SerenaMiro el mensaje de Ian, una y otra vez, con una sonrisa de tonta en la cara, o así creo que me veo.Él es tan lindo…—Por lo menos tengo una razón para sonreír en medio de este infierno. —Suspiro.Salgo de la habitación y doy vueltas en toda la casa, entonces me siento en el jardín, para admirar las rosas que me regaló papá ayer y que mamá me ayudó a sembrar.—Si sigo aquí encerrada, me volveré loca —musito.Vuelvo a entrar a mi perfil, solo para leer el mensaje que me dejó Ian. Por un momento siento la necesidad de desbloquearlo de mis contactos del teléfono para llamarlo, mas me freno.Ian ya tiene pareja y sería mucho atrevimiento de mi parte buscarlo. Mejor no hago tonterías.Miro al cielo y una extraña tristeza me embarga, ya que Bratt también cumplió años ayer. ¡Hasta eso compartimos! Recuerdo que mi mamá y la suya dieron a luz el mismo día. Solo que yo nací de noche y él en la mañana, así que es mayor que yo por varias horas.—¿Todo bien, mi niña? —me aborda mamá, quien
BrattObservo a Jael con ganas de estrangularlo, pero en su lugar, decanto en sorber mi whisky.—Bueno, esa es la razón para odiarte —dice como si nada.—¡Eres un maldito cabrón! —exclamo. Este puto es un imbécil y aparte está loco—. ¿Qué culpa tengo yo de esa pendejada?—Eres su hijo —responde el muy patán.—¿Y...?—Lo sé, fui un tonto; pero Taís me está ayudando a ver ciertas situaciones con más claridad y desde otra perspectiva.Ajá...—¿Ella es tu entrenadora física o tu maldita coaching de vida? —interpelo fastidiado. Desde que Jael empezó a ir al gimnasio de Taís, todo lo que este cabrón menciona tiene que ver con esa mujer.—Ella me está guiando para sacar una mejor versión de mí; ya sabes, necesito reflejar de manera externa lo que llevo en mi interior.—Ya... —Asiento con la cabeza, como si de verdad esta pendejada tuviera sentido para mí—. Sé lo que te sucede, primito. —Sonrío malicioso—. Te gusta la mulata y por eso le sigues la corriente en todas sus tonterías. Ni que ella
BrattEstos días han sido difíciles. He tratado de venir a la mansión varias veces, pese a que ahora me paso la mayoría del tiempo en mi apartamento, con el único objetivo de vigilar al abuelo.Estoy seguro de que ya se enteró de que estoy en el proceso de anulación de mi matrimonio, por lo que me encuentro a la expectativa de su próximo movimiento.En estos días él ha estado muy raro y reservado, así que atribuyo su actitud a mi decisión. Por tal razón, me mantengo alerta y converso con Jael a menudo, por si acaso puedo sacarle alguna información útil, dado que él siempre ha sido el títere del abuelo.Subo al piso donde el abuelo tiene su estudio, con la esperanza de ver a Jael por estos lares. Si es así, mis sospechas de que este le puede estar colaborando a ese viejo mañoso con algún plan en mi contra, puede que sea certera; por lo tanto, buscaré la manera de indagar lo más que pueda.No veo a Jael por aquí, pero gran sorpresa que me llevo, al encontrarme a Linda con la oreja pegad
BrattSorbo todo el vino de mi copa y vuelvo a extenderla hacia Victoria, quien me sirve sin rechistar. En este momento, ella me entiende mejor que nadie, por eso solo me escucha mientras me acompaña a beber.Ambos nos encontramos en su apartamento, sentados en el balcón.—¿A qué le temes? —me pregunta de forma repentina.—Le temo a caer en una trampa. —Suspiro—. Es decir, se trata del abuelo, no me fío de él.—Yo digo que le des el beneficio de la duda. De todas formas, no te está pidiendo nada malo ni fuera de lugar; es más, me parece justo.—Lo sé. Es increíble que mi rival sea mi primo. Ese maldito tiene el mismo gusto que yo, ambos nos fijamos en la misma mujer —digo con ironía.Noto que Victoria se remueve incómoda y toma todo el contenido de su copa de un solo trago.—¿Todo bien? —le pregunto en un tono divertido, debido a que se ha tomado todo eso de a una.—Sí —asiente con firmeza.—Gracias por escucharme, Victoria, no te imaginas lo mucho que lo necesitaba —digo con sincerid
BrattVictoria me besa con esa hambre y esa fiereza que la caracteriza. Sus manos viajan por todo mi cuerpo, mientras que yo trato de llevarle el ritmo.No lo entiendo...¿Por qué no se siente como antes?Ella trata de quitarme la camisa con tanta agresividad, que los botones de esta salen disparados por doquier.—Había olvidado lo rico que besas —dice emocionada. Y succiona mi labio inferior.—Cálmate un poco, Victoria —pido con una risita divertida.—¿Qué? —Ella me mira ceñuda. Parece que no le gustó lo que le dije.—Es que estás muy agresiva... —Me muerdo el labio inferior cuando noto que se molesta.¡Qué exagerada!—¿Me dirás cómo hacer el amor? —Se cruza de brazos.—Por supuesto que no... Ven aquí, peleona. —La atraigo hacia mí por la cintura. Nos besamos otra vez y por un momento me entretengo mirando el bar de mi apartamento.Un recuerdo me visita de repente y la risa dulce de Lilia estalla en mi cabeza. La visualizo sirviéndome un poco de Whisky con expresión alegre, con sus m
Tres meses después...Puesto que ganamos la demanda en contra de Margot, todos los videos fueron retirados de la web y, cualquiera que se atreviera a difundirlos, tendría que encarar cargos legales.Ella fue encarcelada por un año, le cerraron los perfiles de sus redes y las agencias de modelaje le terminaron los contratos.En cuanto a la empresa, papá y yo trabajamos duro y esta se encuentra bien posicionada. Concerniente a Bratt y a mí, volvimos a ser buenos amigos, pero ya no somos tan íntimos como solíamos ser en el pasado.Por otro lado, recibí el documento donde me informan que ya soy una mujer libre, puesto que mi matrimonio ha sido anulado.Sí, poco a poco mi vida ha ido tomando su orden. En cuanto a Ian, no he vuelto a verlo. Muy pocas veces reviso sus redes y allí me he enterado de que ya anda muy recuperado de salud.Esbozo un suspiro melancólico por la frustración. Al final, nunca concretamos una relación, pero me hace feliz que ambos estemos bien.Él está viviendo su sueñ
SerenaIan y yo corremos de vuelta al salón, pero este me detiene para que no avance y me pone detrás de él.¿Qué rayos sucede?—No hagas una tontería, pelirroja —me advierte. Es cuando me percato de que, un hombre vestido de mozo le apunta a Bratt con un arma de fuego, quien yace en el suelo herido.Ay, no...—No grites o podrías captar su atención —me aconseja con voz temblorosa. Estamos a una distancia prudente, donde podemos ver el panorama; pero al mismo tiempo, corremos peligro si el asesino repara en nosotros.—¿Quién es ese hombre? —susurro, aterrorizada.Me siento en una película de acción, puesto que el atacante apunta hacia Bratt, pero este es apuntado por los guardias de la mansión y algunos policías que vinieron a vigilar.—¿Dónde está el hijo bastardo de Robert? —vocifera el atacante.Esa voz...—Es una mujer —susurra Ian.—Ella te busca a ti, esa es linda disfrazada. Debemos salir de aquí, Ian.—Mi mamá está allí, esa loca le puede hacer daño.—Ian, escóndete, por favor
La tarde de verano se sentía agradable, pese a que esos días el calor era infernal. Debía ser por la brisa que acariciaba sus pieles o por la sombra de aquel gran árbol donde ellos se encontraban recostados.La adolescente, de cabellera rojiza y ojos de color miel, observaba el lago con admiración. ¡Estaba feliz! Poder viajar al campo con su mejor amigo había sido reconfortante, puesto que en la ciudad no contaban con la libertad de la que allí disfrutaban.—Nunca olvidaré estas vacaciones; este lugar es hermoso y tranquilo. Si de mí dependiera, me quedaría a vivir con la señora Tenner todo el año —comentó ella mientras admiraba el cielo.—Es una suerte que nuestros padres nos hayan dejado venir a casa de tu ex nana ya retirada. Aún no me lo creo —respondió el joven de ojos celestes y cabellera negra, abundante y desarreglada. Ella lo miró en silencio y sonriente; ese día su amigo lucía más atractivo de lo regular. Tal vez era el efecto del maravilloso momento, donde la puesta del sol