Catherine.Por culpa de Zack me duelen los pezones y no me deja de salir el líquido blanco pálido. Dejará sin alimento a mi bebé antes de que nazca. Pero es lindo verlo así de feliz. Hasta compró un libro titulado «¿Cómo ser un buen papá?» No pude evitar burlarme de él. Ser padre no es algo que se aprende en libro, pero Zack presume de ya saber sobre los cuidados que necesita un bebé. — Catherine. Ya he revisado los nuevos productos y son estupendo— dijo Mía quien miraba su iPad. — Bien, entonces debemos exportarlos a tiempo— dije poniéndome de pie por la incomodidad de estar sentada. Mía se apresura a ayudarme a parar. — Veo que mi sobrino será muy grande. — ¿Eso crees? Bueno, aún no sabemos si es niño o niña. — Ojalá sea niña, así podría darle consejos sobre hombres cuando crezca— dijo entusiasmada. Sonreí ante la locura de su idea. — Si es niño será un problema, quizá tenga la misma actitud que Zack. El mundo no está listo para otro tener a otro Zack— sonrió divertida. D
Catherine.No sé exactamente lo que esté pasando ahora, pero supongo que esta es otro de los enredijos de Matthew. Todo el día estuve pensando en lo que me dijo que no pude concentrarme en trabajar. Tengo que ir al lugar que me indicó, Zack dijo que tiene algo preparado para mí. No acostumbro a llegar tarde, así que me apresuraré. Abro la puerta de mi automóvil y al mirar el espejo retrovisor me doy cuenta de que alguien está ahí. — ¿Qué haces aquí?— pregunto sorprendida.Enseguida aquella persona me puso un pañuelo en la boca que tenía una sustancia que me hizo perder la conciencia. Lo último que escuché fue mi auto arrancar y una sonrisa malévola. Debo ir con Zack, pero mi cuerpo no pude moverse y mis párpados me pesan. Zack.— ¿Me llamaste para ser un Striper?— preguntó William. — Si sigues bromeando de esa forma haré que te vayas— respondí.— Debes estar nervioso. No te preocupes, ella seguramente dirá que sí— dijo Mariam, quién acomodaba las cosas. Miro el anillo de dia
Matthew. Comprendo el enojo que tienen los demás hacía mi. Puedo aceptar hasta la ira del perro, pero no podría aceptar que nada les pasara. ¿Por qué no fui capaz de ponerle un alto a Camila antes? ¿Por qué seguí manteniéndola a mi lado? Cometí el mismo error con Catherine, pero a diferencia de ahora, Camila es una persona malvada y astuta. — ¿Qué fue lo que pasó? Aleksander, el hermano de Catherine, llegó a toda prisa luego del llamado de Mía para que revisaran las cámaras de seguridad. Aleksander me mira con desprecio y no puedo hacer nada contra eso. — Es tu culpa— dijo. — Tal vez— respondí sin ganas. — Le hiciste daño a Catherine con Camila y luego seguiste utilizando a ambas para alimentar tu ego. — No tengo la culpa de la locura de Camila, ella ya odiaba a Catherine desde hace tiempo. — Y tú lo sabías y aun así perseguiste a Catherine haciendo que el odio de Camila aumentara. Por fin había una expresión de Aleksander hacia mí. En estos casos hasta el hombre más serio
Catherine. ¿Qué es esta luz que empaña mis ojos? Me duele el cuerpo, siento como si estuviera vacía. — Cathy… Escucho la voz de Zack. Es como si estuviera desesperado. — Qué bueno que despiertas. Veo sus ojos azules cansados e hinchados, como si hubiese llorado toda la noche. — ¿Zack? Puedo ver ahora con claridad su rostro. Él aprieta mis manos suavemente. — Me alegro de que despiertes— dice con la voz temblorosa. — ¿Por qué lloras? - pregunto al sentir sus lágrimas humedeciendo mis manos. — Perdón Cathy, no pude hacer nada… dejé que te hicieran daño, si tan solo… — Zack, está bien. No llores. La sensación de vacío seguía molestándome, sentía como si me hiciera falta algo. De repente sentí una punzada en el estómago y me sobresalté al acordarme sobre lo sucedido. — Zack ¿Y mi bebé? Él no me dice nada y su silencio me incomoda. Miro mi vientre y mi bebé ya no está ahí ¿Qué le pasó a mi bebé? — No… no me digas qué. — Tranquila Cathy— trata de calmarme.
Matthew. ¿En qué estaba pensando cuando fui a dar la cara ante ella? Era obvio que reaccionara así, sin embargo, quería brindarle mi apoyo, quería que supiera que contara conmigo. Pero supongo que esta actitud la debí mostrar cuando ella perdió a nuestro hijo. Todo lo que haga ahora será irrelevante. No quiero verla sufrir más de lo que ya lo ha hecho. Quiero que sea feliz al lado de Zack y de sus bebés. — Sr. Matthew, usted también tiene que descansar, su herida fue profunda— habla Clara, quien está sentada en la sala de espera. Ella también ha pasado un amargo rato, afortunadamente los niños están bien. — Quería ver a Catherine— confesé— pero creo que mi presencia solo la molestó. — Es normal que reaccione así. — ¿Crees que ella pueda perdonarme algún día?Ella suspira y mira al techo — Creo que será difícil que lo haga— dijo con sinceridad. Cuando miré a Catherine inconsciente, lo primero que quise hacer es cargarla entre mis brazos, pero Zack se adelantó. Camila estu
Camila. Estando encerrada en estas cuatro paredes me doy cuenta de una cosa… Debí haber matado a Catherine cuando tuve la oportunidad. Estoy segura de que con el daño que le hice, debió perdido a su bebé. Lo que daría por ver su cara de sufrimiento y amargura. Quiero que sufra lo que yo sufrí todo este tiempo. Odio a Catherine con todo mi ser y la odiaré siempre. No me arrepiento de nada, yo tuve mis razones para hacer lo que hice. — Estás nerviosa, da las gracias de que no te llevarán a una cárcel. — ¿Crees que estar aquí me alegra? Eliot se queda quieto mirándome. — Este es el precio que debes de pagar. — No, me niego rotundamente. Él sonríe de forma maliciosa y se pone de pie. — ¿Has olvidado lo que me hiciste? Retrocedo varios pasos — Tú te lo merecías, yo solo me defendí. — Camila, aún tienes que pagar por lo que me hiciste— dice apretándome el cuello. — Suel… suéltame. Trato de quitarme su mano en el cuello. En eso entran los enfermeros y me auxilian. — Quite su
Zack. El sentimiento que pasé fue uno de los peores que he sentido durante toda mi existencia, después del suicidio de mi madre. Creí que nuevamente Dios me estaba arrebatando a algo que amaba. Catherine es la persona que me enseñó ese sentimiento que creí olvidado. También hizo que mi sentido de la vida cambiara.Nunca estuve seguro de formar una familia, pero ahora la tengo a ella y a nuestros hijos, aun así estuve a punto de perderlos. Si eso hubiese pasado, haría que Camila derramara lágrimas de sangre y que lamentara haber nacido. De hecho lo hará. Mi bella y preciosa Catherine, después de tanto llorar, se quedó dormida en mis brazos. Es una persona muy valiente. La amo y la amo más ahora, porque me dio la dicha de ser padre de dos mellizos. Juro por mi vida que haré lo posible para que estén bien. Ella empieza a abrir los ojos, sus hermosos ojos cafés me miran nuevamente y sé que es lo primero que me preguntará. — Zack ¿Y mis hijos? ¿Cómo están? - ella se exalta y trata
Zack. El médico me hizo a pasar a su consultorio. - El otro hombre ha venido hablar conmigo. - Entonces ya está enterado. - Sí... No soy una persona que se deja sobornar- respondió firme- pero, lo que le diré a la señora Catherine será verdad. Él abre un cajón y saca una carpeta.- Este son los registros de sus bebés- muestra un reporte. Tomo la carpeta entre mis manos y leo la información. Al ver que no tengo ninguna reacción me comienza a explicar. - Los mellizos están estables. Son niños muy fuertes. Me sorprendió al ver que estaban más grandes de lo normal. - ¿Entonces quiere decir que estarán bien?- En efecto... sin embargo, será solo por ahora. - Supongo que no han salido de peligro aún. - Como bien sabe, los bebés prematuros están expuestos a muchas cosas. Una mínima gripe podrá... Usted ya sabe. - Pero eso no pasará. Refuerce el cuidado, puedo pagar el personal necesario para hacerlo.- No es cuestión del personal. Cuidamos de forma minuciosa a todos los niños por