Entre a la casa y subí la escalera de dos en dos, mi corazón latía desbocado y llegar a mi habitación se había convertido en algo imperativo. Mi mente estaba en otro lado, por lo que termine chocando contra una persona. Termine en el piso, al igual que ella.—Pero… ¿Qué te sucede? ¿Acaso no te fijas por dónde vas? —Me gritó la desconocida levantándose del suelo, sacudiéndose la ropa.Observe que tenía el cabello rubio que le caía en ondas por la espalda. Tendría más o menos mi edad, treinta a lo sumo. Iba vestida con un abrigo de color gris y rayas negras, (se veía cálido) del cual sobresalía un vestido negro hasta los muslos y unas medias pantis negros, terminando en unas botas altas de cuero. Era atractiva de una manera en que lo sería una guerrera vikinga. Su rostro tenía forma de corazón y sus ojos eran de un tono verde muy familiar. De hecho, todo en ella me recordaba a alguien, pero no podía ubicar a quién.Abrí la boca para disculparme, pero volvió a interrumpirme.—¿Tienes id
Para cuando baje ya empezaban a servir la cena y todos los ojos se voltearon a la entrada del comedor en donde yo estaba parada. Ignore a la mayoría, pues la única que me interesaba era la del hombre sentado en la cabecera de la mesa.El Boss enarcó una ceja en mi dirección, pero nada más. Fruncí el ceño, decepcionada. Sin embargo, me uní a ellos con tanta dignidad como pude, lamentablemente el único asiento libre estaba a su derecha. Ahí me senté.No entendía qué pasaba. Llevaba el vestido que me regalo (el cual me quedaba como un guante) y los tacones hacían que mis piernas se vieran más estilizadas. Me había tomado el tiempo de maquillarme a consciencia y el cabello plateado lo usaba suelto.¿Qué sentido tenía darme este hermoso vestido si no reaccionaria de ninguna forma?Entonces me di cuenta.Era otro de sus juegos pendejos y yo había caído como una estúpida.El aroma del Boss golpeó inmediatamente contra mis fosas nasales, aguanté la respiración tanto como pude, pero al final m
—Perdona, no sabía que estabas ocupado. Vuelvo en un rato. —afirmé haciendo amago de irme, pero la voz del hombre que acompañaba a Alexey me detuvo.—No tienes que marcharte, siempre es bien recibida la compañía de una dama tan hermosa. —aseguró extendiendo la mano para ofrecerme un lugar a su lado.Pude escuchar cómo Alexey soltó un bufido, pero no dijo ninguna palabra, por lo que supuse que podía quedarme. Sin embargo, lo mire, esperando su confirmación. El Boss asintió. El invitado tenía los mechones de cabellos pelinegros que le llegaba por encima de los hombros. Sus rasgos eran asiáticos y los ojos eran como dos pozos oscuros. No tarde mucho en comprender que era el miembro de la Yakuza del que comentaban ayer durante la cena. Honestamente, no me sorprendía.El Boss me hizo una seña para que me acercará. No tenía ningún interés en llevarle la contraría y menos frente a los socios de mi futuro marido. Era perfectamente capaz de diferenciar que guerras podía librar y en cuáles iz
Poco recuerdo del tiempo en que maquillaron y peinaron, mis memorias están borrosas durante esos momentos. Para cuando volví a la realidad tenía la mano de mi tío sobre la mía y estábamos a punto de comenzar la marcha nupcial por todo el jardín.Habíamos decidido celebrar la boda dentro de la fortaleza para evitarnos problemas con los enemigos del que en unos minutos se convertiría en mi esposo. El invierno estaba en pleno apogeo, por lo que la nieve ya se había endurecido en el suelo.Observe la decoración desde mi lugar dentro del edificio. De haber sido una situación diferente, hubiese admirado la belleza ante mis ojos, Veronika se esmero un montón con todo esto y seguramente no quedó decepcionada con el resultado.El altar estaba conformado por unas ramas de fresno en forma de espiga y se colocaron balcones de madera para los invitados. Detrás podía ver las montañas, comenzaba a atardecer y eso le agregaba un toque misterioso.También hicieron un camino de velas que yo debía recor
No perdí tiempo en hablar con nadie cuando nos estacionamos en la fortaleza. Me bajé rápidamente y corrí subiendo las escaleras de dos en dos. Poco me importaba estar montando una escena que nos dejara en ridículo a ambos.Lo único que quería era esconderme y desaparecer.Era perfectamente conscientemente de que estaba entrando en un ataque de pánico y que probablemente luego el Boss me castigaría por tal falta de respeto. Prácticamente no lo estaba dejando en ridículo frente a su gente.Llegué a mi habitación y cerré la puerta, pasándole el seguro. Sentía que el vestido me asfixiaba así que lleve las manos a mi espalda para desabrocharlo, lo deje caer y al mismo tiempo libere mi cabello del peinado tan elaborado que me hicieron.Solté un gemido de placer al sentir que la melena me caía de nuevo en la espalda. Pasé directamente al baño y abrí el grifo. Me eche agua en el rostro y el cuello para espabilarme. Seguramente había arruinado el maquillaje, pero poco me importaba.Quería huir
Creí que la sensación de Alexey masturbándome con un dedo sería suficiente, pero en cuanto comenzó a moverlo comprendí que no sabía nada. Me mordí los labios para no gemir, pero fue inútil, el sonido escapo de mi por sí solo.Cerré los ojos para disfrutar del delicioso placer que me brindaba.—Vente para mí. —susurró mordiéndome el lóbulo de la oreja.Esas palabras fueron suficientes para desatar el orgasmo que me avasallo de pies a cabeza. Mi mente quedó en blanco y lo único que era consciente era de los latidos desbocados de mi propio corazón.Quede con la respiración pesada, desnuda y con el cuerpo bañado por una delicada capa de sudor. Esperaba que Alexey no me echara de sus aposentos, porque entonces no sabría de donde sacar fuerzas para caminar, mis piernas temblaban como gelatinas.—Nunca decepcionas, solenyshka. —dijo dejando un beso en mi coronilla.Le respondí con un gruñido que solo provoco que se riera.Maldito.El Boss se quitó de encima de mí y camino hacía una puerta qu
El lugar ardía como el mismísimo infierno y no tarde mucho en empezarme a quitar el abrigo y el gorro que traía para poder respirar. El Boss me observó por el rabillo del ojo, pero si algo lo molestaba, se lo guardo para él.Había al menos 50 hombres moviéndose de un lado al otro. Algunos mantenían funcionando las calderas, agregándoles carbón de vez en cuando, sus caras estaban manchadas de negro, mientras que otros se ocupaban de trabajar con la brea.De nuevo me pregunte qué demonios estaba haciendo aquí. Era más que obvio que este no era mi lugar, resaltaba como una margarita entre las rosas. Lo seguí hasta el centro del lugar, la mayoría de los hombres me miraban con curiosidad y unos pocos con hambre. Eso hasta que veían el anillo en mi dedo, entonces hacían como si no existiera.“No tengo ninguna duda de que Alexey les metería un tiro sino se voltean”.—Toda esta zona es enorme. —afirme mirando la estructura.Debíamos estar al menos quince metros bajo tierra y las paredes tenía
Conocía Alexey Volkov y a toda su familia desde niña y la última vez que lo vi tenía dieciséis años. Crecimos juntos debido a la posición que ocupaba su padre en la organización, pero debido a la diferencia de edad nunca fuimos especialmente cercanos.A decir verdad, nos llevábamos como perros y gatos, lo que no había cambiado mucho en estos últimos años. Lamentablemente terminó asistiendo a la misma universidad que mi hermano y ellos si terminaron siendo mejores amigos.Gracias a eso tuve que aguantar durante mi adolescencia la cantidad de problemas en los que se metían y soportar el desfile interminable de mujeres que andaban detrás de ellos, rogando por misero pedazo de su atención.Nadie podía resistirse al underboss y su mejor amigo, y quien se atreviera a hacerlo ya tendría una bala con su nombre y la fecha de muerte. Todo está atención los volvió insoportables, al punto de que ya no soportaba estar a su alrededor, pero siempre terminaba espiándolos a la distancia.Lo confieso,