—Estás loca, de verdad. ¿Cómo puedes meterte con mi hermano? ¿Es que no te da asco? —cuestionó Dante, arrugando la boca y sin poder creerlo.Se marcaban las arrugas de su frente por lo fruncida que estaba al hablarme. No me importaba ya lo que él pensara de mí. Era hora de seguir adelante luego de darme cuenta de la verdadera persona que era.—Así como tú estás empezando una nueva relación con Rebeca, yo también tengo el derecho a estar con alguien más —repliqué, en un tono agrio.—Ximena, lo hago porque tú no quieres volver conmigo. ¡Entiende que te quiero de vuelta, carajo! —Alzó la voz, enterrando los dedos en su cabello con desespero—. Deja toda esta farsa y regresa conmigo, prometo alejarme de Rebeca.Lo miré con incredulidad ante su descarada propuesta. ¿No entendía lo que yo le decía? Al parecer Dante se pasaba mis rechazos por los huevos porque seguía de insistente con eso.Me daba rabia.—¿Disculpa? ¿Crees que soy un simple juguete que puedes tener cada vez que quieras? —inqu
Había llegado a la oficina de Eric luego de comentarle mediante un mensaje que tenía algo importante que decirle sobre su hermano. Él debía saber lo que me hizo el día anterior.Pasé en cuanto me dio la indicación y exploré el pequeño lugar, dándome cuenta que estaba solo. Me sentí aliviada de que no estuviera Dante con él. Esa mañana tuve que verlo en la recepción e hice lo posible para no mirarlo ya que me causaba terror después de lo que pasó.Mis manos temblaron en cuanto firmó su llegada, por suerte no me dirigió la palabra y lo consideré mejor.Eric se encontraba sentado en su escritorio. Lo primero que escuché fueron las teclas siendo pisadas por sus dedos, hasta que me vio acercarme y sentarme en la silla frente a él. Dejó lo que estaba haciendo para centrarse en mí.—Cuéntame ¿Qué sucedió con Dante? —preguntó, juntando ambas manos sobre la mesa.Apreté los labios y coloqué mis palmas encima de mi falta de tubo, justo en la parte de mis muslos. Buscaba el valor de poder contar
*Narrado por Eric*El fin de semana había llegado en un abrir y cerrar de ojos. Iba de camino a casa de mis padres, la cual quedaba al otro extremo de la ciudad por lo que tardaría aproximadamente una hora en llegar.Mi padre no parecía muy contento conmigo en la llamada que me hizo antes de que saliera de mi hogar, avisándome que nos estaban esperando.Por desgracia, me tocó llevar a Dante, así que él iba de copiloto, apoyado en la ventana y mirando a través de ella.Suspiré, mientras conducía por la vía en donde transitaban todo tipo de vehículos. Estaba pensando en los últimos acontecimientos, sobre todo en lo que Dante era capaz de hacer para su propio beneficio.No podía creer que estuvo a punto de hacerle un daño físico y emocional a su ex esposa solo para satisfacerse a sí mismo. Tal vez le molestaba que ella ahora estuviera conmigo, pero eso no le daba el derecho de dañarla.¿Por qué a ella y no a mí?Si ambos sabíamos que nuestra enemistad fue a causa de la aparición de Ximena
*Narrado por Eric*Después de bajar del auto, Dante me siguió sin protestar ante mi confesión. Se mostraba serio y pensativo, como si estuviera debatiendo en su propia mente.Ambos nos acercamos a la entrada de la casa. Mis padres tenían un terreno bastante amplio como para considerarlo una vivienda familiar, aunque solían tener por lo menos a dos sirvientes que vivían con ellos.Toqué la puerta, hacía mucho que no los visitaba y ellos solían ir a visitarme a mí. Así como también nos comunicábamos mediante video llamadas o mensajes normales.Dante estaba parado a mi lado y era mucho más bajo que yo. Traía puesto una sudadera marrón que le hacía a resaltar sus ojos color café, los cuales me miraban con resentimiento, pero no le di importancia.Iba en serio con Ximena al darme cuenta que me estaba dando una oportunidad el día que me aceptó el beso y buscó ir más allá.Abrieron la puerta y resultó ser Olga, una señora que ha trabajado en esa casa desde que tengo memoria. Me sorprendió qu
*Narrado por Eric*—Creo que lo mejor será sacar a Dante de la empresa. Aunque duela —propuse.—No, hasta que te cases —aclaró papá, sentándose de nuevo—. Le daré una última oportunidad a Dante para corregir sus acciones durante los próximos días hasta que llegue tu boda, Eric. Cuando estés atado legalmente con Ximena, podrás despedir a Dante pues ya no tendré ningún poder sobre Rosa Blanca. Será toda tuya y de tus herederos. Así está escrito en el testamento que hice hace años —informó.—¿Y yo me quedaré sin un centavo? —cuestionó el menor.—¡Bien lo hubieras pensado antes de ser un holgazán en el trabajo! —exclamó papá, asustándolo—. ¿Crees que no me he enterado que sueles faltar días porque te da la gana? —Apretó los labios.—Cariño, ya fue suficiente... —mamá trató de calmarlo, con angustia en su expresión.—Ambos tienen que entender que el mundo es un lugar difícil, Cassie. No tendrán todo en la palma de sus manos si no se esfuerzan —masculló papá, tomando la mano de su esposa—.
Eric me estaba besando y sus labios sabían tan dulce que podría comérmelos durante todo el día. De alguna manera me hacía sentir muy bien su tacto, sus manos sosteniendo mi cintura provocaban una tembladera en mis piernas.Había caído en la red de otro Watson... Sin querer... ¿Acaso eso era amor? ¿O simplemente un capricho que se estaba creando en mi mente y corazón?Él se separó lentamente, lo suficiente como para inhalar su cálido aliento, que por cierto olía a menta. Nuestros ojos conectaron por unos segundos, en donde me invadió la vergüenza porque no me imaginaba que otro hombre pudiera amarme luego de haber pasado tantos años con uno...—Ximena... Te aprecio un montón —su mano estaba en mi mejilla, tierna y suave, a pesar de lo gruesa que era—. Me gustaría invitarte el fin de semana a una cita de verdad —añadió, con una ligera sonrisa.—¿Una cita? —cuestioné, sin poder creerlo—. ¿En dónde? ¿Estás seguro de que quieres seguir esto? —dudé.Me quería morder las uñas porque no sabía
Los días pasaban y Dante no se había aparecido en la empresa. Me resultaba extraño y en un punto llegué a preocuparme porque ni Eric sabía dónde se encontraba.¿Y si optó por dejarlo todo atrás y cometer el horrible acto de quitarse la vida?No... Él no haría eso, mucho menos teniendo a Rebeca como su único apoyo. Estaba de camino a la oficina de Eric porque me había llegado una llamada importante que le iba a subir los ánimos de golpe ya que el CEO número uno buscaba concretar una reunión con él.Tenía entendido que si recibía hasta la más mínima ayuda o simplemente la prensa se enteraba de que Jax Brown estuvo con Eric, eso ayudaría muchísimo a Rosa Blanca en cuanto escalar en el mundo de los negocios.No podía creer que hablé con el mismísimo Jax, hombre que solía ver en televisión o en cada sitio de Internet. Hasta su boda llegó a las noticias, en donde su esposa quedó gravemente herida, ese evento ocurrió hace como cinco años.Subí el ascensor, y cuando estuvo a punto de cerrarse
Seguía en la oficina con Eric y ambos nos estábamos mirando con ternura. Era como si vernos ya nos llenaba el vacío que teníamos en nuestro corazón.Hasta que tocaron la puerta, interrumpiendo nuestro momento.—¡Pasa! —exclamó él, justo como hizo antes conmigo—. Seguro es Jeanniel, lo mandé al último piso para que supervisara a los nuevos —añadió, sin darle importancia.—Con razón Olivia lo estaba buscando y no lo encontraba —recordé, con la mano en el mentón.—¿Ya te llevas bien con Olivia? —cuestionó.Asentí, y la puerta se abrió. Giré mi cuerpo a la derecha para poder comprobar de quién se trataba y rodé los ojos en cuanto vi a Dante entrando como si nada hubiera pasado entre nosotros.Tenía una expresión seria en su rostro, llevaba ambas manos en sus bolsillos y una ropa casual, en resumen, no tenía su uniforme.Devolví mi cuerpo a la normalidad para poder cruzarme de brazos e ignorar al hombre que acababa de entrar porque estaba enojada con él. No pensaba hablarle a menos que fue