—¿Qué quieres? —musito tan bajo que tal vez no me escucharon. El fastidio en mi rostro es notable. —¿No tienen otra cosa más interesante qué hacer?—Uy, el patito feo está de malas —las risas de las demás resuenan en el lugar.Poso la vista en mi gaseosa, nunca soy capaz de sostenerle la mirada. —Mejor vámonos, estamos perdiendo el tiempo —sugiere Becca.«Al menos una que utiliza el cerebro» pienso.Se alejan y se sientan en unas de las mesas cerca del otro ventanal, suelto el aire que no me había dado cuenta que llevaba retenido. Esta vez me han dejado en paz, pero no creo que salga con la misma suerte en la preparatoria.—¿Algún día las enfrentarás? —pregunta Sam rompiendo el silencio que se ha formado desde que se marcharon.—Sería peor, a veces lo mejor es ignorar sus chistes sin sentido. No entiende ni la mitad de lo que dice, utiliza las pocas neuronas que aún le quedan —suelta una risita corta. —Si es que las utiliza —agrega. —pero sus comentarios no son chistes Ava, de hecho
—Está de acuerdo. Le pareció estupenda la idea, hasta nos dejó encargarnos a Sam y a mí. —digo.—Que bueno cariño, en el taller de tu madre hay algunos materiales que les servirán. —informa levantándose del taburete. Lo miro emocionada.—¿Los puedo utilizar? —asiente con la cabeza. —¡Gracias!Salgo de la cocina y entro al pequeño lugar donde mi madre solía realizar sus obras. Una manta blanca cubre una de las pinturas que no alcanzó a terminar, quito la tela dejando al descubierto una figura femenina, los detalles del vestido que se adhiere a su cuerpo es increíble. Paso los dedos sobre su rostro, me quedo observando la expresión de el, transmite varias emociones al mismo tiempo. Entre ellas, el dolor y la tristeza, viéndola más de cerca se puede percibir que su mirada rasgada está cristalizada, sin embargo se pasa por alto ese detalle pues lo que más llama la atención es su hipnotizante belleza que destaca principalmente por su cándida sonrisa.«Una sonrisa que esconde dolor» Es in
Oh por dios, esto no puede ser más vergonzoso. —N-no, no espero a nadie —titubeo —. Me urgía venir al baño y como los de las chicas lo han limpiado, se encuentra cerrado, así que vine hasta aquí pues mi vejiga estaba a punto de estallar. Solo miento, soltando una risita nerviosa, ¿Qué estupidez estoy diciendo? —¿Qué? Al ver la expresión que ha puesto por esto último que dije, me dan ganas de abofetearme, así que vuelvo a hablar intentado explicarle.—Es decir, no es que suela venir a los baños de hombres cuando voy a hacer mis necesidades, pero aguantar las ganas de ir al baño tiene consecuencias malas —trato de enmendar estúpidamente. —Oh no, cállate de una vez, Ava —dice la vocecilla en mi interior. Pero mi lengua parece tener vida propia, pues continúo diciendo —. Una de ellas son las causas de incontinencia urinaria que incluyen, obstrucción en el aparato urinario, problemas neurológico
Muerdo mis uñas, o bueno, lo poco que queda, la ansiedad me calcome viva, falta diez minutos para culminar mi turno. Ya perdí la cuenta de las veces que he volteado hacia la puerta cada vez que suena la campanilla del local, imaginando que es él. «Quizás se le olvidó» pienso.Ayudo a Sam a guardar los nuevos libros que han llegado hoy, mientras Nora se encarga de limpiar las mesas embarradas de café. El reloj marca las cinco, nos disponemos a cerrar el local, y luego echamos a andar hacia el auto de Nora que está aparcado en el estacionamiento. Sam me dice algo pero no le estoy prestando atención, pues mi mente se encuentra en otra parte.«Querrás decir en esa persona» saca a relucir aquella vocecilla interior.—Tierra llamando a Ava —sacude las manos frente a mi rostro. —¿Eh? Lo siento, ¿Qué dijiste?Vuelvo los ojos.—Tranquila Ava, lo más seguro es que lo olvidó y... —su voz se va apagando, mira por encima de mi homb
—¿Citas de amigos? —pregunto arrugando el entrecejo.Jackson asiente con la cabeza, deja de escribir haciendo a un lado la libreta repleta de garabatos.—No serán citas como las tienen las personas normalmente —asegura—. Nosotros la haremos distinta. Es decir, las citas de amigos consiste en que ambos nos turnemos en planear a que lugar favorito visitaremos. Allí, empezará el primer paso, socializar. Luego en otra ocasión seguiremos con el segundo, que es conocer y por último y no menos importarte, comprender. Proceso sus palabras, la verdad no suena mal su idea, incluso puedo decir que es mejor que la mía.«Siquiera tenía una»—Ya, ¿Sería como una salida de amigos?—Exacto. Lo que realmente quiere la profesora es que nos demos la oportunidad de socializar con los demás, y para eso es necesario romper los grupos que se han formado. —Aún no le veo el sentido a este proyecto —murmuro más para sí misma.Los ojos
—Haremos esto más dinámico, ¿Te parece si jugamos a las preguntas? Rompe el silencio que se había formado desde que nos sentamos.—Sí, está bien —acepto.—Bien —le da una mordida a su hot dog—. si tuvieras algún poder, ¿Cuál sería?Pienso en muchos, pero elijo uno que sin duda alguna desearía tener.—Regresar en el tiempo —mi respuesta lo toma por sorpresa—. ¿Qué? Sonríe y niega con la cabeza.—Nada —bajo la vista a mi hot dog que aún está intacto—. Tu turno.Busco en mi cabeza una pregunta sencilla, hasta que se me ocurre una.—¿Qué es lo que más odias?Chasquea la lengua.—Las mentiras —alzo la cejas ante su respuesta—. Puedo soportar todo, menos que una persona que aprecio me mienta en mi cara. Te sientes traicionado, como si no tuvo la confianza de contarte, aunque hubo oportunidades pero prefirió ocultarlo. Ese tipo de tendencia a no decir la verdad la detesto.Sus pal
Decidimos regresar a casa antes de las once, Jackson se ofreció a acompañarme alegando que es muy tarde para que ande sola a esta hora. Le muestro una sonrisa agradecida por su consideración, debo admitir que me sorprende recibir este tipo de atenciones de su parte, los chico como él actúan diferente. Aunque, la verdad es que he subestimado a Jackson, tal vez no es igual al resto, solo que el hecho de que sea popular me lleva a catalogarlo de la misma manera.Tenemos la tendencia a juzgar antes de conocer realmente a las personas. —Entonces... —ladeo la cabeza hacia mi compañero de proyecto—. ¿Qué tal la feria?Se muestra interesado, bajo la vista al libro que sostengo entre mis manos.—Estuvo genial, en verdad lo disfruté —esboza una sonrisa alegre.—Me alegra. ¿Sabes? —lo veo de soslayo—. Cuando sacaste el papel y pronunciaste mi nombre, pensé, esto será todo un reto. Sé que no estás a gusto de que yo sea tu compañero de proyecto
¡Auch!—¡Oh, cuanto lo siento! No fue mi intención... —reconociendo esa voz alzo la mirada encontrándome con el rostro preocupado de Jackson. Pero de repente mi vista baja a su torso desnudo que está perfectamente trabajado—. ¿Estás bien?Sacudo la cabeza sintiendo mis mejillas teñirse de rojo carmesí. Ojalá y no se haya percatado de que he recorrido su cuerpo sin disimulo. ¡Dios! ¡Que vergüenza!—S-sí —tartamudeo poniéndome de pie—. ¿Por qué estás sin camisa en medio del pasillo? Suelta un sonoro suspiro.—Larga historia, pero te lo resumiré —dice cubriendo su torso con una sudadera gris. Cierra su casillero y echamos a andar al campus—. Ayer fue un día largo, tuve que llevar a mi hermano a su práctica de béisbol, un niño le lanzó la pelota en la frente así que tuve que llevarlo a la enfermería ya que se le estaba formando un enorme bulto. Luego tuve que ir a natación pero el entrenador no llegó pues su esposa dio a luz. Una l