Me estaba terminando de arreglar con un vestido sencillo y suelto para mi comodidad. Tenía un estampado de flores y lo consideré apto para la ocasión, incluyendo un short negro debajo por si el viento soplaba muy fuerte y levantaba la falda.Me apliqué un poco de maquillaje que me ofreció mi madre ya que ella tenía muchísimos productos porque trabajaba como vendedora en una tienda de maquillaje bastante famosa en la ciudad. Le solían regalar lo que ya no querían.—¿Y dices que no es una cita? —inquirió.Me sobresalté porque pensé que había cerrado la puerta de mi habitación, pero estaba entre abierta y mi querida madre se asomaba dentro de ella con una mirada pícara.—No lo es, mamá. Será una reunión de negocios —aclaré, rodando los ojos.—No creo que te arregles tanto para una simple "reunión de negocios" —Hizo una seña entre comillas, arrugando la boca.A veces consideraba que mi madre tenía algunos comportamientos infantiles, pero eso solo me causaba gracia y que una curva se forma
Mi boca también estaba entre abierta porque mi respiración se ahogó de golpe. Haber escuchado su nombre me hizo entrar en razón y conectar todas las piezas en mi memoria.Sí recordaba, pero en mi mente, aquél chico que se llevó al perro no era Eric, ¿cómo pude ser tan estúpida para no conectar la situación? Ya que era demasiado obvia, y a mí no se me pasó por la mente.El flashback empezó a invadir los espacios más profundos de mi memoria, recordando cada tramo de mi propia historia, de mi pasado, de mi vida y de nuestro encuentro...***Era a penas una adolescente de diecisiete años, la cual iba a la secundaria. Estaba en último año y no podía faltar ese día porque sería la exposición del proyecto final, una parte fundamental para poder graduarme.Salí de mi casa, mis padres no podían llevarme porque tuvieron que salir de emergencia, cada uno a una reunión en sus trabajos. Fue como cosa del destino, algo que se ponía en mi contra para retrasarme ese día.Iba tarde. Corría por las cal
—Oye, Ximena... ¿Qué fue lo que te gustó de Dante? —preguntó, dejándome en shock.Mis ojos se quedaron en blanco por la repentina pregunta que me había hecho Eric. Estábamos sentados sobre la tela en una tarde agradable en donde nos abrazaba el viento.Mis labios estaban abriéndose y cerrándose para encontrar la respuesta, aunque no sabría explicarla con exactitud. Por lo menos tenía que hacer el intento.—Creo que... Me enamoré porque fue el primer chico en prestarme tanta atención —confesé, apenada—. Dante me trataba como una reina, o tal vez yo confundí su amabilidad con algo más. Haberme enamorado de él fue mi perdición porque como fue mi primer amor, eso me hizo soportar muchas cosas durante tantos años, pensando que me amaba. Y ahora que me pongo a pensar mejor, empiezo a creer que la única que estaba enamorada, era yo.—Lamento haberte tomado por sorpresa con esta pregunta. Fue solo curiosidad, después de todo nos vamos a casar ¿No? —aclaró, mirándome sereno.—¡Ah, sí! Por supu
Un nuevo día había llegado y ya me encontraba en la recepción cumpliendo con mi trabajo, aunque no había mucho por hacer luego de que llegara todo el personal. El único que no había llegado aún era Dante, a pesar de que ese día no lo tenía libre.Me preguntaba si Rebeca le mencionó lo del compromiso porque no encontraba alguna otra razón lógica hacia su tardanza.Eric me comentó que le avisara de inmediato en cuanto Dante se apareciera en la recepción porque no le quería responder ni las llamadas, ni los mensajes, cosa que nos estaba preocupando a ambos.Pensé que mi ex entraría como loco a amenazarme por haberlo traicionado de tal manera. Él lo había a hecho peor, así que no sentía ni una pizca de arrepentimiento en haberme comprometido con su hermano.Sabía que eso lo dañaría más que nada en el mundo.—¿No hay noticias de Dante? —La voz de Jeanniel me sacó de mis pensamientos.El hombre se veía exhausto, me explicó cuando llegó que el día anterior había sido fatal para él en el trab
—Lo siento... No debí de haberme precipitado en adelantar las cosas. Por mi culpa Dante te lastimó otra vez —habló Eric, rodeándome con sus fortachones brazos.—Creo que ya es hora de que se le meta a la cabeza que no me volverá a tener —respondí, animándolo.Cerré mis ojos mientras inhalaba su perfume porque me sentía protegida y querida. Eric tenía algo en su esencia que me llamaba la atención, me hipnotizaba y dejaba embelesada con solo sentir su cuerpo pegado junto al mío..Era un sentimiento único que había olvidado hace mucho años. ¿Cuándo fue la última vez que Dante me abrazó con el mismo cariño? Tal vez nunca lo había hecho, tal vez era mi mente haciéndome pensar en lo mejor de él.—Muy bien, tortolitos. ¿Y yo dónde quedo? Porque ese desgraciado me golpeó y no veo que se preocupen por mí —se quejó Jeanniel, separándonos.—Discúlpame —carraspeó el castaño—. Ahora mismo te doy mi tarjeta para que vayas al mejor hospital —Rebuscó en su bolsillo.—De acuerdo, tampoco es para tant
—Pero mamá, no creo que debas... —No me dejó terminar.—Shh, se supone que es un secreto para tu padre, a él le sorprenderá —afirmó, entusiasmada.Estábamos en la cocina y la mujer le estaba haciendo un pastel, pero no cualquiera porque estaba intentando por primera vez que fuera de dos pisos. Me comentó que nunca lo había hecho y era todo un reto para ella.Yo estaba ansiosa en todo momento porque se notaba que no tenía el balance suficiente con dos palillos grandes. Pero mamá era una mujer un poco terca así que no escuchaba mis opiniones.—En serio, se va a caer —refuté, cruzada de brazos.Eran las seis de la tarde, habían pasado unos días desde que sucedió el berrinche de Dante y solía verlo solo cuando entraba y salía del edificio, aunque no me molestaba, lo cual me parecía muy extraño. Pensé que tal vez estaba planeando algo grande en mi contra.Suspiré, viendo que mi madre colocaba con sumo cuidado la parte de arriba. Papá llegaría en cualquier momento de su trabajo y ella querí
—Estás loca, de verdad. ¿Cómo puedes meterte con mi hermano? ¿Es que no te da asco? —cuestionó Dante, arrugando la boca y sin poder creerlo.Se marcaban las arrugas de su frente por lo fruncida que estaba al hablarme. No me importaba ya lo que él pensara de mí. Era hora de seguir adelante luego de darme cuenta de la verdadera persona que era.—Así como tú estás empezando una nueva relación con Rebeca, yo también tengo el derecho a estar con alguien más —repliqué, en un tono agrio.—Ximena, lo hago porque tú no quieres volver conmigo. ¡Entiende que te quiero de vuelta, carajo! —Alzó la voz, enterrando los dedos en su cabello con desespero—. Deja toda esta farsa y regresa conmigo, prometo alejarme de Rebeca.Lo miré con incredulidad ante su descarada propuesta. ¿No entendía lo que yo le decía? Al parecer Dante se pasaba mis rechazos por los huevos porque seguía de insistente con eso.Me daba rabia.—¿Disculpa? ¿Crees que soy un simple juguete que puedes tener cada vez que quieras? —inqu
Había llegado a la oficina de Eric luego de comentarle mediante un mensaje que tenía algo importante que decirle sobre su hermano. Él debía saber lo que me hizo el día anterior.Pasé en cuanto me dio la indicación y exploré el pequeño lugar, dándome cuenta que estaba solo. Me sentí aliviada de que no estuviera Dante con él. Esa mañana tuve que verlo en la recepción e hice lo posible para no mirarlo ya que me causaba terror después de lo que pasó.Mis manos temblaron en cuanto firmó su llegada, por suerte no me dirigió la palabra y lo consideré mejor.Eric se encontraba sentado en su escritorio. Lo primero que escuché fueron las teclas siendo pisadas por sus dedos, hasta que me vio acercarme y sentarme en la silla frente a él. Dejó lo que estaba haciendo para centrarse en mí.—Cuéntame ¿Qué sucedió con Dante? —preguntó, juntando ambas manos sobre la mesa.Apreté los labios y coloqué mis palmas encima de mi falta de tubo, justo en la parte de mis muslos. Buscaba el valor de poder contar