[MATT]Reviso mis redes sociales mientras espero que llegue la comida que ordene, y que ella salga del baño. No puedo dejar de reír al recordar su cara de confusión al levantarse y ver el desastre que había en esta habitación. Dejo mi móvil a un lado al escuchar un golpe en la puerta, y al abrir un joven entra con un carrito lleno de platos. —¿Puedo?— Pregunta señalando la mesa qué hay cerca del gran ventanal de esta habitación.—Si claro.— Digo sin dudas y agradezco que no haya comenzado con los típicos comentarios o preguntas acerca de quién soy.Lo observo mientras va hacia la mesa y abro mis ojos de par en par al notar que el sujetador de mi novia está tirado en el suelo, precisamente en el camino que él está haciendo.—¡Espera!— Le grito haciendo que el se asuste y se quede estático en el lugar.Sin decir nada, camino hacia donde está la prenda y la recojo del suelo y la escondo debajo de una camiseta mía. Él sigue con su tarea y debo de admitir que es muy profesional, otro en s
[MATT]Estoy con rabia, no quiero separarme de ella; quiero simplemente quedarme a su lado y seguir disfrutando de sus labios como lo he hecho este fin de semana en Ibiza. Me despido de ella bajo el marco de la puerta de su piso y no suelto su cintura por nada del mundo.—Sabes que no quiero irme, ¿no? — Le pregunto y apoyo mi frente sobre la suya. Sonríe y con su mano acaricia mi rostro. Es tan bella. —Ni yo que te vayas, pero hoy tengo que regresar a mi vida normal. Tengo que encargarme del bar... y según lo que me has comentado en el avión, tú tienes que ir a Madrid mañana por trabajo, ¿no? — Me pregunta.—Debo, pero no quiero. — Digo como niño pequeño.Vuelve a sonreír y esta vez acerca sus tentadores labios a los míos y me besa. —Yo tampoco quiero, la he pasado increíble contigo; gracias por tan hermoso fin de semana. — Me dice sobre mis labios.«¿Me está dando las gracias?» Aquí el que debería agradecerle soy yo. Me ha regalado lo más precioso del mundo. He sido tan feliz a su
Vale, debo admitirlo. Creí que estar lejos de él sería fácil, pero llevo tres días sin verlo y ya lo extraño como una loca. « Basta Gianna... deberás acostumbrarte, es cantante y lo normal es que viva viajando más de la mitad del año.» Con solo pensar en eso un nudo se apodera de mi estómago. ¿Estaré preparada para cuando no tenga que verlo por meses? Respiro profundamente, y sigo ordenando el desastre que han dejado anoche en esta barra. Quise irme más temprano para poder hablar tranquila por teléfono con él y tanto Mauro como Leo, no han sabido dejar las cosas listas para hoy. Estoy muy ocupada en mi tarea cuando la puerta del bar se abre. ¿Quién la ha dejado abierta a esta hora? Miro a la entrada y no puedo entender qué hace aquí nuevamente. Camina hacia mí y solo quiero pedirle que se vaya.—¿Qué quieres aquí Oscar?— Le pregunto cuándo se apoya sobre la barra. —Hola, ¿no?— Dice de manera sarcástica.—Hola, ¿Qué quieres aquí?— Vuelvo a preguntarle.—¿Eres feliz con él?— Me preg
La extraño demasiado, necesito verla ya. «Solo tres días más…» Me digo a mí mismo, pero no sé si funcione para dejar de echarla de menos. Me recuesto sobre el sofá de mi piso después de un largo día de reuniones y tomo mi móvil. Sin dudarlo, marco su número y dejo que suene. «Tarda mucho en responder; eso es extraño»—Hola.— Escucho finalmente del otro lado. Su voz suena extraña, ¿ha estado llorando?—Gianna, cariño, ¿Qué sucede?— Pregunto alarmado. El silencio se hace presente. —¿Cómo te has dado cuenta?— Me pregunta con un hilo de voz.—Te he aprendido a conocer en este tiempo. Tu voz no suena como siempre. Además, siempre me respondes con entusiasmo.— Le explico y me encantaría poder verla a la cara para ver su reacción.—Es increíble.— Dice y escucho su suspiro.No entiendo, ¿Qué pasa? —¿Me dirás que sucede?— Insisto.—Es que me he dado cuenta qué todo esto no funcionara.— Pronuncia en un susurro.«¿De qué habla? Debe de estar bromeando…» Pienso preocupado. —Cariño, no entiendo.
Días despuésUna vez que estaciono el auto enfrente de su edificio, le envió un mensaje por WhatsApp tal como habíamos acordado.MATT:Cariño, ya estoy abajo.Su respuesta no tarda nada en llegar.GIANNA:Ya bajo guapo.Sonrió al ver su mensaje y me pregunto si sentirme así de feliz es normal. La he extrañado tanto que las ansias por verla me consumen.Me bajo del auto y me quedo parado allí esperándola hasta que de repente la veo salir y me quedo con la boca abierta, luce peligrosamente hermosa. Vestido corto color azul pegado a su cuerpo con tiras laterales que a medida que se acerca a mí me dejan ver su preciosa espalda al descubierto. Lleva zapatos del mismo color y su pelo completamente liso. «Es tan perfecta...»Me sonríe y al llegar frente a mí; no desaprovecho la oportunidad y la tomo por la cintura mientras que ella lleva sus brazos por encima de mis hombros. —Buenas noches mi amor. Te ves increíble.— Digo sin dejar de mirar esos ojos azules que me cautivaron desde el primer
Abro la puerta del auto para ayudarle a bajar, y antes que se pueda escapar la acorralo entre mi cuerpo y el auto. —Parece que a mi familia le ha encantado que seas mi novia.— Le comento con una sonrisa de lado. —Eso parece, ya te lo había dicho antes; pero, son muy buenos.— Me responde sonriente y me encanta verla así. Llevo mi mano a su cabello y acomodo un mechón de cabello detrás de su oreja.—Creo que el que le contaras cómo nos conocimos ha hecho que sumaras muchos puntos.— Bromeo y se ríe.—¿A quién no le hace gracia que tú te hayas escondido de tus fans detrás de una barra de bar?— Me pregunta sarcásticamente y al ver que se ríe en forma de burla, decido callarla con un beso.—Tú síguete burlando, que yo te seguiré callando así.— Le advierto y ambos sonreímos.Sus manos viajan hasta mi cuello y se enredan en este. —Que sepas que me gusta mucho, que me calles así.— Comenta de manera sugerente y esta vez me besa ella.—¿Puedo subir?— Me atrevo a preguntar tal como si fuese un n
[GIANNA]Qué hermoso es amanecer con él a mi lado, y si está desnudo y me deja ver sus lunares, mucho más. Observo detenidamente su espalda en absoluto silencio para no despertarlo, y juro que podría dibujar unas cuantas figuras geométricas uniendo cada uno de sus lunares con otro. Es sumamente sexy y tengo la fortuna de que sea mi novio. Estoy muy concentrada disfrutando del paisaje hasta que tocan el timbre haciendo que prácticamente salté de la cama. «¿Quién es a esta hora?» Me pregunto a mí misma al ver que son las nueve de la mañana. Me levanto de la cama sigilosamente y me coloco mi albornoz. Camino hacia la entrada y al abrir la puerta, mi hermano se me queda viendo diciéndome “¿con quién rayos estás?” «Siempre tan celoso…»—¿Qué hace aquí tan temprano?— Le pregunto dejándole entrar. —¿Estás con él?— Pregunta, serio y tengo ganas de reírme de él.—Sí, estoy con Matt y no empieces… yo no te digo nada cuando tú estás con tus amiguitas.— Le advierto.—Vale, asumiré que estás e
[MATT]Que me llame paranoico, pero su supuesto “hermanito” la está devorando con la mirada. No puedo culparlo, mi esposa es bella y ese bikini que deja ver sus atributos más de la cuenta no ayuda… pero, se supone que es como su hermano, ¿no? —¿Seguirás jugando?— Le pregunto lanzándole el balón, ya que se ha quedado estático. —Eh si… discúlpame.— Tartamudea encontrándose con mi fija mirada. —¡Mauro! ¡Ten!— Le exclamo y le lanzo el balón a mi cuñado. — Tú y yo tenemos que hablar.— Le dejo saber a Samuel y me alejo un poco para sentarme a orillas del mar.—Sé lo que me dirás.— Habla mientras se sienta a mi lado y resopla.—¿Hace cuanto?— Pregunto sin rodeos.Es más que obvio que está hasta los huesos por Gianna. —Desde siempre… Desde que éramos niños.— Responde con un hilo de voz. »Pero, no te preocupes tío. No intentaré nada…— Me aclara.—Samuel, yo te voy a ser completamente honesto.— Digo con mi mirada fija en el horizonte. »Yo a esa mujer la amo demasiado… Sé muy bien lo que es c