Lo reconozco se siente espectacular que él me proteja tanto, que incluso lo haga de sus propios enojos. Porque aunque evidentemente merece ser regañada por lo que he hecho, lo que puede evitar lo voy a evitar.
— Tranquilízate, por favor. Ya he reconocido que es mi culpa así que no me asustes.— ¿Asustarte? — preguntó confundida.— Tu corazón es débil y estás embarazada, lo menos que quiero ahora es asustarme contigo porque te sientas mal.— Me encuentro perfectamente, amanecí bien. No te preocupes. — digo separándome de él.— Sí, de eso no tengo dudas, te encontrabas perfectamente en la mañana al punto de hacer tantas travesuras. A lo que me refería era que hiciera algo que me hiciera correr contigo porque te sorprendieras tanto con lo que estaba por hacerte que tuviera que llevarte al hospital.‘MejorUna semana despuésNo he tenido energía para salir mucho y cuando lo hago, solo es para comprar ropa o ver una película, porque el mareo se ha intensificado como también los vómitos desde que despierto hasta que el sol se marcha.‘¿Cuándo llegará a su fin esas nauseas que no me ayudan en lo absoluto?’ me pregunto mentalmente mientras mi cuerpo se siente extraño.Alguien está acariciando mi cuerpo mientras un aliento mentolado golpea mi intimidad casi expuesta porque mi pantalón es corto y ancho.— Parece que estás dispuesta a provocarme siempre. — dice Maximiliano y yo intento abrir mis ojos, pero tengo mucha pereza.— No…— Oh, has despertado, entonces puedo tocarte sin que parezca que es un abuso, ya que, estás consciente.— ¿Anteriormente necesitaste mi aprobación?— Tu entrada estab
Cuando salgo de la tina, me aseo como corresponde y me coloco al menos un poco de maquillaje para no verme tan pálida, Maximiliano ya está en la puerta dando órdenes a la velocidad de la luz sobre comida, vinos e incluso decoraciones que hacen que los chicos suban a los autos y se marchen tan rápido como pueden.— Necesito que todo sea perfecto, que se note apenas entre que hay algo importante celebrándose. No piensen en los precios, si no, en lo más hermoso y de calidad, debo darle a mi esposa e hijo lo mejor.— ¡Como ordene, jefe! — dicen los chicos que aún no se habían marchado.— Parece que vas a hacer una fiesta a lo grande. — digo sentándome en la cama que han arreglado mientras estábamos en el baño.Maximiliano regresa hasta donde me encuentro y me besa suavemente los labios, intentando controlar la felicidad que hay en su mirada, una que disfru
Si hay algo que me ha gustado en mi esposo es sentir su lengua en mi intimidad porque es la forma que usa para despertarme, pero también disfruto que se preocupe por mí, porque eso demuestra que le importo. Sobre todo, si me trata como una niña pequeña.— No estoy tan vieja para romperme si corro. — digo y él sonríe un poco.— Querida, no lo dije por eso, es solo que no quiero que mientras corres sientas mareo y te desmayes. Eso podría causarme un infarto porque tu salud…— Lo entiendo, comprendo lo que quieres decir. Ahora, ¿ya nos vamos? — pregunto sonriente.— Espero que entiendas que no debes correr.Agarrando su brazo, intento mostrarme lo más tierna posible, pero, él me observa con seriedad esperando que yo le diga lo que tanto desea y por eso, le sonrío un poco.— Sí, padre.— Prefiero que me llames queri
Apenas llegamos a casa sé que han preparado una fiesta a lo grande, porque la música está al máximo volumen y el olor a comida es tan fuerte, que apenas abren la puerta debo sacar mi cabeza del auto para vomitar.— ¿Qué te hace sentir mal? ¿Es algo que te hará sentir bien después de vomitar o es un olor en específico?— Creo que es la comida. — respondo después de vomitar.— Le diré a los chicos que boten esa comida y…— No, yo usaré mascarilla, hay aromas que me ayudan a sentirme mejor, no arruine la fiesta por mi culpa.— La fiesta fue hecha por el bebé y por ti, los dos deben sentirse cómodos o no hay fiesta. — dice Maximiliano saliendo del auto.De inmediato, lo agarro del brazo y niego suplicando que no arruine las cosas, cuando todos merecemos un poco de relajación.— Estar&eacu
Cuatro meses después.Estoy muy preocupada. Tengo miedo de que mi esposo haya conseguido una nueva mujer y que por ello no vuelva a casa diariamente. Ese es el pensamiento que ha rondado por mi cabeza desde hace más de dos meses en los que solo viene cuando tengo citas médicas.‘Tengo comida y seguridad, pero no esposo.’ Me quejo mentalmente.Porque aunque al principio él me decía que estaba ocupado, siempre buscaba la manera de escaparse de sus responsabilidades, al punto en el que era despertada por un buen sexo oral. Pero ahora ni siquiera puedo verlo si no es por videollamada.— ¿Mi esposo vendrá esta noche? — le preguntó a Mitchell.— Nos informó que no vendría. Pero nos recordó que usted puede ir a donde desee. — responde él ignorando que no era esa la respuesta que esperaba.— Supongo que solamente lo veré a trav&ea
Trago duro, cualquier mujer va a malinterpretar que su esposo se ausente tanto por mucho que él le dé todos los gustos económicos que desee. Porque sí, nada me ha faltado, pero, incluso paseando tanto, soy codiciosa sintiendo que me falta lo más importante; él.‘Faltó a la promesa que me hizo hace cuatro meses en el avión. Parece que no soy solo yo la que habita en su corazón y que ya me está buscando reemplazo.’ Me digo mentalmente— Jefa…— Digan más, estamos interrumpiendo. — susurro, pero en ese momento Maximiliano gira hacia donde me encuentro y la mujer se lanza hacia él para besarlo.— Cariño… no es lo que piensas.— ¿No lo es? — pregunto curiosa.Quería irme para darle el espacio que parece desear, pero, él se atreve a mentirme en mi cara, ¿acaso cree que no puedo not
El sonido característico de la máquina que registra mis latidos, es lo que me hace despertar, notando que estoy sola en el lugar. Sonrío carente de gracia e intento levantarme, pero, las ganas de vomitar se intensifican. Por eso, vomito en el recipiente cerca de mí, alertando a los chicos quienes de inmediato entran preocupados por mí, mientras mi bebé se mueve en mi vientre. — Jefa, finalmente ha despertado. — Mi bebé… — Está estable. No se preocupe. — Oh, que desastre, ¿Qué me sucedió? — pregunto aturdida mientras intento levantarme. — Deje que la ayudemos. — dice Mitchell con varios golpes en su rostro. Permito que me ayuden, limpio mi boca y observo mi terrible aspecto que solo confirma el hecho de que soy una esposa fea que según Maximiliano, merece ser humillada, porque eso es lo que hizo. Regreso a la habitación donde los chicos están llamando a alguien que seguramente es Maximiliano. Por lo que, miro a Jason negando. — Cuelga la l
Me quedo dormida, así que, descanso de mi cuerpo dañado, porque mi mente al menos se mantiene cuerda y es allí donde lloro como una tonta porque mi vida mejor que un cuento de hadas se ha ido por el precipicio.Pero, no puedo quedarme eternamente en mi lugar seguro y por eso, me despierto con las patadas de un pequeño que no parece feliz por la forma en que estoy asimilando la traición de su padre.— ¿Dónde estoy? — pregunto preocupada al ver todo oscuro.Como puedo, toco el botón para llamar a la enfermera y para mi fortuna, cuando abren la puerta, la luz no me causa el malestar que anteriormente si me dañaba.— Señora Barack…— ¿Qué me ha sucedido?— Estaba dormida, la medicina que le suministramos causa somnolencia. ¿Cómo se siente con la migraña? — dice la enfermera.— Creo que puedo tolerar l