Es duro lo que estamos viviendo y lo que más me molesta es que esto apenas el comienzo. Yo no puedo evitarle este dolor si no es marchándome y siendo honesta, si no pude irme cuando su padre me lo pidió, tampoco podré hacerlo ahora que estoy esperando a su hijo.
Por eso, lo único que me queda por hacer, es intentar comprenderlo y lidiar con él cada golpe de salud que recibo implorando que eso no le deje marcas grandes en su mente y corazón.— No rechaces a nuestro hijo, por favor. Desear su muerte es como desear la mía.— Por favor, no me digas eso.— Tú y yo… nos amamos, Maxi. Sin saber cuándo o como, logramos tener un sentimiento tan grande como es el amor y quiero que este bebé sienta ese amor ahora y no cuando este adulto y roto por los golpes que la vida nos da.Maximiliano suspira profundo, pero, no me da la respuesta que deseo escuchar, por eso, me apDebo reconocer que no me esperaba este tipo de conexión con algún doctor de aquí, pero, de cierto modo me alegra que ella no haya sido una de las mujeres asesinadas por Maximiliano cuando no le daban esperanzas de vida para mí.‘Si hubiese sido una de ellas estaríamos en terribles problemas.’ Me digo mentalmente.— ¡¿Cómo sabes que…?!— Deja a mi paciente fuera de esto. — dice Rachel.— No digas tonterías, Rachel, Maximiliano es hombre, no puede ser tu paciente. — dice el hombre y yo temo por la vida de mi bebé.De inmediato, aprieto el brazo de Maximiliano porque lo que menos deseo es que sus enemigos tengan conocimiento de mi embarazo, no quiero que por medio de mi bebé le hagan daño a Maximiliano y a mí.— Es uno de los pacientes del hospital, así que, claramente es paciente mío.— N
Maximiliano, parece notar mi miedo, porque toma mi mano y me sonríe genuinamente aunque en su mirada puedo ver que tiene tanto temor como yo por lo que vamos a ver ahora.— Parece que están asustados, es normal, es el primer bebé de ambos. — dice la doctora acercando un aparato largo a mi vientre.— Eso no le hace daño al cuerpo de mi esposa, ¿verdad?— No, no le hará daño, tranquilo. — dice la doctora sonriente.Apenas ha colocado ese aparato en mi vientre que esparce el gel, cuando el pequeño se muestra causando que mi corazón lata con mucha fuerza.— Tranquila, futura madre, debes calmar tu corazón o podríamos tener una emergencia. — dice la doctora.Aturdida, miro la máquina que me sigue cuando me muevo sin que haya un cable unido a esta. Es entonces cuando me doy cuenta que mis latidos están demasiado elevados.&
Las detonaciones continúan y por eso, Maximiliano se aleja de mí y quita los aparatos que con cables o de forma remota registran mis latidos del corazón, para después cargarme en sus brazos.— ¡¿Qué estás haciendo?!— No puedo quedarme aquí contigo, este lugar ya no es seguro, así que, lo mejor es que nos marchemos. — dice Maximiliano de inmediato.— Espera un momento, no sabemos si nos van a atacar.— Usaremos las escaleras, ya mi padre debe saber lo que sucede y seguramente ha enviado ayuda para nosotros. — dice Maximiliano entrando a las escaleras.Confundida, porque sube y no baja que es donde deberían estar los autos, miro hacia él quien está concentrado en su camino.— Me llamas pajarita, pero no sé cómo volar. — le recuerdo.— Tranquila, mi padre debe tener un plan, él es experto
Creí que iríamos a casa, pero, el trayecto parece ser muy largo y por eso, sospecho que en realidad, nuestro tiempo en esta hermosa parte de Suiza, ha quedado en el baúl de los recuerdos.— Estamos llegando. — dice el piloto y Maximiliano se quita el cinturón de seguridad para ir hasta donde está el piloto.— Te ayudaré a aterrizar. — dice él y yo me sorprendo porque pueda ayudar con ello.— ¿Cómo te sientes?— Después de estos minutos tensionante entre ustedes, creo que puedo respirar mejor. — respondo.Después de aterrizar, Maximiliano se marcha de inmediato y yo me quedo sola en la sala, sin saber cómo asimilar las cosas que han pasado últimamente.— Deja de pensar tanto, podrías enfermarte.— En pocas horas mataron a Samantha, supe de mi embarazo y han intentado asesinarnos.— Un d&ia
Me quedo sin palabras, porque los tres lloramos sin saber cómo consolarnos, estamos en un momento tan sensible que no parecen los jefes de la mafia, unos que han dejado su parte temible para mostrar su vulnerabilidad sin temor a ser dañados.— Lo siento, todo es mi culpa. — digo con dolor.— No, con todo lo que ha pasado me alegra que estes con mi hijo, que haya sanado, que le permitas tener a alguien que lo amará y confiará en él, pero… el precio, tu muerte… no le ayudará en lo absoluto.— Padre, por favor. — dice Maximiliano.Su padre se gira observando a su hijo completamente expuesto, sufriendo por las palabras que ha escuchado de un padre que después de saber que estaba mal, solo lo desprecio. Este si es el pensamiento real de su padre, uno que creo que ha arreglado heridas que por parecer fuerte, le causo a su propio hijo.‘Puedes sanar sin mí, car
Maximiliano no tarda en tocar la puerta como un animal, pero, yo no pienso abrirle, por eso, miro a mi alrededor en busca de una salida, pero, cuando corro hacia la ventana, mi esposo convertido en un toro salvaje me observa con enojo.— ¡Ven aquí, Axael Barack! — grita él y yo de inmediato me salgo por la ventana y corro hacia la salida.— ¡¿Para qué?! ¡¿Vas a decirme que debo renunciar a nuestro hijo, mal padre?! — grito corriendo.— Deja de correr, puedes caerte y golpearte, recuerda tu corazón.— No finjas que te preocupas por mí, porque si fuera así, no me harías correr, tonto.Mi corazón está muy acelerado ni siquiera soy capaz de calmarlo con mis pensamientos, porque ahora todo mi cuerpo y mente está concentrada en escapar. Pero, como lo esperaba, Maximiliano me alcanza y yo forcejeo con él.— &iex
No puedo quejarme de lo que dice, es verdad, su forma de actuar respecto a la noticia, es verdad. Pero, no puedo evitarle ese dolor, no estaré pronto en su vida y por ello, debe fortalecerse.— ¿Te hizo feliz saber que estoy embarazada?— Saber que la mujer que amo ha concebido a mi hijo, es de las mejores sensaciones que he experimentado en mi vida, pero, Axael, tengo miedo, por eso, prefiero renunciar al bebé ahora porque después dolerá más.— Max…— Es entendible que me odies, pero, puedo vivir con tu dolor y no con el hecho de por ser avaro, pierda a nuestro hijo y te pierda a ti antes de lo planeado. Pajarita, hablo más de ti que de mi vida en terapia, porque sin notarlo me llenas incluso en partes que no sabía que estaban vacías. Por eso, no puedo aceptar perderte antes.Mi corazón se acelera y yo intento calmar todas las emociones que siento porque no
Unos tontos, eso somos. Complicamos tanto todo por no ser sinceros y eso nos hizo sufrir más que la decisión misma que pudimos tomar si no hubiésemos dado tantas vueltas. Pero, afortunadamente, después de tanta presión y acciones confusas, las cosas se aclaran.— El bebé debe estar lamentándose por tener unos padres tan tontos.— Yo soy el tonto, tú no, pajarita.— Los dos lo somos, tú por dar tantas vueltas con tu padre por no querer ser sincero y yo por creer tu mentira. Los dos somos unos tontos. — susurro y Maximiliano baja un poco su cuerpo para besar mi abdomen tensionando tanto mi cuerpo.— Lo siento, hijo, yo no te odio. Solo soy un padre incapaz de protegerte y que teme tanto por renunciar a ti, que solo puedo elegir cobardemente.— Vamos a tener a nuestro bebé, Maxi. No decidas tontamente, porque no aceptaré interrumpir mi embarazo.