—Princesa, ¿sabes cómo se llama esta suculenta?Preguntó Carlos. Sofía observó con alegría la planta, cuyas hojas formaban un corazón.—¿Cómo se llama?—Se llama «Echeveria Perle von Nürnberg».—Es un nombre hermoso, —respondió Sofía.—¿Sabes cuál es el significado detrás de la «Echeveria Perle von
—¡Felicia también me contó que su mamá confundió el bicarbonato de sodio con la maicena al hacer una sopa! Era una sopa tan desagradable que hizo que Felicia la vomitara.» ¡Y hablar de cuando intentó calentar un bollo en el microondas y terminó siendo duro como una roca, o cuando intentó cocinar un
—¿Cómo es que están aquí?—¿No nos esperabas?Las expresión de Lisandro era fría, casi ofendida, como si le debieran dinero. Ximena no le regaló una sonrisa a Lisandro, pero dirigiéndose a Mateo con dulzura le dijo.—A Mateo sí lo esperaba.El niño se preocupaba un poco pensando que, dada la relació
Sin prestarle atención al desagrado evidente en el rostro de Ximena, Lisandro se metió bajo las sábanas, tomó la almohada y se recostó. Ella, apretando los dientes, le dio una patada.—¡Bájate!Pero Lisandro simplemente se dio vuelta, dándole la espalda. Durante los últimos días, él había tenido pro
—Ojalá tu mamá fuera la mía. Desearía tener una mamá que te amara tanto como la tuya te ama a ti.Felicia, sosteniendo un muñeco de peluche de chimpancé, dijo con una expresión inocente.—¡Podrías ser el hijo de mi mamá! Si consideras a mi mamá como tu madrina, ¡entonces ella será tu mamá! —Mateo mi
Una vez que Lisandro terminó de preparar el desayuno, Mateo y Felicia conversaban en voz baja mientras disfrutaban de sus jugosos bistecs.—¿Mi papi siempre te prepara el desayuno? —preguntó Mateo. Felicia asintió, respondió.—Mi mamá no cocina muy bien. Siempre que tío está, él se encarga del desay
—No lo sé. Las relaciones de los adultos son bien complicadas.—Sí, son bien complicadas.La niña suspiró, y ambos continuaron escuchando detrás de la pared. Ximena ya no quería seguir con Lisandro, lo apartó, se levantó para alistarse y llevar a los pequeños a pasear. Aprovecharía que Mateo había
Ximena, sorprendida, abrió sus brazos y envolvió a Mateo en un cálido abrazo. El niño levantó sus pequeñas manos, dudó unos segundos y luego la apretó fuertemente contra él. Ella no sabía si era su imaginación o si simplemente estaba siendo cariñosa, pero al abrazarlo, sintió que un hueco en su cora