Apenas llegamos a casa sé que han preparado una fiesta a lo grande, porque la música está al máximo volumen y el olor a comida es tan fuerte, que apenas abren la puerta debo sacar mi cabeza del auto para vomitar.
— ¿Qué te hace sentir mal? ¿Es algo que te hará sentir bien después de vomitar o es un olor en específico?— Creo que es la comida. — respondo después de vomitar.— Le diré a los chicos que boten esa comida y…— No, yo usaré mascarilla, hay aromas que me ayudan a sentirme mejor, no arruine la fiesta por mi culpa.— La fiesta fue hecha por el bebé y por ti, los dos deben sentirse cómodos o no hay fiesta. — dice Maximiliano saliendo del auto.De inmediato, lo agarro del brazo y niego suplicando que no arruine las cosas, cuando todos merecemos un poco de relajación.— Estar&eacuCuatro meses después.Estoy muy preocupada. Tengo miedo de que mi esposo haya conseguido una nueva mujer y que por ello no vuelva a casa diariamente. Ese es el pensamiento que ha rondado por mi cabeza desde hace más de dos meses en los que solo viene cuando tengo citas médicas.‘Tengo comida y seguridad, pero no esposo.’ Me quejo mentalmente.Porque aunque al principio él me decía que estaba ocupado, siempre buscaba la manera de escaparse de sus responsabilidades, al punto en el que era despertada por un buen sexo oral. Pero ahora ni siquiera puedo verlo si no es por videollamada.— ¿Mi esposo vendrá esta noche? — le preguntó a Mitchell.— Nos informó que no vendría. Pero nos recordó que usted puede ir a donde desee. — responde él ignorando que no era esa la respuesta que esperaba.— Supongo que solamente lo veré a trav&ea
Trago duro, cualquier mujer va a malinterpretar que su esposo se ausente tanto por mucho que él le dé todos los gustos económicos que desee. Porque sí, nada me ha faltado, pero, incluso paseando tanto, soy codiciosa sintiendo que me falta lo más importante; él.‘Faltó a la promesa que me hizo hace cuatro meses en el avión. Parece que no soy solo yo la que habita en su corazón y que ya me está buscando reemplazo.’ Me digo mentalmente— Jefa…— Digan más, estamos interrumpiendo. — susurro, pero en ese momento Maximiliano gira hacia donde me encuentro y la mujer se lanza hacia él para besarlo.— Cariño… no es lo que piensas.— ¿No lo es? — pregunto curiosa.Quería irme para darle el espacio que parece desear, pero, él se atreve a mentirme en mi cara, ¿acaso cree que no puedo not
El sonido característico de la máquina que registra mis latidos, es lo que me hace despertar, notando que estoy sola en el lugar. Sonrío carente de gracia e intento levantarme, pero, las ganas de vomitar se intensifican. Por eso, vomito en el recipiente cerca de mí, alertando a los chicos quienes de inmediato entran preocupados por mí, mientras mi bebé se mueve en mi vientre. — Jefa, finalmente ha despertado. — Mi bebé… — Está estable. No se preocupe. — Oh, que desastre, ¿Qué me sucedió? — pregunto aturdida mientras intento levantarme. — Deje que la ayudemos. — dice Mitchell con varios golpes en su rostro. Permito que me ayuden, limpio mi boca y observo mi terrible aspecto que solo confirma el hecho de que soy una esposa fea que según Maximiliano, merece ser humillada, porque eso es lo que hizo. Regreso a la habitación donde los chicos están llamando a alguien que seguramente es Maximiliano. Por lo que, miro a Jason negando. — Cuelga la l
Me quedo dormida, así que, descanso de mi cuerpo dañado, porque mi mente al menos se mantiene cuerda y es allí donde lloro como una tonta porque mi vida mejor que un cuento de hadas se ha ido por el precipicio.Pero, no puedo quedarme eternamente en mi lugar seguro y por eso, me despierto con las patadas de un pequeño que no parece feliz por la forma en que estoy asimilando la traición de su padre.— ¿Dónde estoy? — pregunto preocupada al ver todo oscuro.Como puedo, toco el botón para llamar a la enfermera y para mi fortuna, cuando abren la puerta, la luz no me causa el malestar que anteriormente si me dañaba.— Señora Barack…— ¿Qué me ha sucedido?— Estaba dormida, la medicina que le suministramos causa somnolencia. ¿Cómo se siente con la migraña? — dice la enfermera.— Creo que puedo tolerar l
En conclusión, las cosas están peor de lo que se esperaba, por eso, los tratamiento que han estado hablando en cada cita médica anterior, será desechada.— ¿Cómo es posible esto? Hace menos de un mes que revisaron mi condición, ¿Qué pasó?— Le cambiamos la medicación intentando ayudarla con sus tres condiciones médicas, pero, no dieron los resultados que esperábamos.— Un momento, ustedes me dijeron delante de mi esposo que mi condición no era tan terrible, yo los escuché.Todos se miran entre sí y yo cierro mis ojos porque nuevamente tengo problemas visuales que me impiden siquiera estar bien aunque cierre mis ojos. Los doctores comienzan a revisarme y solo cuando me estabilizan es que continuamos nuestra conversación.— Maximiliano se los pidió, me mintieron porque mi esposo creyó que lo mejor era mant
Lo siento, dos palabras que significan mucho y a la vez nada si no lo dice uno sinceramente, muchas personas acuden a la policía en busca de una reparación que en ocasiones se logra más con una disculpa sincera y la garantía de no repetición. Pero, en mi caso, este lo siento no lo veo como algo que está diciendo él de forma sincera, Maximiliano me engañó, traicionó mi confianza de más de una manera y yo no pienso fingir que todo está bien cuando el sufrimiento que tengo es grande. — Lo siento, esposa. He fallado en mi papel como tu esposo. — ¿Podrías ser más específico? — Puedo serlo dependiendo de que tanto sabes. ‘Esas son las mentiras que hacen que esas dos palabras valiosas sean poco creíbles y pierdan su poder.’ Me digo mentalmente. — Mal forma de pedir disculpas, Barack. Pero, valoraré tu intento, adiós. — Entiende que estoy protegiéndote. — Sigue haciéndolo, Barack. Hazlo desapareciendo de mi vida. — Comprendo que estás molesta por
No quiero ser pesimista cuando lo que más deseo es recibir buenas noticias, pero el hecho de que le pregunte a mi esposo si puede o no ser sincera me dice que las cosas no están bien, que malas noticias sobre mi bebé es lo que van a darme.— No creo que sea buena idea con la reanimación que le hicieron recientemente. — dice Maximiliano.— Si no me dices que es lo que pasa, mi mente pensará tan negativamente que no habrá manera a que sobreviva a ello, así que, sé sincero, yo soy la que está con un bebé en mi interior, yo soy quien merece sinceridad. — digo enojada.Maximiliano acaricia mi brazo para calmarme, pero yo no necesito sus cuidados molestos, lo que necesito es la verdad a todo lo que sucede.— No me toques, solo dame lo que quiero y tanto necesito. — digo con molestia.— Sí. Lo que digas. No te ocultaré algo más, pero
Algo parece impactar en mi esposo, pero no es lo suficientemente grande para retractarse, así que, con determinación se acerca más a mí mientras yo niego y coloco mi mano en señal de alto.— Hasta ese punto puedes acercarte a nosotras.— Estás baja de peso, le han colocado suplementos a tus jugos para que subieras de peso y no ha sido posible, te han dado comida para que la bebé y tú mejoren, pero, algo en tu cuerpo parece negarse a ayudar.— Puedo…— No, Axael, no hay una sola cosa que se pueda realizar y yo no lo haya hecho.— Lo comprendo, te has dado por vencido, lo acepto. No es la primera cosa entre nosotros a la que renuncias, pero eso no quiere decir que yo también haré lo mismo. Yo lucharé por mi bebé sola, así que, vete.No quiero que se marche, porque ahora que me ha confesado que se ha esforzado en ayudarme sin que