Habían pasado dos días desde la visita que tuvimos de Jax Brown. Todavía seguía en la recepción mientras Eric encontraba a una nueva recepcionista. Supuse que debía de ser un trabajo difícil pues había recibido un montón de curriculums de mujeres que querían optar por el cargo, algunas con mucha experiencia, otras no tanto. Habíamos concluido nuestra jornada laboral y fuimos a su casa. Sería mi primera vez en ese lugar, le avisé antes a mis padres que me quedaría con Eric. Así me iba acostumbrando para cuando tocara mudarme con él. —Bienvenida a mi humilde casa —bromeó, abriendo la puerta. Entré y por supuesto que no tenía nada de humilde. Habían cosas de vidrio por aquí y por allá, las lámparas también parecían ser costosas y ni hablar de los sillones que estaban en la sala de estar. Noté que Rocky estaba acostado en una cama para mascotas de su tamaño, lo único que hacía era mover la colita, pero no se levantó al ver a su dueño. Parecía cansado. —Rocky... —Comprimí una sonrisa.
—¡Salen en la portada! —exclamó Jeanniel, viniendo a toda prisa a la recepción.Habíamos llegado temprano ese día porque llamaron a una postulante al cargo de recepcionista y teníamos que recibirla, para luego llevarla a la oficina de Eric.—Lo sé, aunque me preocupa no agradarle a las personas... —respondí, mordiéndome una uña.—¿Estás demente? Deja de pensar ese tipo de cosas. Lo que debes hacer es disfrutar de esta tremenda oportunidad que te hará reconocida —comentó el moreno, acomodando sus lentes.—Ay, bueno. Toda mi vida fui bastante reservada, esto será nuevo para mí —resoplé, con pesadez.—Pero mírate, pareces una modelo con ese vestido —proclamó, entregándome la revista.Lo tomé con desconfianza, pero tenía razón. No parecía yo. Estaba al lado de Eric y ambos teníamos una sonrisa de felicidad, tal vez porque antes de ir a la sesión de fotos, pasamos un momento agradable en su casa. Me mordí el labio al recordarlo.El vestido que me compró era uno de novia, solo que algo senc
Era mi primer día como secretaria de Eric y ya iba a llegar tarde...Había salido de casa luego de vestirme con el nuevo uniforme que me compró mi... Novio... Prometido.¡Me arden las mejillas de solo decirle así!Y eso que no soy una adolescente.Mi padre no me pudo llevar en su auto porque tenía que salir más temprano, así que me fui por mi cuenta a la parada para conseguir un taxi que me llevara.Estaba casi trotando por la acera, mientras que los fuertes rayos del sol azotaban mi cara por ser la zona más descubierta. Coloqué la palma de mi mano sobre mi frente para cubrirme un poco.Por suerte, había un taxi estacionado y aproveché que no se veían más personas buscando uno. Así que me subí sin pensarlo dos veces.Tranquilicé mi respiración, llevando una mano a mi pecho. Estaba sentada en la parte de atrás del vehículo, pero no me había dado cuenta que a mi lado se encontraba una mujer que reconocí por su rubio y brillante cabello.—Lo que faltaba —soltó ella, cruzada de brazos.—M
Entré a la oficina de mi hombre con una enorme sonrisa sin importar lo que me había sucedido durante el inicio del día.La revelación de Rebeca y el incómodo encuentro con Agatha, aún así, planeaba llevarme bien con ella puesto a que la vería seguido.—¿Pero qué ven mis ojos? ¿Es un ángel o un avión? Oh, no, es la diosa que ilumina mi corazón —bromeó Eric, estaba de pie en medio de la sala.Reí porque fue un poco cursi de su parte haberse inventado tal frase para conquistarme, más de lo que ya estaba.—Buen intento, Romeo —me acerqué y le pinché la nariz con mi dedo—. ¿Así le dices a todas?Él me sostuvo entre sus brazos, mientras nos mirábamos con ternura. Lo había visto el día anterior y todavía no superaba el hecho de que me hiciera sentir tantas cosquillas cada vez que nos encontrábamos.—¿Celosa, Ximena? No conocía ese lado de ti —me besó la nariz con delicadeza.Amaba lo tierno que era Eric conmigo. Me trataba como siempre deseé que lo hicieran.—Puedo ser muy celosa, de hecho.
Estaba en el comedor con Jeanniel, esperábamos a Eric ya que nos comentó que se uniría a nosotros. Los días pasaban volando y la noticia de nuestro compromiso no desaparecía.Siempre encontraba algún anuncio en Internet que lo recalcaba, eso me hacía pensar que a Eric le iría de maravilla. Todos los días solía almorzar junto a Jeanniel y Olivia, normalmente Eric no lo hacía en el comedor del edificio porque se ocupaba en su oficina y prefería comer ahí mismo.—Agatha me cae bien, deberíamos invitarla a comer con nosotros. Está sola en aquella mesa y me siento fatal porque me recuerda a mi yo de la universidad —mencionó el moreno, señalando el lugar apartado donde se encontraba la susodicha.Me giré en su dirección y tenía razón. La mujer estaba sentada en una mesa, sin ningún tipo de compañía y removiendo la comida con un tenedor. No estaba lejos de nosotros.Apreté los labios.—A penas lleva tres días en la empresa —respondí, devolviendo mi mirada hacia él.—La he estado supervisando
—Ahora necesito que transcribas los documentos que te voy a pasar al correo. Imprímelos desde la computadora que está en el almacén, por favor —indicó Eric.Estábamos en su oficina y el hombre andaba ajetreado porque ese día se confirmaría su alianza con Jax, de hecho, tenía que ir a dar una conferencia ante la prensa junto al CEO número uno, para corroborar que estaban juntos en esto.—Querido —reí, no me acostumbraba en llamarlo por apodos, me sentía avergonzada—. Tienes que calmarte un poco, ¿Por qué no te busco un café? O un té, lo que prefieras.Caminé hasta su escritorio en donde estaba sentado, lo menos que quería era verlo alterado. Como yo estaba de pie, su cabeza logró quedar en mi vientre y empecé a acariciar su cabello con delicadeza.Buscaba que se relajara.—Aprecio tu preocupación, contigo puedo ser yo mismo y te confieso que tengo mucho miedo —resopló, abrazando mi cintura con uno de sus brazos—. No sé cómo puedan salir las cosas. No pensé que saldría en televisión tan
Estaba en casa con mi madre, ambas nos sentamos en el sofá y ella preparó unas palomitas antes de que yo llegara del trabajo.El televisor estaba encendido porque le comenté que Eric saldría en televisión, mientras hacía la conferencia en donde le harían preguntas tanto a él como a Jax.Ellos dos estarían juntos, así que no me daba ningún tipo de miedo haberlo dejado ir solo, igual me explicó que lo mejor era no exponerme todavía, hasta que nos casáramos.—Que diferencia, pasaste de estar con un bueno para nada, a casarte con un hombre que saldrá en televisión —habló mamá, masticando las palomitas.Rodé los ojos. Esa mujer solía molestarme siempre con el mismo tema porque le parecía divertido. Lo dejé pasar, se trataba de mi madre y no iba a protestarle a gritos que parara, era algo que la mantenía contenta.Cada vez que llegaba a casa, me preguntaba por Eric, y pensar que al inicio no estuvo del todo de acuerdo con el compromiso en comparación a papá, el cual se encontraba de viaje.
—Los clientes han subido una barbaridad en los últimos días, no sabes cuánto le agradecí a Jax después del programa —habló Eric, con una amplia sonrisa.Estábamos hablando en su oficina y él no dejaba de verificar las gráficas en donde las ventas habían ido en aumento, al punto de que algunos hoteles se llenaban a tope.Me parecía increíble la capacidad que tenía el CEO número uno de convencer a todo el mundo en apoyar a alguien. Sabía que ya lo había hecho antes, pero ver a Eric feliz, me hacía sentir plena.—En serio, Jax Brown es un tipo digno de admirar, ya veo por qué no han logrado quitarle el primer puesto en años —respondí, mirando a mi hombre con anhelo.—Todo va excelente y los preparativos de la boda ya están en marcha —se levantó de su escritorio y caminó hacia mí para tomarme de la cintura con apuro—. Muero por casarme con el amor de mi vida, la mujer que nunca pudo salir de mi cabeza —confesó, en un susurró provocativo.—Vaya, ¿ni por que te hayas acostado con otras en e