Sofía, emocionada hasta las lágrimas, apenas podía creer lo que veía.—¿Realmente es... de verdad...? —Murmuró.En el impulso de compartir la buena nueva, intentó llamar a Marcus, pero su mano tembló y el teléfono cayó al suelo con un sonido seco. Al agacharse para recogerlo, vio que la pantalla est
—Pero por Mateo, decidió dejar ir las cosas.—Es admirable lo que hizo. Yo no hubiera podido. Ahora la respeto aún más, —comentó Sofía. Marcus pensó un rato.—Tal vez deberíamos decírselo a Lisandro. Como el padre biológico de Felicia, tiene derecho a saber.—Pero, ¿qué cambiaría? No sabes cómo son
Marcus intentó explicarse, pero entre más hablaba, más complicaba la situación. En su mente, maldecía a Lisandro y a toda su descendencia. Rocío, sospechando aún más, interrogó a Sofía.—¿Ustedes dos tienen algo que ocultar?Sofía, sorprendida y enfurecida por la acusación, perdió la compostura. Mar
—Señorita Yates, te olvidas de las quemaduras de cigarros y de los dientes arrancados.Dijo Gabriela, mientras lentamente subía la manga de su blusa, revelando un brazo lleno de cicatrices de quemaduras. Al ver eso, Ximena inhaló bruscamente, sorprendida, y miró a Rocío con shock. No podía creer que
Lisandro miró sorprendido a Sofía, sin comprender la razón detrás de tal pregunta. ¿Cómo podría Felicia ser su hija?—Sofía, parece que tienes demasiado tiempo libre. Deberías pensar en cómo enriquecer tu vida, en vez de andar sin rumbo.—¡Hermano! Estoy hablando de ti, ¿por qué me das lecciones? —S
—Princesa, ¿sabes cómo se llama esta suculenta?Preguntó Carlos. Sofía observó con alegría la planta, cuyas hojas formaban un corazón.—¿Cómo se llama?—Se llama «Echeveria Perle von Nürnberg».—Es un nombre hermoso, —respondió Sofía.—¿Sabes cuál es el significado detrás de la «Echeveria Perle von
—¡Felicia también me contó que su mamá confundió el bicarbonato de sodio con la maicena al hacer una sopa! Era una sopa tan desagradable que hizo que Felicia la vomitara.» ¡Y hablar de cuando intentó calentar un bollo en el microondas y terminó siendo duro como una roca, o cuando intentó cocinar un
—¿Cómo es que están aquí?—¿No nos esperabas?Las expresión de Lisandro era fría, casi ofendida, como si le debieran dinero. Ximena no le regaló una sonrisa a Lisandro, pero dirigiéndose a Mateo con dulzura le dijo.—A Mateo sí lo esperaba.El niño se preocupaba un poco pensando que, dada la relació