—Así que eres fan de Lucía y Ricardo, —dijo Ximena, bromeando con Mariana.—Ena, Lucía solo consiguió el amor que quería, no el amor de su corazón, —respondió Mariana, apartando la vista del paisaje.—Lucía siempre ha sido firme, su amor es Javier, —dijo Ximena.Mariana soltó una carcajada.—Ella si
» No hay que ser tan obstinado en la vida. A menudo, al obtener algo, se debe renunciar a uno mismo y cambiar para lograr algo grande.Ximena finalmente entendió lo que Mariana quería decir. Mariana deseaba que ella amara a Lisandro sin reservas, a pesar de saber que él no la amaba sinceramente. Com
Mariana, apoyando una mano en la mesa del comedor, miró a Diego con una sonrisa y dijo:—Así que por eso siempre te insisto en cocinar, para que prepares la comida para mí.Diego, al observar a Mariana, vaciló un momento con la mirada antes de bajar rápidamente los ojos, sonriendo para ocultar la am
—Qué ridículo, por dinero, incluso fui capaz de ignorar el honor de mi madre. Dejé que dijeran que ella era una enferma mental, que había causado su propia muerte y la de mi padre. Siempre he evitado hablar de este tema, temiendo que tú y Ximena piensen que soy un ser desalmado, capaz de sacrificar
Mariana no dijo una palabra, se quedó parada, dejando que Diego continuara con excusas que ni él mismo creía. Cuando Diego se quedó sin saliva, Mariana seguía sin decir nada. Lentamente, se sentó en una silla. El pequeño apartamento era tan compacto que el comedor era el salón y viceversa.Mariana m
—¿Me desprecias?—No es eso.Ximena simplemente odiaba el olor del cigarrillo. Sin entender por qué Lisandro estaba molesto, apartó su mano y lo besó apasionadamente.—Mmm…Ximena quería apartarse de él, pero recordando las palabras de Mariana, dudó y terminó abrazándolo por el cuello. Sin embargo,
Ximena se tensó y cerró las cortinas de un tirón.—¿Te asustaste? —preguntó Lisandro con un tono burlón.—¿Qué quieres decir? —Ximena se volvió para mirar al hombre que sonreía detrás de ella.—¿Qué «qué quiero decir»? Solo te estaba indicando que Luis vive por allá. ¡Somos vecinos! ¿No lo sabías?X
Lisandro no entendió por qué Ximena estaba tan furiosa. Le preguntó qué sucedía, pero ella no respondió. Le envió una ráfaga de mensajes explosivos, haciendo vibrar su pantalla. Lisandro, abrumado, sintió la intensidad de su enojo.Jorge, a un lado, notó a Lisandro sonriendo y trató de echar un vist