Felicia fue la última en salir del kínder.La maestra Fresa hoy vestía una falda extremadamente corta, con un escote muy bajo. Deliberadamente se sujetó el celular frente a Lisandro, presionando y mostrando mucho su escote.—Señor Mendoza, lo siento, Felicia no terminó una manualidad y salió tarde, lo hice esperar —dijo la maestra Fresa con voz melosa.—Señor Mendoza, el kínder cambió el horario. ¿Por qué no intercambiamos números de WhatsApp? Yo se lo envío.Ximena, sin esperar a que Lisand
Ximena seleccionó una caja que parecía contener cuernos de ciervo. Al abrirla, encontró algo parecido a dos palos de madera en cada lado.No entendía mucho acerca de suplementos, pero sabía que cualquier cosa proveniente del ciervo era considerada muy nutritiva.Buscó en Google cómo prepararlos y siguió las instrucciones al pie de la letra, poniéndolo todo en una olla para hacer sopa.Justo entonces, su teléfono sonó. Era un mensaje de WhatsApp de Andrés, todos con audios de más de sesenta se
—Era... el suplemento del paquete de cuernos de ciervo...Los ojos de Lisandro estaban intensamente rojos, como un animal salvaje quemado por llamas feroces, listo para asestar un golpe mortal en cualquier momento.Ximena, asustada, palideció tratando de liberarse, pero Lisandro la arrastró a la habitación y la empujó contra la fría pared.El aliento del hombre era rápido y ardiente.Ximena intentó voltear su rostro, pero sus dedos largos y delgados sujetaron su barbilla, forzándola a mirarl
Sin embargo, Ximena le pasó un pañuelo.—¿Estás bien? Creo que te golpeé demasiado fuerte. —Pensó que la razón por la que Lisandro sangraba era su bofetada y, aunque se sentía culpable, también estaba enfadada.—No sé qué malentendido tienes sobre mí, pero te hice la sopa para ayudarte, sin malas intenciones. Y cuando te salvé, no tomé nada de ti. Si no confías en mí, llama a la policía y que investiguen.La voz de Ximena sonaba fría y había un tono de agravio.—Sé que no soy perfecta, pero
Ximena salió corriendo a buscar a la niña. Justo cuando abrió la puerta, Lisandro regresó abrazando a Felicia.Resultó que Lisandro había llevado a Felicia al parque de diversiones y le había comprado muchos dulces y juguetes.Ximena estaba furiosa, pero no quería hablar con Lisandro. Agarró a Felicia por los hombros y le dijo seriamente: —Felicia, recuerda, aparte de mamá, no debes salir a jugar con nadie más. ¿Entendido? Nunca sabes quién puede ser una mala persona.Lisandro tampoco quería
Los tres aviones de combate seguían pasando por encima de Ximena todos los días, yendo por la mañana y regresando por la tarde.Las chicas seguían chillando, proclamando su deseo de casarse con los hombres dentro de esos aviones.Sin embargo, todos los videos cortos sobre estos tres aviones desaparecieron de la web.La euforia solo duró un día, y después no se encontró rastro de ellos. Incluso si alguien intentaba volver a subir el video, este era bloqueado por el sistema.Con tanto misterio
Lisandro estaba de pie abajo, enfrentando el sol poniente, entrecerrando los ojos al mirar la pequeña figura en lo alto de la torre. Su mirada se tornó un tanto complicada.Cada día que volvía a la capital, pasaba por esta capilla. Jorge vio a alguien trabajando allí atado con una cuerda de seguridad y soltó un suspiro.—Por la vida, todos la tienen difícil, ¿verdad?No era de extrañar que Jorge hiciera tal comentario. Con tanto ir y venir diariamente, se sentía mareado.Existía una manera m
No tenía idea de qué marca era ese vino, pero le pareció suave al paladar, con un ligero toque amargo y un retrogusto muy aromático.—La verdad, el vino no es tan rico, pero de vez en cuando es bueno tomar un poco —comentó Ximena mientras se servía una copa hasta el borde.Lisandro quería decirle a Ximena que no debería llenar su copa de vino blanco, que debía saborearlo lentamente, o de lo contrario estaría desperdiciando algo tan bueno. Pero antes de que pudiera decir algo, Ximena ya había b