Entrevista de trabajo.

CAPÍTULO 4.

De vuelta en la residencia, Nicole tomo una ducha tibia.

En la tenue niebla, todo tipo de imágenes de la noche anterior en la habitación con ese hombre, seguían destellando en su mente, aunque no podía moverse, su conciencia estaba clara.

Su rostro se sonrojó incontrolablemente de nuevo.

Luego la escena en la habitación de Emiliano hizo que su cuerpo se estremeciera. Ella sigue sintiendo miedo.

Después de ducharse, se acostó en la cama y durmió profundamente hasta la tarde.

Dos semanas después, Nicole se levantó temprano y se aplicó suficiente corrector para disimular sus ojeras, luego se vistió con un traje simple pero profesional. Nicole se había estado preparando mentalmente para la entrevista, pero cuando vio a Aspen en la puerta del Grupo Continental, sus emociones colapsaron en un instante.

―¿Qué estás haciendo aquí?

―Hermana, dijiste que vendrías a una entrevista con el Grupo Continental. Así que te estoy esperando deliberadamente.

De hecho, Aspen tenía razón. Hace unos días, ella compartió felizmente esta noticia con ella en el café que frecuentaban, al igual que compartió los detalles de su relación con Daniel.

―¿Qué quieres?

Nicole contuvo las lágrimas, ella no parecería una tonta y dejaría que siguieran burlándose de ella.

―Hermana, ¿puedes perdonarnos? De verdad nos amamos ―Aspen tomo su mano, y la miro con una expresión de culpable ―Tratamos de luchar contra lo que sentíamos, pero… terminamos cediendo a nuestros corazones.

En este instante, Nicole solo quería desaparecer a su hermana. ¿Cómo se atrevía a venir aquí hoy y decirle eso?

―¡Suéltame! ― ella sacudió su mano y miro a Aspen con hostilidad.

―Hermana, sé que equivoque. Daniel y yo lo lamentamos. Créeme, no quería traicionarte…

Aspen explico apresurada, su rostro estaba lleno de disculpas aparentemente sinceras y sus ojos vidriosos por las lágrimas no derramadas, lo que hizo que los transeúntes pensaran erróneamente que Nicole estaba siendo cruel con ella.

Al percatarse de esto, Nicole apretó los labios con fuerza y bajo la voz agudamente ―Aspen, lárgate de aquí, cuanto más lejos te vayas, mejor. ¡No quiero verte nunca más!

Nicole, solo nos tenemos tú yo, seremos buenas hermanas por siempre…

Nicole, ¿saldrás con Daniel hoy? ¿Por qué no me dejas acompañarlos?

Le pedí a Daniel que me acompañara a arreglar mi auto, es un cuñado como ninguno…

Aspen, serás mi madrina de bodas…

Estoy tan feliz hermana, tú y Daniel son una hermosa pareja…

Todas las conversaciones pasadas sonaron en sus oídos, tan intimas, tan apasionadas, son hermanas de la misma madre, pero ella le arrebato a su hombre.

¿Perdonarla? ¿Quién es, la virgen María?

―Voy a una entrevista, por favor no me hagas perder el tiempo ― empujando a Aspen, camino hacia el vestíbulo de la compañía, sin mirar atrás.

Aspen apretó las manos al ver que Nicole se iba, su rostro cambio gradualmente de tristeza a normalidad.

Nicole respiro hondo, tratando de ordenar sus pensamientos caóticos. No había sido fácil conseguir una entrevista con el grupo Continental. Para ella esta era una oportunidad muy importante.

Desde que se graduo de la universidad, nunca habia tenido una oportunidad como esta. El grupo Continental, es pionero en la construccion de obras civiles, lograr pertenecer a su plantilla de trabajo, significaria cambiar su estilo de vida y poder hacer lo que tanto ama. 

Desde que abandono a la familia Leblanc, Nicole ha tenido que valerse por si misma, durante todos estos años ha hecho todo tipo de trabajos, desde atender una cafeteria, hasta ser cajera de un automercado. Pero eso no quiere decir que se arrepienta, para ella poder valerse por si misma, significa apreciar lo que con tanto esfuerzo ha ganado.

Por eso, ella no puede arruinarlo…

Cuado llego a la sala de entrevistas, completo la prueba escrita a la perfección y respondió muy bien a las preguntas de los dos entrevistadores asistentes, pero cuando vio al entrevistador principal su cabeza se volvió un caos. El hombre sentado en medio de la gran sala de juntas, vestido con traje gris, totalmente guapo, ella lo conocía a la perfección. Era el hombre con el que habia tenido sexo esa noche. Sin embargo, se mostro controlado, como si quizas no la recordara.

¡¿Ella?! ¡¿La mujer del hotel?! ¿Casualidad? No, no creo en la suerte ni en la casualidades. Esta mujer debe tener otro poposito, el mismo de la mayoria de las mujeres que se acercan a mi. Dinero y posicion. Bien, le daria una leccion.

La mirada en sus ojos le confirmo que él también la recordaba, sin embargo no mostro ninguna emocion.

―Señorita Leblanc, por favor responda la pregunta. ¿A que atribuye mi exito?

Nicole estaba estupefacta, su mente estaba llena de todos los detalles de esa noche, que ni siquiera habia escuchado la pregunta. ¿Como puede ser posible? ¡¿El va ser su jefe?!

Alzo su rostro y al encontrarse con los del entrevistador principal,  estos eran majestuosos, desprendían un aura poderosa y bajo la presión de esta aura, Nicole solo balbuceo.

―Eh... bueno, creo que...

El hombre se levanto y camino lentamente hacia ella, inclino su cuerpo y la miro directamente a los ojos. Nicole estaba estupefacta, su pulso era tan acelerado que probablemente su corazon saltaria de su pecho.

―Le dare una ultima oportunidad, señorita Leblanc. ¿Que tan lejos llegaria para conseguir lo que quiere?

Gris contra azul, Nicole no pudo decir nada, solo se quedo mirandolo sin poder creer su mala suerte. Esa noche habia sido un accidente y ahora ella estaba en su empresa, postulandose para un cargo. No le sorprenderia si es rechazada.

El hombre se levanto y camino directamente a su escritorio, tomo las hojas de pepel y mirandola fijamente, rompió su curriculum en dos pedazos, para luego decir con fríaldad.

―¡Siguiente!

Nada más decir esto, vio a los entrevistadores adjuntos en estado de shock y luego tenían una cara de estar conteniendo una sonrisa.

No hacía falta decir que no había calificado.

Al salir, soltó el aire que había estado conteniendo. Resulta que el entrevistador principal de hoy era en realidad, Aiden King, el hombre con el que se había acostado esa noche.

Aiden King es un hombre notoriamente severo, ágil en los negocios y no tolera la mediocridad. Nicole fue testigo de ello, cuando rompió en dos pedazos su curriculum. Pero ahora añadiria vengativo, estaba segura de que la razon principal fue por que la reconocio.

Estaba segura.

Su mirada fría, casi despectiva, basto para apagar cualquier resentimiento. Hasta hace unos días, volvería a casa y se refugiaría en los brazos de Daniel, pero ahora había perdido tanto su relación como su trabajo.

Estaba a punto de tomar el ascensor para visitantes, cuando un grito de dolor la saco de sus pensamientos, curiosamente fue hasta las escaleras para encontrarse con una anciana de aspecto refinado, frotándose el tobillo y con cara de dolor.

―¿Estás bien abuelita? ―apresuró a acercarse a la anciana.

La mujer le dio una rápida mirada y luego dijo ―Soy demasiado vieja para subir escaleras, mira, creo que me he roto el tobillo.

Nicole se arrodilló y levantó un poco su pantalón para echar un vistazo. ―No tienes de qué preocuparte, es solo un esguince. No puedes estar subiendo escaleras a tu edad. ¿Por qué no tomaste el ascensor?

―Vi que estaba lleno y que tardaría en llegar, así que subí por las escaleras.

Afortunadamente, el edificio continental solo tiene tres pisos. Aun así, Nicole pensó que era demasiado para una mujer de su edad.

Mientras hablaban, ella le frotó suavemente el tobillo y cuando se le pasó el dolor, la sujetó por un brazo ayudándola a que se incorporara en la barandilla. Juntas subieron lo que les faltaba por subir de las escaleras.

―Vamos, te llevaré a donde vayas.

La anciana no paso por alto las características de la chica, así que decidió que le gustaba y le sonrió con agradecimiento.

―¿Qué haces aquí, trabajas en el grupo Continental?

―No, solo vine a una entrevista de trabajo.

―¿Te han aceptado? ― la anciana miro su cabello rubio y brillante y sus palabras salieron con un deje de expectación.

El cuerpo de Nicole se puso rígido, apretó los labios y trato de esconder su vergüenza, solo sacudió levemente la cabeza.

―¿Cómo te llamas entonces?

―Nicole Leblanc ― dijo en casi un susurro.

―Bueno, Nicole, tienes un buen nombre, eres guapa y tienes una linda personalidad.

Ella sonrió y susurro gracias.

Pronto llegaron al tercer piso, las entrevistas acababan de terminar y todos los aspirantes, la mayoría, se habían marchado, los entrevistadores recogían sus materiales y salían de la sala de conferencias.

―Señora, ¿Qué está haciendo aquí? ― el primero en hablar fue el asistente especial de Aiden. Robert Rodríguez, que se adelantó rápidamente y ayudo a la anciana.

Nicole sonrió a la mujer y al hombre, acomodó su vestido y al levantar la mirada se topó involuntariamente con Aiden.

La mirada aguda de sus ojos, la frialdad y el palpable disgusto, hicieron que su cuerpo se estremeciera y no pudo evitar inclinar la cabeza para escapar de él.

―Solo quería invitar a almorzar a mi nieto ― la anciana tomó del brazo a Robert y se acercó a su nieto, señalándolo y diciéndole a Nicole ―Este es mi nieto mayor, querida, ¿no te parece atractivo?

Nicole quería que se la tragara la tierra. Ya había dicho antes que era guapo, cuando le hizo la entrevista. No se puede tener tanta mala suerte.

―Abuela, ¿qué haces aquí? ― Aiden frunció el ceño, miró primero su pie que no se mantenía firme y luego ordenó a su secretario que la llevara al médico.

―Aiden, deja de ser tan grosero, acabo de presentarte a esta hermosa joven y ni siquiera dijiste un hola. Deberías pensar en casarte, ya estas tus treinta. ¿No crees que Nicole es bonita?

Le dijo la abuela con seriedad.

Sin embargo, Aiden tenía una expresión fría y después de que ella se hubiera ido, su rostro se volvió sombrío.

―Mi abuela es una persona bondadosa que no está al tanto de la codicia y maldad de la mayoría, así que por favor mantente alejado de ella.

Nicole, que ya se había dado la vuelta para marcharse, se detuvo cuando escuchó estas palabras, se volvió para enfrentarlo y lo miró fijamente.

―¿Qué quieres decir?

Sólo cuando la anciana lo presentó, supo que eran familia y fue pura casualidad que se encontraran en las escaleras. ¿Pero ahora este hombre decía que se acercó a ella deliberadamente con un motivo oculto?

Aiden, quien mantuvo una mirada impasible y, además, la observaba como si fuera una intrigante a la que no le importaba hacer lo que fuera necesario para conseguir sus objetivos. Había visto a muchas mujeres como ella.

Él se alejó de ella y pasó a su lado sin mirarla. Nicole observó su actitud arrogante, sus puños se apretaron con fuerza y se sintió humillada.

Al salir del edificio Continental, estaba de muy mal humor

………

En el hospital, Robert miraba a la mayor de los King con asombro.

―Señora, usted sabe lo estricto que es el jefe, ¿Cómo voy a investigar a esa mujer? Especialmente, cuando el propósito de la investigación es relacionarla con su nieto. Quien, además, no soporta a todas esas mujeres que se lanzan a sus brazos solo por el estatus de la familia.

―Vamos, no seas dramático. Lo que quiero decir es que deberías hacer la investigación y tenerla a mano, por si se encapricha.

―¿Cómo podría tener tiempo el jefe para mirar a una chica como ella? No cuando diariamente se codea con modelos y actrices. Por no mencionar el hecho de que no tiene ningún interés en casarse por ahora.

Pero la anciana era notoriamente difícil y no cedió a los argumentos del joven asistente, siempre conseguía lo que quería.

―Vale, la investigaré, pero no puedo garantizar que el jefe se interese.

La anciana sonrió amablemente. ―Si tienen un destino, está decidido.

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