Mateo vio a Alana por primera vez en una actuación del club de música.Alana estaba de pie entre el público, escuchando la música.En aquella noche de verano, el canto de las cigarras acompañaba la melodiosa música mientras Alana agitaba frenéticamente dos barras luminosas.Llevaba el pelo largo suelto, una camiseta azul y vaqueros. Su piel era clara y sus ojos hermosos y brillantes. Todo en ella irradiaba vitalidad y alegría.Mateo quedó cautivado al instante.Estaba justo detrás de Alana cuando ella, emocionada, dio dos pasos atrás y cayó directamente en sus brazos.—Lo siento, me he emocionado demasiado —dijo Alana con una sonrisa radiante y dulce.Mateo se enamoró perdidamente.Después de eso, estuvo buscando a Alana para preguntarle su nombre, pero justo cuando la encontró, su familia lo llevó al extranjero y tuvo que dejar la universidad durante dos años.Cuando regresó, Alana ya estaba con Jasper, y se enteró de que había estado en el hospital por su culpa.Al oír esto, Mateo en
Mi novio era Jasper Valderrama, el heredero de Veridia, quien siempre había sido un rebelde, derrochando dinero a manos llenas y siempre rodeado de mujeres.Había permanecido a su lado durante tres años, durante los cuales se había portado bien e incluso me propuso matrimonio. Pero en el último tiempo había encontrado una nueva presa: una universitaria joven y hermosa, con un cuerpo exuberante y un aire de fría elegancia, y él no podía resistirse a ese tipo de chicas dulces e inocentes.Por eso, para impresionarla, el día de mi cumpleaños, no dudó en empujarme al mar.*Ese día, el cielo estaba despejado, sin una sola nube, y la tranquila superficie del agua se agitó con fuerza cuando caí. Mientras me debatía en el agua, intentando salvarme, miraba desesperadamente a la gente en el yate.La chica, de pie en la cubierta, llevaba un vestido blanco, y sus ojos brillaban con inocencia. Al ver mi lamentable estado en el agua, se cubrió la boca con la mano y soltó una risita suave.Jasper ta
—Alana, ¿estás bromeando? ¡Soy Jasper, tu novio! —respondió él, tomando mi mano nuevamente y esbozando una sonrisa forzada.Pero, al ver mi mirada de terror, pensó que estaba fingiendo y su tono se volvió impaciente:—Sé que estuvo mal empujarte al mar, pero no tienes que actuar así. ¿No ves que ya estás bien?—¿Novio? ¡¿De qué hablas?! ¡Mi novio es Mateo! —exclamé, apartando su mano una vez más con brusquedad.Acto seguido, me abracé a la almohada, como si fuera un escudo, mirándolo con ojos afilados y cautelosos. ¡No lo reconocía en absoluto!—¡¿Qué?! ¡¿Quién dices que es tu novio?! —gritó Jasper, golpeando la mesita de noche con un puño, con los ojos inyectados de sangre.Mateo Rivera era su archienemigo desde la infancia. Jasper siempre había perdido contra él y lo odiaba con toda su alma, por lo que ni siquiera podía soportar oír su nombre.—¡No me toques! ¡No te conozco! —grité, asustada, al ver que Jasper se acercaba a mí, furioso.Mi grito alertó al personal del hospital, y un
—Él dice que es mi novio, pero mi novio es Mateo —dije con firmeza, aferrada a la mano de mi madre.Mis padres se quedaron helados al oírme, y, acto seguido, comenzaron a enseñarme fotografías en sus teléfonos, preguntándome si recordaba a las personas que aparecían en ellas, comprobando así que yo solo había olvidado a Jasper y que estaba convencida de que Mateo era mi novio.Sin embargo, Jasper no pareció preocuparse. El día que me dieron de alta, incluso decidió salir a cenar con Lyra. Después de invitarla varias veces, ella finalmente había terminado aceptado. Sin dudarlo, Jasper la recogió en su costoso auto deportivo, causando un gran revuelo en la escuela de la muchacha.Ya en el auto, Lyra miró a Jasper con indiferencia y preguntó con su habitual aire inocente:—¿Tu novia está bien?—Claro, ¿cómo no lo va a estar? Tiene siete vidas —respondió Jasper, con una media sonrisa.Pasaron la tarde recorriendo tiendas de lujo, gastando millones, ante de finalizar el día con una cena rom
Un sutil aroma a colonia masculina mezclado con el olor a alcohol emanaba de Mateo, perceptible al acercarse. Rodeé con mis brazos su esbelta cintura, mi mirada recorriendo su prominente y seductora nuez de Adán hasta encontrarse con sus ojos oscuros y profundos. Con una sonrisa dulce, exclamé:— Mateo —mi voz sonaba melosa como la miel.El hombre bajó la mirada hacia mí, sus pupilas contrayéndose ligeramente, mientras un atisbo de duda cruzaba por sus ojos.— ¡Suéltalo! —gritó Jasper, con los ojos inyectados en sangre por la furia al vernos abrazados. Se abalanzó sobre nosotros, apartándome bruscamente de Mateo, y me insultó— ¡Alana! ¿Acaso eres una cualquiera? ¡Tienes novio y andas coqueteando con otros hombres!Asustada por su actitud grosera e irracional, me zafé de su agarre y me escondí detrás de Mateo.— Mateo, este tipo está loco. Me ha estado siguiendo por mucho tiempo, tengo miedo —susurré, aferrándome suavemente al borde de su chaqueta, con una expresión de terror y la voz
¡BAM!Jasper agarró una botella y la estrelló contra la cabeza de William, provocando un chorro de sangre.— ¿Acaso soy igual que Alana? ¡Ella es mujer, yo soy hombre! —exclamó Jasper con arrogancia.William, sujetándose la frente ensangrentada, lo miró con profunda decepción y sentenció:— Yo, William, no tengo un hermano como tú.Dicho esto, William abandonó el bar sin mirar atrás.A Jasper no pareció importarle. Continuó bebiendo y disfrutando con los demás, como si la pérdida de un amigo no significara nada.Al día siguiente, bajo un sol radiante, Jasper se dirigió a ver a Lyra, cargando los artículos de lujo que había comprado anteriormente.La joven mantenía su actitud fría, pero con una mirada aún pura y brillante. Sus ojos, indiferentes, se posaron en Jasper, quien sostenía los regalos en una mano y un café humeante en la otra. Sin dudar, Lyra tomó el café caliente.La bebida, aún caliente, calentó sus manos en esa fría mañana. Jasper se mostraba extremadamente atento.— ¿Qué t
Sin embargo, después de revisar minuciosamente la habitación, no encontró rastro alguno de otro hombre. Aún así, incrédulo, me agarró del cuello de la ropa y gritó:— ¿Dónde escondiste a ese adúltero de Mateo?Su comportamiento me aterrorizó, causándome un intenso dolor de cabeza. Los policías intervinieron para apartarlo, mientras yo me acurrucaba en el suelo, sujetándome la cabeza. Con el rostro pálido y una expresión de agonía, murmuré:— Me duele... me duele mucho la cabeza.Acto seguido, perdí el conocimiento.— Esta señorita llegó sola anoche. ¡Sus acusaciones son excesivas! —exclamó el gerente del hotel, quien rápidamente llamó a una ambulancia al verme desmayada.Jasper se quedó paralizado.Al verme inmóvil en el suelo, entró en pánico. Intentó acompañarme en la ambulancia, pero los policías lo detuvieron.— Alana... —susurró con voz quebrada mientras me llevaban.La policía no le dio tiempo para más, lo llevaron a la comisaría para interrogarlo. No salió hasta la tarde.Apena
Me abracé al cuello de Mateo y, mientras le besaba la mejilla, tomé una foto con mi celular. En ese instante, las pupilas de Mateo se contrajeron ligeramente.— Tengo que publicarlo en redes sociales, o te me escaparás —dije, y rápidamente lo compartí antes de que pudiera reaccionar.Luego, con naturalidad, abrí el recipiente de comida que había traído. Un aroma delicioso se esparció por la habitación. Noté que eran mis platos favoritos de la universidad: pescado en salsa roja, albóndigas, varios platillos de carne y verduras, todo presentado con elegancia. En otro recipiente térmico encontré sopa de costillas.Al ver la comida, me quedé paralizada por un momento, con los ojos humedecidos, pero me recompuse rápidamente.Mi madre, observándome comer con entusiasmo, miró a Mateo con gratitud y sonrió:— Mateo, qué detalle. Justo íbamos a preguntarle a Alana qué quería comer y tú ya trajiste todo esto.— No es nada, señora —respondió Mateo con una sonrisa cortés.Mientras comía, mis padre