—Ojalá tu mamá fuera la mía. Desearía tener una mamá que te amara tanto como la tuya te ama a ti.Felicia, sosteniendo un muñeco de peluche de chimpancé, dijo con una expresión inocente.—¡Podrías ser el hijo de mi mamá! Si consideras a mi mamá como tu madrina, ¡entonces ella será tu mamá! —Mateo mi
Una vez que Lisandro terminó de preparar el desayuno, Mateo y Felicia conversaban en voz baja mientras disfrutaban de sus jugosos bistecs.—¿Mi papi siempre te prepara el desayuno? —preguntó Mateo. Felicia asintió, respondió.—Mi mamá no cocina muy bien. Siempre que tío está, él se encarga del desay
—No lo sé. Las relaciones de los adultos son bien complicadas.—Sí, son bien complicadas.La niña suspiró, y ambos continuaron escuchando detrás de la pared. Ximena ya no quería seguir con Lisandro, lo apartó, se levantó para alistarse y llevar a los pequeños a pasear. Aprovecharía que Mateo había
Ximena, sorprendida, abrió sus brazos y envolvió a Mateo en un cálido abrazo. El niño levantó sus pequeñas manos, dudó unos segundos y luego la apretó fuertemente contra él. Ella no sabía si era su imaginación o si simplemente estaba siendo cariñosa, pero al abrazarlo, sintió que un hueco en su cora
—¿En serio? ¡Con lo guapa que es! ¿Cómo pudo resistirse? —Sofía enlazó su brazo con el de Teresa.—No entiendes, mi hermano es muy tradicional, rígido y serio. Cualquier chica que se le acerque podría ser considerada como una simple amistad para él. Si no fuera por Mateo, nuestra familia incluso pen
—¿Qué te pasa, Sofía? ¿Es malo que Elena venga a Nubiazura? —Carlos vio el rostro pálido y rápidamente tomó su mano. Su mano estaba fría—. ¿Te sientes mal? ¿Por qué tienes las manos tan frías?Las cálidas manos de Carlos envolvieron las de Sofía, tratando de transferirle algo de su calor. Un calorci
Mientras Lisandro hablaba, sus labios estaban tan cerca que parecía que en cualquier momento podrían besarse. Ximena se sintió incómoda, pero también preocupada por Mateo. «Es apenas un niño de cuatro años, debería estar disfrutando de su infancia. ¿Qué clase de trauma puede hacer que un niño pierda
Al escuchar que era la llamada de Elena, Mateo rápidamente se incorporó en la cama. Sus grandes ojos oscuros se posaron en Lisandro, reflejando un miedo profundo y palpable que lastimaba el corazón de su padre.—¡Ya no vuelvas a llamar! —dijo con firmeza.Lisandro apagó el teléfono, se acercó a la c