, a esto hora ya deben de están en el pueblo y con solo pensar que Diana le sonría a otro hombre rechino los dientes y me levanto de mi asiento con brusqueda. -discúlpen me pero tendremos que continuar esta junta después. Mi reacción sorprende a todos los presentes pero antes de que alguien me diga algo salgo del salón seguido por Jacobo que me sigue de cerca. -mi señor se puede saber ¿ que pasa ? -necesito que me prestes ropa. -¿
Diana.Esta mañana parece de cuento el sol es cálido y una corriente de aire fresco mueve la copa de los árboles y la compañía de Elena me llena de alegría, paseamos por el área donde están los mercado y mis padre rápidamente se separan de nosotros ya que mi padres comienzan hacer negocios con los mercantes, no me preocupo mucho por separarnos ya que tres de los cuatro guardias qué nos acompañan se quedan con ellos a mi petición, nosotros seguimos caminando y al pasar por una librería todos concordamos en entrar rápidamente Elena encuentra un libro de versos en alemán qué toma con mucha emoción.-mira duquesa este es el tomo qué me ase falta para mi colección.-¿ sabes leer alemán ?-no solo se leerlo si no que lo hablo con mucho fluidez aparte de otros tres idiomas.-que interesante qué una mujer se interesa por los idiomas.-mi padre es maestros y siempre quise ser maestras de lenguas.-¿ y por dejo su deseo ?-de donde somos no me autorizaron la licencia para enseñar son pocas las
Diana. Después de calmar mi rabia salgo de mi habitación encontrándome a la señora Gloria sentada esperándome en mi salón privado, de seguro la mando Max para que me lave el cerebro. -duquesa Gloria ¿ qué la trae a mis aposentos ? -me informaron qué al parecer se encontró con alguien que la molesto en el pueblo. Valla que es buena para ocultar las palabras de Max, tomo aire para calmarse mi mente y cuidar mis palabras. -no es nada grave duquesa ¿ no desea tomar té ? -sería algo agradable. Caminamos asía el recibidor y le pido a una de las chicas de servicio qué nos traigan el té al balcón donde esperamos en un silencio incomodo asta que es rompido por Elena qué entra al recibidor muy alarmada por mi. -Diana nos preocupantes mucho cuando te llevaron. -¿ les dijiste a mis padres ? -no, les dije que te cansaste y decidiste regresar al palacio solo lo sabemos el marques y yo.-¿ te pasó algo Diana ?Miro a la señora Gloria de forma calmada y maldigo qué Elena a veces no piense
Diana. Me limpio las lágrimas con prisa al escuchar qué alguien se acerca por el pasillo, a los pocos minutos veo a una a los guardias qué me trajeron aquí. -muevete ya te van a enjuiciar. -puedo saber que delito cometí. -no estamos autorizados para decir nada acerca del juicio. Me acerco a los barrotes para que me saquen de este lugar maloliente, me llevan a un ala del palacio qué no conozco y al entrar en ves de mirar a Max presente en la sala están la emperatriz viuda junto con una doncella vestida como las chicas de servio pero jamás la había visto antes, hago una leve reverencia asía ella y me percató ato de que a mi derecha esta la duquesa Julieta. -¿ puedo saber el por que me han tratado como un criminal ? -me parece algo descarado por tu parte preguntar eso pero sabiendo de donde provienes y lo que hiciste no me sorprende tu desfachatez, el día de ayer le regalaste unos chocolates a una sirvienta que avías envenenado solo por que esa sirvienta te miro de forma fea
Diana. Siento que la sangre me vuelvo al cuerpo cuando salgo de ese salón, jamás en mi vida avía tenido tanto miedo pensé por unos minutos mi vida se acabaría pero al tener a Max tan cerca de mi cuerpo se calma poco a poco, llama al medico qué a los pocos minutos llega acompañado de mis padres y Elena qué esta temblando como una hoja al viento junto con el marques y la señora Gloria, después de que el medico me revisa y anuncia que solo necesito descanso se retira y la primera en avalanzarse sobre mi y preguntar por mi es Elena como siempre. -¿ como estas ? ¿ te hicieron algo ? ¿ que paso ? -Elena por el amor de dios calma te y has una pregunta a la vez. -lo siento señor Verdegri. -no te preocupes Elena estoy bien solo que me tomaron por sorpresa. -¿ Diana me podrías explicar lo que paso ? Miro a Max que está sentado a mi lado con una mirada preocupante instalada en sus ojos. -me acusaron de matar a una criada con veneno, le regale los chocolates qué tu me mandaste ayer. -yo