Maddison regresó a casa, era raro no tener que ir a trabajar, entró a su estudio y revisó en línea en Palermo Shipping, muy contenta constató que tenían más pedidos y viajes pautado. —Debo agradecer al apellido Hamilton y a la intervención de Charlotte. Dijo para sí misma, escuchó la campanilla y negó con la cabeza, recordó los viajes que ordenó Charlotte y estaba por revisar los manifiestos cuando notó el sonido insistente de la campanilla. Maddison dejó lo que estaba haciendo y fue a ver qué pasaba con Logan, entró y ya estaba Alicia con él. —La verdad me gustaría bañarme —reclamaba Logan. — ¿De dónde sacas que puedes bañarte? Ni ducha de inmersión ni parado bajo la regadera, tienes reposo absoluto y por eso debías quedarte en el hospital —insistía Alicia. Logan necio bajaba los pies de la cama. —Logan, es mejor que descanses —le indicó Maddison. —Voy al baño, no soy un lisiado, puedo caminar y hacer mis necesidades lejos de mi cama. —Es normal que mi
Logan tiró las llaves en el bol de la entrada. Buenas tardes, perdón por interrumpirlos. Asher que es una ternura de niño dio un grito entusiasmado por Logan, eso hizo que Logan cambiara su semblante, se acercó al niño que estiró los brazos a su padre. —Logan, ya Farid le quitó el tratamiento a Asher —le comunicó Maddison muy contenta. Logan observó al niño que ya tenía entre sus manos su gruesa cadena de oro, juguete favorito cuando Logan lo carga. —Mi niño es un campeón. Maddison sonreía mirando a su precioso bebé con ternura, pero su irritable esposo tenía que seguir hablando. —Doctor ya puede irse, tengo que hablar con mi esposa y ya que su paciente está muy bien es libre de visitar más niños delicados. — ¡Logan! No te pases… Farid se levantó de su asiento. El médico con rasgos muy marcados de sus raíces Israelí vio a Logan con el rostro en alto. —Estoy muy seguro de que mi paciente está recuperado y me alegra, al igual que visitar a Maddison.
Hay que concederle que Logan es un hombre rápido en captar, porque no mostró sorpresa, de hecho sonrió de lado. La descarada Ibeth soltó el brazo de Logan cuando Maddison estiró el brazo hacia su esposo. —Iré a buscar al comandante Hamilton. —Gracias Ibeth —le respondió Logan con una sonrisa. Maddison rodó los ojos. — ¿Se desocupó señor sonrisa encantadora? Recuerda que eres un esposo enamorado —le indicó con sarcasmo. Logan se acercó a Maddison con las manos en los bolsillos. Aunque era un hombre notable y apuesto, jamás fue mujeriego, el honor y la integridad marcaron su vida, solo con Maddison se ha descarriado del camino, eso lo hace estar aún más resentido con ella. Allí tienes la banca de la caminería —le indicó Logan con una mueca señalando al mover la cara. —No puedo aparentar ser una esposa feliz si andas coqueteando con cada enfermera, solo quería recordarte, quieres que te haga un favor, pero como siempre no colaboras. Logan rio viendo el ci
En cuanto Maddison estuvo en la sala completamente oscura es que pensó que lo más lógico era haber ido a buscar a Logan. Caminó entre los muebles porque conocía la posición de los mismos. Estaba completamente oscuro y sintió miedo, siempre se dejaba la luz del pasillo encendida para prevenir esto, la casa era una boca de lobo. Maddison se movió hacia el interruptor del pasillo y fue embestida por un hombre. Ella cayó al suelo de manera estrepitosa llevándose con ella un adorno de cristal de la mesa. Con la pesada escultura le pegó en la cabeza a su agresor. — ¡Auxilio, Logan! —gritó desesperada. — ¡Pero qué demonios! Escuchó Maddison la voz de Logan y ahora estaba segura, él era el hombre que la atacó. Dejó de sentir el peso de él que se levantó y encendió la luz. Maddison puso las manos en sus ojos afectada por la fotofobia. — ¡Maddison! ¿Cómo se te ocurre?, pude matarte… Logan estaba en shock y muy molesto, Maddison en el suelo llevaba la bata ab
A la mañana siguiente Logan estaba irritable. No había pegado ojo, su intención era sacarse a Maddison de su sistema, pero por el contrario no hacía más que añorarla. Estaba en la terraza tomando el primer café de la mañana. «Debo irme de aquí, esa mujer es una tentación.» Paquita chasqueó los dedos frente a Logan, él ni se había percatado que ella se había quedado después de darle su café. — ¿Me preguntaste algo Paquita? —Ay señor, está en la luna. —No dormí bien, por eso estoy distraído. —Será por los fantasmas. — ¿Fantasmas? ¿No estás muy grandecita para creer en fantasmas? —Es lo que le digo a las chicas del servicio, están asustadas y ahora creen que hay fantasmas acechando la casa. —Qué tontería… —Hoy amaneció un jarrón de cristal roto y un adorno del pasillo en la sala, y creen que los merodeadores que vi eran las almas en pena. —Qué le teman a los vivos y no a los muertos. —Señor Logan ¿Qué cree que haya sucedido? —No fue nada, solo q
Maddison contempló que sentía por Logan Hamilton, había sentido un extraño espejismo al verlo, Logan Hamilton tenía el rostro del hombre que amaba. Logan Hamilton era un hombre duro por el que no sentía amor, era quien la hería profundamente cada vez que tenía oportunidad. —Llévame al puerto o me bajo aquí mismo —le contestó Maddison sin atreverse a mirarlo. —No me has contestado —le presionó Logan. Logan trataba de entenderla, en verdad quería hallar algo de digno en su comportamiento. Maddison lo miró negando con la cabeza. — ¿Crees que soy tan idiota como para amarte? Con lo mal que me has tratado, solo te dirijo la palabra porque eres el padre de mi hijo. Logan desvió la mirada. —No, claro que no eres idiota, todo lo que haces tiene un propósito determinado. —Acepto que pensé que podríamos apartar las mentiras, que nuestra propia verdad sería suficiente. Logan se acercó a ella hasta que sus rostros casi se rozaban. — ¿Cuál es la verdad de ambos?
Maddison no se quedó en la naviera, apagó el computador sin ver nada del trabajo y regresó al auto con Logan. —Me dijeron que perdió el control del vehículo y lo estrelló contra una pared de contención. —Pero aseguran que está bien ¿cierto? —Exclamó Maddison preocupada. —Eso dijeron… Logan aceleró el auto y llegaron al hospital donde se habían quedado con Asher. —Jamás había venido a tantos hospitales y he estado en guerra —se quejó Logan. —Terminaré por creer que de verdad nos cayó una maldición —murmuró Maddison. Logan dio el nombre de su madre y lo hicieron pasar, Maddison le hizo señas que se adelantara, ella iba a paso de tortuga. — ¡Maddison! Maddison volteó al escuchar su nombre, era Farid. — ¿Qué te pasó en el pie? —Preguntó Farid—, a ver, déjame revisarte. Por insistencia de Farid, Maddison le permitió que le revisara el pie, terminó poniéndole algunas puntadas. — ¿Cómo lo hiciste? No me dolió nada —exclamó Maddison impresionada. —Ese e
Logan regresó a su asiento y miró a Vaquero directamente. —Dime qué es lo que sabes. —No te diré nada sin pruebas —contestó Vaquero evasivo—, pero pronto pueden haber. —No me vengas con esa mierd@ y habla claro —espetó Logan. —Solo digo que en tu empresa se perdieron millones de dólares, tú mismo lo viste, ¿qué pasaría si descubres que Cristina tuvo que ver? —Cristina no necesita robarme, al hacerse mi esposa mi fortuna será de ella. —Para los codiciosos jamás es suficiente. —Exacto, y sabes perfectamente quienes han sido los codiciosos en la historia. —Perdóname, pero discrepo contigo, solo tengo un día en esta casa y puedo ver que es una lástima que la opulencia de esta mansión se esté deteriorando, no veo a Maddison siendo codiciosa. Logan cubrió su rostro con las manos. —Nunca sé qué pensar de Maddison —Logan negó con la cabeza y le contó a Vaquero que él le ofreció comprar la naviera y ella no aceptó. —Hermano, hay dos mujeres en tu vida —Vaquero