Punto de vista de Edward Harris Quisiera saber qué rayos me pasa. Por qué siento cosas tan innecesarias y que me hacen dudar a cada paso. Por qué me dolió tanto el claro rechazo de ella, ¿eso no era lo que quería? ¿No amenacé a toda su familia por esa razón? Para que me repudiara y me odiara. Entonces por qué sentí un dolor sordo en el pecho cuando me dijo que solo se entregaría a mí por la fuerza, que prefería ser tocada por cualquier hombre menos yo. ¿No decía que me amaba con locura? ¿Cómo es que ahora le da lo mismo que me acueste con cualquier mujer? Yo de solo pensar que ella puede estar con otro, me vuelvo loco de la rabia y me ciega la violencia extrema. Como la que estoy intentando desahogar ahora, después que la dejé en nuestra casa, luego de esa estúpida fiesta, en uno de los muchos rings clandestinos propiedades de mi organización, la Perla Rosa. Esto es lo que soy, delante de todos, un heredero multimillonario, decente y prometedor y por detrás, el segundo miembro m
Punto de vista de Edward Harris Aquí estamos de nuevo, en una de las tantas villas de vacaciones de los Wilde. Toda la familia disfrutando de un fin de semana de relajación, pero yo estoy totalmente tenso por varias cosas. En primer lugar, porque ya tuve que compartir una bebida con mi suegro, el Sr. Ethan Wilde, donde he sudado más, que si tuviese un arma apuntando directamente a mi cabeza. Nos sentamos en el porche tomando unos tragos y aunque el ambiente supuestamente era informal, no me agradaron para nada las preguntas capciosas que me estaba haciendo. Como el hecho de que se enteró de que yo peleaba en algunos rings clandestinos y eso no le agradaba para nada, me aconsejó que, aunque yo era joven, ya era un hombre casado y me debía a mi familia, que en esos sitios solo buscaría más enemigos y peligros. La forma en que miraba, aunque seguía siendo amistosa como siempre, me decía que había algo más de fondo, presiento que debo extremar mis cuidados y perfeccionar mi fachada p
Punto de Vista de Anastasia Wilde Anoche no sé ni a qué hora regresó Edwards, pero yo estaba agotada del día en la playa y de todas mis planificaciones mentales, así que me quedé dormida finalmente. Tengo que admitir que disfruto mucho su cara nerviosa y de desconcierto cada vez que hago una de mis provocaciones. Para ser un hombre que dice que me tiene asco, lo disimula bastante bien. Sé que todo esto es hasta medio infantil, pero en realidad no puedo hacer más nada por ahora. Tampoco he perdido el tiempo, he intentado vagar por la mansión Harris en busca de alguna evidencia incriminatoria en contra de mi querido esposo, pero es obvio que no me las iba a dejar a la mano. Su despacho siempre está cerrado a cal y canto y por muy disimuladas que estén, sé muy bien que hay cámaras en los pasillos de la mansión. Los empleados casi son mudos, estilo, no veo, no oigo ni hablo y me parece que va a ser bastante difícil sacarles algo de utilidad. Al irme despertando totalmente, percibo
Punto de vista de Edward Harris - Es la misma letra en los dos documentos- escucho la sentencia del experto grafólogo y cierro los ojos con cansancio, no sé qué esperaba escuchar. No es como si ya no hubiesen analizado, que esta era realmente la letra de mi madre en la nota que le iba a dejar a mi padre, para huir con su amante. Durante todos estos días, después de las vacaciones en la villa, confieso que prácticamente he huido de la casa, me he estado quedando en la empresa, ocupándome de mis negocios legales, porque con la última actitud de Ethan Wilde en nuestro encuentro amistoso, creo que lo mejor es estar alejado de la organización por un tiempo. Afortunadamente, Anastasia ya va a estar entretenida en su nuevo negocio. Le encanta la moda y llevaba tiempo arreglando todos los detalles para abrir una pequeña agencia, donde desarrollar su futuro negocio. Admiro esa faceta de ella, emprendedora, sin querer utilizar el nombre de su familia para saltar directamente a la fama, sin
- ¿Henry, qué haces aquí, este es el baño de mujeres y además, pensé que te habías ido? - le pregunto un poco nerviosa, pero tratando de aparentar seguridad- Mi guarda espaldas, ¿dónde lo dejaste? - Muchas preguntas querida Ana, pero la pregunta más importante aquí es ¿qué tiene Edward Harris que no tenga yo? - me pregunta y comienza a acercarse a mí, de una manera intimidante que no me gusta para nada. Miro con disimulo la puerta que cerró con el seguro al entrar y veo la posibilidad de correr hasta ella, pero el pasillo es muy estrecho y él está bloqueando la única salida. - Henry, estás muy borracho, por favor, hablemos de esto en otra ocasión, yo puedo… - ¡No más esperar Anastasia! - interrumpe gritándome y con dos o tres pasos largos se coloca justo frente a mí, intento retroceder, pero la pared, al lado de los lavabos, corta mi retirada y Henry me encierra completamente. - He estado esperando por ti, demasiado tiempo para que al final venga otro hombre y tú le abras las pier
- ¡¡Anastasia!!- lo escucho que grita casi en mi espalda y sin pensarlo más, me abalanzo a la puerta, que gracias a todos los cielos se abre dejándome entrar a un pequeño cuartito de limpieza y cierro la puerta casi en su cara. Paso el seguro con manos temblorosas y a los segundos lo siento como intenta forzar el pomo de la puerta para entrar. - ¡Voy a llamar a la policía Henry, te voy a denunciar por violador, vete ahora que todavía puedes escapar! - lo amenazo, pero él no escucha razones y solo golpea con fuerza la puerta llamándome puta, desgraciada, que soy una cualquiera y todo tipo de palabras ofensivas. ¿Qué hago? ¿Qué puedo hacer? Claro, tengo el móvil en la mano, puedo pedir ayuda. En la primera persona que pienso por supuesto es mi padre, comienzo a marcarle temblando y espero a que me responda. - Anastasia, ¿Qué sucede? - me asombro al escuchar la voz de Edward, por qué caraj0s me sale él. Entonces miro de nuevo el móvil y a través de mi mente confusa y excitada, me do
Punto de vista de Edward Harris - Espera Ana, tranquila, ya estamos llegando al doctor- le susurro a Anastasia que me tiene totalmente tenso con todos sus roces eróticos y la calentura que desprende su cuerpo. Sé que está drogada y que lo hace casi de manera inconsciente, pero yo estoy muy lúcido y tenerla lamiendo mi cuello de la manera que lo está haciendo ahora, me está llevando a la locura. - No quiero el doctor, te quiero a ti, no voy a ir al médico, compórtate como un hombre por primera vez y atiende a tu m4ldita esposa- susurra en mi oído y su aliento extremadamente caliente, hace que mi erección comience a humedecerse de manera incontrolable. Me está retando de todas las maneras posibles y estoy sudando frío y tragando saliva, porque mi límite está demasiado cerca. Conozco muy bien esa droga, en realidad no es que vaya a ocasionarle daños a su cuerpo, a menos que ese imbécil le haya dado una dosis para un elefante, pero aumenta demasiado el lívido y aunque la quiero llevar
Punto de vista de Edward Harris No sé ni como llegamos a la casa, solo sé que tuve que pasar por varias rondas para complacer a mi esposa. En realidad, no me quejo para nada, solo que por un momento pensé que ya no tendría más nada de soltar, si volvíamos a hacer el amor. Al final cayó exhausta y me las arreglé, con las piernas temblorosas, para manejar suavemente en la madrugada hasta la casa, llevarla a nuestra habitación y limpiar lo mejor que pude, los restos de sangre y otros fluidos, entre sus piernas. Aunque estoy seguro de que con el desastre que hice, tendrá que darse un buen baño a fondo, como el que me estoy dando yo ahora. Salgo de la ducha con una toalla puesta en mis caderas y camino hasta el borde de la cama donde está durmiendo, con cara de satisfacción. Acaricio su rostro con suavidad, beso su frente y la luz de la luna que se cuela por el amplio ventanal, me muestra lo bella que es Anastasia, la más hermosa e inalcanzable para mí. Siento como mi teléfono está v