—¿Cómo es que están aquí?—¿No nos esperabas?Las expresión de Lisandro era fría, casi ofendida, como si le debieran dinero. Ximena no le regaló una sonrisa a Lisandro, pero dirigiéndose a Mateo con dulzura le dijo.—A Mateo sí lo esperaba.El niño se preocupaba un poco pensando que, dada la relació
Sin prestarle atención al desagrado evidente en el rostro de Ximena, Lisandro se metió bajo las sábanas, tomó la almohada y se recostó. Ella, apretando los dientes, le dio una patada.—¡Bájate!Pero Lisandro simplemente se dio vuelta, dándole la espalda. Durante los últimos días, él había tenido pro
—Ojalá tu mamá fuera la mía. Desearía tener una mamá que te amara tanto como la tuya te ama a ti.Felicia, sosteniendo un muñeco de peluche de chimpancé, dijo con una expresión inocente.—¡Podrías ser el hijo de mi mamá! Si consideras a mi mamá como tu madrina, ¡entonces ella será tu mamá! —Mateo mi
Una vez que Lisandro terminó de preparar el desayuno, Mateo y Felicia conversaban en voz baja mientras disfrutaban de sus jugosos bistecs.—¿Mi papi siempre te prepara el desayuno? —preguntó Mateo. Felicia asintió, respondió.—Mi mamá no cocina muy bien. Siempre que tío está, él se encarga del desay
—No lo sé. Las relaciones de los adultos son bien complicadas.—Sí, son bien complicadas.La niña suspiró, y ambos continuaron escuchando detrás de la pared. Ximena ya no quería seguir con Lisandro, lo apartó, se levantó para alistarse y llevar a los pequeños a pasear. Aprovecharía que Mateo había
Ximena, sorprendida, abrió sus brazos y envolvió a Mateo en un cálido abrazo. El niño levantó sus pequeñas manos, dudó unos segundos y luego la apretó fuertemente contra él. Ella no sabía si era su imaginación o si simplemente estaba siendo cariñosa, pero al abrazarlo, sintió que un hueco en su cora
—¿En serio? ¡Con lo guapa que es! ¿Cómo pudo resistirse? —Sofía enlazó su brazo con el de Teresa.—No entiendes, mi hermano es muy tradicional, rígido y serio. Cualquier chica que se le acerque podría ser considerada como una simple amistad para él. Si no fuera por Mateo, nuestra familia incluso pen
—¿Qué te pasa, Sofía? ¿Es malo que Elena venga a Nubiazura? —Carlos vio el rostro pálido y rápidamente tomó su mano. Su mano estaba fría—. ¿Te sientes mal? ¿Por qué tienes las manos tan frías?Las cálidas manos de Carlos envolvieron las de Sofía, tratando de transferirle algo de su calor. Un calorci