Eran las ocho de la noche y me encontraba en la cocina comiendo sopa de fideos mientras pensaba en lo que había pasado en el bufete aquella tarde. Nicolás se había marchado y no había vuelto a saber de él, no podía permitirme tenerlo así de lejos a estas alturas, por lo tanto, me armé de valor y le marqué después de darle vueltas a una excusa por mi llamada.
Llevé el móvil al oído mientras me mordía las uñas por los nervios. No contestaba a mi llamada y me preocupé pensando en que no quería hablarme, que quizás estuviera harto de mí. Saltó el contestador y me atreví a dejarle un mensaje de voz.—Hola Nico. Espero no molestarte, pero me preguntaba si no te importaría pasar por mi casa…no me siento muy bien y no quiero molestarle a Maya. Pero si no puedes, tampoco imEstaba de espaldas sobre la alfombra de la sala de estar mientras Nicolás estaba sobre mí besándome con pasión y ternura, excitándome. Acariciaba cada parte de mi cuerpo por encima de la ropa hasta que al fin pasó sus cálidas manos por debajo de mi camisa. Podía sentir su dura erección contra mí y me aceleraba aún más el pulso. Pasó sus labios por mi cuello y continuó dejando intensos besos apasionados, cerré los ojos y disfruté cada segundo hasta que tuvo que interrumpirnos del sonido de su móvil.—¡Maldición! — lo escuché quejarse mientras se incorporaba a regañadientes tomando el celular y llevándolo al oído. — ¿Sí?... —resopló y observó la hora en su reloj de muñeca mientras escuchaba a su interlocutor. Me tuve que incorporar entretanto que me arreglaba la ropa, sabía que aquello tristemente se había acabado—estaré allí en una hora. —concluyó la llamada y colgó el móvil. Se volvió a mirarme, estaba totalmente ruborizada, ni siquier
Cuando llegó Nicolás, los gemelos corrieron a recibirles y éste les estrechó entre sus brazos con una gran sonrisa.—Hola Nicks, ¿habéis conocido ya a vuestra tía?Los niños se voltearon para verme de nuevo y él también me miró.—Sí—contestaron los dos. ¿Yo era tía? Qué emoción.—¿Os habéis portado bien con ella?—¿Nos hemos portado bien? —se volteó otra vez uno de ellos para verme mientras me hacía aquella pregunta que me pareció graciosa. Creo que era Niall, no estaba segura.—Por supuesto, sois los mejores niños del mundo.—¿Lo ves? —regresó a ver a su tío —nos hemos portado bien.—En ese caso, creo que os merecéis una recompensa. ¿D&oacut
Definitivamente estaba soñando, esto no estaba pasando. Él no acababa de soltar todo aquello. Pero cuando se acercó aún más a mí fundiendo sus labios con los míos, entonces confirmé que sí estaba hablando en serio, ¡realmente me quería! Lo acepté con ansias y no quería que parara, pero lo hizo y me quedé con las ganas.—El batido. —dijo.Se puso de pie y decidí seguirle. Tomó dos vasos y vertió en ellos el batido. Me ofreció uno de los vasos y mientras lo cogía me di cuenta de que estaba nerviosa, me estaba temblando la mano y cuando quise beberme el batido, se me derramó en el vestido.—¡Maldición! —me quejé observando el vestido.—Y aquí tenemos a la soñadora que conozco—se burló Nicolás.
Pov NICOLÁS HARRISMe bajé del coche tan rápido como pude. Tomé a Ronnie en brazos y corrí con ella en la entrada del hospital donde se acercaron unos enfermeros a ayudarme con una camilla, ni siquiera pude ponerle una ropa, solo la enrollé con las sábanas y me subí con ella al auto. Expliqué agitado lo que había sucedido, que se había desmayado de repente. Vi cómo se alejaban con ella por el pasillo.Los seguí preocupado dentro del edificio, pero me pidieron que aguardara en la sala de espera, que no podía entrar. ¿Cómo que no podía entrar? Quer&iac
Llegué al salón y me acerqué a la cocina a servirme un vaso de agua mientras asimilaba la realidad de lo que estaba pasando. Tenía que saber quién era el padre de su futuro hijo, quería saberlo o me volvería loco. No conocía a ningún hombre que estuviera acechándola, si lo había tenía que ser de la agencia donde trabajaba. ¿Y si era su ex? Noté que se llevaban bien, me bebí el vaso de agua de un trago intentando inútilmente que se me pasara la furia.Tenía mi móvil sobre la encimera, lo tomé y pensé que podía llamarle a Maya e interrogarla, estaba seguro de poder convencerla de que me dijera la verdad, ella debía estar al tanto de su estado. Pero no pude marcarla, era demasiado tarde y no quería molestarla. Tenía que esperar a que amaneciera.Volví a depositar el móvil sobre la encimera. Volv
Pov RONNIE BELLWOODPoco a poco fui abriendo los ojos, me froté los párpados y miré alrededor. Entonces me acordé de que había pasado la noche no solo en la casa de Nicolás, sino también en su cuarto.Lo vi sentado sobre un escabel atándose los cordones de sus zapados. Estaba ya cambiado y no me había despertado.—Buenos días— Saludé mientras me incorporaba en la cama. Me miró y me sonrió. Concluyó con la atadura y se puso en pie para luego acercarse a mí.—Muy buenos días, — dijo sentándose en la cama frente a mí. Estaba tan guap
Tomé mi blog, el mismo que me trajo hasta donde me encontraba ahora. Lo abrí cuidadosamente mientras me acomodaba sobre mi cama. Leí todo aquello que había escrito sobre Daniel. Ahora que lo releía de nuevo, sí me parecía una cursilada. Me reí de mí misma, ¿en qué estuve pensando? No es que me arrepintiera de pensar todo aquello sobre Daniel, seguía pensándolo, aunque definitivamente estuve equivocada en muchas cosas, como en que no podría enamorarme de alguien distinto a él, y me tocó a alguien totalmente opuesto, su pulmón.Llegué a la última página en la que había escrito, allí fue donde volví a ver el nombre de Nicolás. Lo había escrito inconscientemente, antes de saber que podía llegar a enamorarme de &e
Pov NICOLÁS HARRISDespués de realizar algunos encargos urgentes que necesitaba que hicieran en mi casa y de hablar con Sídney, decidí regresar al bufete, pronto llegaría la hora del almuerzo y tenía planeado pasarlo con la soñadora. Tenía pensado decirle que estaba ya al tanto de lo que le pasaba, y que cuando lo hiciera estuviera convencida de que realmente me encantaba la idea de tener ese hijo con ella, quería demostrárselo y de eso iban los planes que estaba realizando desde que amaneció.Entré en el bufete, no le había contado a Daniel lo q