Agotar a mi esposo al punto de él ya no querer hacerme el amor, es una tarea casi difícil como lo es encontrar una cura poco invasiva para mis enfermedades. Porque cuando creo que va a decirme que me detenga, él solo me sonríe complacido mientras observa como reboto para entrar y salir de mí.
— Sin duda, está es una increíble vista. — dice Maximiliano colocando sus manos como soporte de su cabeza, mientras yo tengo una competencia sobre quien tiene primero el orgasmo y yo soy quien está por perder.Por eso, me detengo durante varios segundos que hacen que Maximiliano me observe sonriente al notar mi propósito.— Eres una chica tramposa, mentirosa y tramposa, tal parece que estás transformándote.— ¿Por qué lo dices?— Te detienes cuando estás por tener el orgasmo.— Lo hago porque me he cansado. — digo y MaximilianoNo me conozco, de eso no tengo dudas, porque normalmente no uso orejas mutiladas para liberar mi estrés, pero, aquí estaba actuando ruda cuando no pongo en práctica la violencia que mi esposo mantiene debido a su trabajo.— ¿Oreja? — pregunta el hombre confundida.— Sí, es una oreja la que tengo en mi mano. — digo describiendo lo que estoy haciendo, porque no hay algo más violento que yo haya hecho.— Disculpe, ¿usted es?— La mujer que respondió su llamada.‘No des información, él es un asesino y tú no, así que, mejor finge ser cruel, pero no des información privada.’ Me digo mentalmente.— ¿Es consciente que tomar el teléfono del jefe de la mafia puede costarle la vida?— ¿Vas a matarme?— No, eso lo hará Maximiliano, a él no le gusta que le agarren sus
Miro sonriente a mi esposo, porque solo está usando ropa interior y por su rostro, se nota que apenas se ha despertado. Así que, debo recurrir a la persuasión para no estar en problemas.— Te ves tan bien, amor. — digo guiñándole un ojo.— Estoy hablando en serio, Axael.— Yo también, cariño. — digo colocando mi mano en su pecho.— ¿Qué te sucede? Has sacado todo mi semen, ¿quieres más? — pregunta él y yo suspiro profundo.— Mi propósito es seducirte para que estes feliz, no para follar siempre.— A mí solo sedúceme para follar, esa tontería de jugar no va conmigo si no cumple ese propósito.‘Parece que está un poco molesto.’ Me digo mentalmente.Eso me preocupa mucho porque lo que he hecho es suficiente para que se enoje conmigo, pero si lo está y
Lo reconozco se siente espectacular que él me proteja tanto, que incluso lo haga de sus propios enojos. Porque aunque evidentemente merece ser regañada por lo que he hecho, lo que puede evitar lo voy a evitar.— Tranquilízate, por favor. Ya he reconocido que es mi culpa así que no me asustes.— ¿Asustarte? — preguntó confundida.— Tu corazón es débil y estás embarazada, lo menos que quiero ahora es asustarme contigo porque te sientas mal.— Me encuentro perfectamente, amanecí bien. No te preocupes. — digo separándome de él.— Sí, de eso no tengo dudas, te encontrabas perfectamente en la mañana al punto de hacer tantas travesuras. A lo que me refería era que hiciera algo que me hiciera correr contigo porque te sorprendieras tanto con lo que estaba por hacerte que tuviera que llevarte al hospital.‘Mejor
Una semana despuésNo he tenido energía para salir mucho y cuando lo hago, solo es para comprar ropa o ver una película, porque el mareo se ha intensificado como también los vómitos desde que despierto hasta que el sol se marcha.‘¿Cuándo llegará a su fin esas nauseas que no me ayudan en lo absoluto?’ me pregunto mentalmente mientras mi cuerpo se siente extraño.Alguien está acariciando mi cuerpo mientras un aliento mentolado golpea mi intimidad casi expuesta porque mi pantalón es corto y ancho.— Parece que estás dispuesta a provocarme siempre. — dice Maximiliano y yo intento abrir mis ojos, pero tengo mucha pereza.— No…— Oh, has despertado, entonces puedo tocarte sin que parezca que es un abuso, ya que, estás consciente.— ¿Anteriormente necesitaste mi aprobación?— Tu entrada estab
Cuando salgo de la tina, me aseo como corresponde y me coloco al menos un poco de maquillaje para no verme tan pálida, Maximiliano ya está en la puerta dando órdenes a la velocidad de la luz sobre comida, vinos e incluso decoraciones que hacen que los chicos suban a los autos y se marchen tan rápido como pueden.— Necesito que todo sea perfecto, que se note apenas entre que hay algo importante celebrándose. No piensen en los precios, si no, en lo más hermoso y de calidad, debo darle a mi esposa e hijo lo mejor.— ¡Como ordene, jefe! — dicen los chicos que aún no se habían marchado.— Parece que vas a hacer una fiesta a lo grande. — digo sentándome en la cama que han arreglado mientras estábamos en el baño.Maximiliano regresa hasta donde me encuentro y me besa suavemente los labios, intentando controlar la felicidad que hay en su mirada, una que disfru
Si hay algo que me ha gustado en mi esposo es sentir su lengua en mi intimidad porque es la forma que usa para despertarme, pero también disfruto que se preocupe por mí, porque eso demuestra que le importo. Sobre todo, si me trata como una niña pequeña.— No estoy tan vieja para romperme si corro. — digo y él sonríe un poco.— Querida, no lo dije por eso, es solo que no quiero que mientras corres sientas mareo y te desmayes. Eso podría causarme un infarto porque tu salud…— Lo entiendo, comprendo lo que quieres decir. Ahora, ¿ya nos vamos? — pregunto sonriente.— Espero que entiendas que no debes correr.Agarrando su brazo, intento mostrarme lo más tierna posible, pero, él me observa con seriedad esperando que yo le diga lo que tanto desea y por eso, le sonrío un poco.— Sí, padre.— Prefiero que me llames queri
Apenas llegamos a casa sé que han preparado una fiesta a lo grande, porque la música está al máximo volumen y el olor a comida es tan fuerte, que apenas abren la puerta debo sacar mi cabeza del auto para vomitar.— ¿Qué te hace sentir mal? ¿Es algo que te hará sentir bien después de vomitar o es un olor en específico?— Creo que es la comida. — respondo después de vomitar.— Le diré a los chicos que boten esa comida y…— No, yo usaré mascarilla, hay aromas que me ayudan a sentirme mejor, no arruine la fiesta por mi culpa.— La fiesta fue hecha por el bebé y por ti, los dos deben sentirse cómodos o no hay fiesta. — dice Maximiliano saliendo del auto.De inmediato, lo agarro del brazo y niego suplicando que no arruine las cosas, cuando todos merecemos un poco de relajación.— Estar&eacu
Cuatro meses después.Estoy muy preocupada. Tengo miedo de que mi esposo haya conseguido una nueva mujer y que por ello no vuelva a casa diariamente. Ese es el pensamiento que ha rondado por mi cabeza desde hace más de dos meses en los que solo viene cuando tengo citas médicas.‘Tengo comida y seguridad, pero no esposo.’ Me quejo mentalmente.Porque aunque al principio él me decía que estaba ocupado, siempre buscaba la manera de escaparse de sus responsabilidades, al punto en el que era despertada por un buen sexo oral. Pero ahora ni siquiera puedo verlo si no es por videollamada.— ¿Mi esposo vendrá esta noche? — le preguntó a Mitchell.— Nos informó que no vendría. Pero nos recordó que usted puede ir a donde desee. — responde él ignorando que no era esa la respuesta que esperaba.— Supongo que solamente lo veré a trav&ea