Él no quería hablar más y entró en la habitación del hospital para visitar a su abuelo. En cuanto Gonzalo vio que Lisandro había llegado, se apresuró a gritar «hermano» se levantó de al lado de Ramón, y se paró a un lado con una actitud extremadamente respetuosa.Ignacio, siendo joven, apenas cumpli
Armando había salido del hospital cuando, justo en ese momento, Lisandro regresaba con Mateo después de hacer unas compras. Últimamente, el niño no tenía mucha hambre, y su carita regordeta ya no estaba tan redonda. Susana se esforzaba cada día en prepararle platillos deliciosos y variados, pero él
—Eres tan parecida a tu madre en carácter. ¡No creo que la hija de ella fuera capaz de cometer un asesinato! —dijo. Ximena soltó una risa baja, así que creía en su madre.—Mi recuerdo de mi madre es muy vago, ya ni siquiera recuerdo cómo se veía. Es posible que no haya crecido como ella esperaba —r
Estos días, Sofía pasaba todo el día junto a Carlos. Su mundo había sido completamente ocupado por él, lo veía por todas partes. Ni siquiera había ido a visitar a su abuelo Ramón en el hospital. Había querido hacerlo, pero cuando Carlos le dijo.—Puedes ir, ¡estaré bien solo en el hospital! Si neces
Sus palabras la llenaron de esperanza, y con el corazón rebosante de dulzura, lo abrazó fuertemente.Ximena despertó sobresaltada de una pesadilla. Todo lo que podía ver era sangre y destellos de cuchillos y espadas. Soñó que Elena la estaba descuartizando. Se secó las gotas de sudor que perlaban su
El verdadero culpable fue capturado. Por lo tanto, Ximena fue liberada sin cargos. Sin embargo, estos días, la gran mayoría de los usuarios en línea, cuyas mentes habían sido lavadas con todo tipo de tramas extrañas, no aceptaron el anuncio oficial. Pensaban que ella tenía conexiones poderosas y ha
—Mamá, tienes que estar bien. No quiere ser una niña sin madre.Últimamente, Felicia también conversaba frecuentemente con Mateo. Las palabras de él la habían influenciado, haciéndola temer especialmente perder a su madre. El niño siempre decía que su mamá le amenazaba con que, si no se portaba bien
Ximena, con las mejillas sonrojadas, murmuró.—¿No sería mala educación irnos antes de que todos terminen de comer?Mariana, deseando fervientemente que la familia se reconciliara cuanto antes, los empujaba hacia la salida, diciendo.—¡Nosotros comeremos aquí! Ustedes vayan a ocuparse de sus asuntos