Narrador:
Dentro de aquel cuarto de hotel Andrew descargó parte de su deseo usando a la rubia a su antojo olvidándose por completo de brindarle placer a ella, pues lo que menos desea es que esa rubia se enamore más de lo que ya está. Azucena se quedó con el anhelo de sentir los labios de Andrew besar los suyo tal y como alguna vez lo imaginó y como si fuera poco la acomodó en una posición que le costaba ver su rostro, pero igual lo disfrutó, aunque le pareciera poco romántico y muy tosco, eso la hizo querer investigar si su falta de delicadeza solo era con ella o con todas las mujeres que han tenido el honor de follar con él.
¡Lo que más tengo es tiempo para saber! Pe
A la mañana siguiente Nathalie sentía que la cabeza estaba a punto de explotarle, pero aun así se paró de aquel sofá ¡la borrachera de la noche anterior le había pegado duro! Y más al tener el estómago totalmente vacío sin contar con la droga que todavía circulaba por su sistema haciendo estragos en su cuerpo, pues no tenía tiempo para lamentaciones solo le quedo tomarse un calmante con el agua del grifo. En su nuevo departamento no tiene más que unos muebles que aún conservan los plásticos y unoque otroscuadros.Tomó una ducha y miró la única ropa que tenía disponible, pues volver a ponerse lo mismo le causaba picazón, el sudor de dos días era demasiado para ella. ꟷ oh dios quéharé ꟷ clamósin tener salida alguna. Su móvil está totalmente descargado; demasiado había ag
Mateo agarró la mano de Nathalie con tanta fuerza, estaba asustado, tenía los ojitos aguados, y se encontraba así porque pensó que Andrew la estaba lastimando.—no me dejarás igual y como lo ha hecho ella — le preguntó Mateo con tristeza y eso a Nathalie la hizo sentir mal tanto que se puso a su altura y le dijo — no lo haré siempre que pueda iré a visitarte— escuchar esa respuesta a Mateo no le agradó, frunció el ceño y se apartó bruscamente de su lado mostrando su disgusto.—no me quieres justo como lo hizo ella —le gritó furioso.—Claro que te quiero mucho tanto que mi amor por ti llega al cielo —intentó ella convencerlo, pero Mateo seguía enfadado, actitud que a Andrew le agradó mucho, ya que su hijo le estaba ahorrando la molestia de tener que convencer a Nathalie para que vuelva a la casa.&m
—papá, me puedes prometer que cuando Nathalie venga a vivir con nosotros la trataremos bien— le preguntó Mateo a su padre mientras él lo arropaba para dormir.Respiró profundo para controlar la molestia que siente al saber que su hijo desea proteger a Nathalie, una desconocida que apenas lleva días de haberla visto y peor aún que le haya tomado tanto cariño como para pedirle que sea su madre.—Está bien, pero debes comprender que ella no es tu madre—le aclaró él tratando de que su hijo al igual que él sepa que Nathalie no será más que alguien pasajero en sus vidas.Mateo cerró los ojos ignorando las palabras de su padre— buenas noches, papá — le dijo sin abrir los ojos —ya te puedes ir estoy dormido —volvió a decirle y Andrew sonrió dándose cuenta de que su pequeño e
Nathalie estaba entrando en un ataque de pánico por la cercanía de Andrew, empezó a faltarle el aire o era producto de su imaginación, ese hombre siempre causaba unos efectos raros en ella.—volverás o no a la casa —le preguntó acariciando los labios de ella con los suyos a propósito, deleitándose con la manera en la que a Nathalie le cuesta respirar.¡Ya te tengo fiera salvaje! Pensó orgulloso de sí mismo por haber doblegado a Nathalie, pero eso era lo que él pensaba, también creyó que fue bueno poner distancia, ya que Nathalie vino a él por sí sola y de qué manera diciendo a boca llena que es su esposa, aunque le molesta hoy lo dejará pasar por alto.—y co
Esa mañana Mateo fue a despertar a su padre, se asombró tanto que abrió su boca en forma de O luego empezó a reírse y para no hacer ningún sonido con una mano cubrió sus labios, cuando vio a Nathalie con la cabeza sobre el pecho de Andrew. Se acercó silenciosamente y trató de acostarse junto a ellos, pero Nathalie despertó tras sentirlo a su lado y se puso nerviosa antes de alejarse de Andrew.—hola, pequeño travieso —con un tono de voz muy bajo saludó al niño con mucho cariño. Y es que si había algo bueno de estar en esa casa es únicamente Mateo.—cumpliste — le expresó él y el brillo en sus ojos es único y adorable.An
Al entrar en la habitación notó que Andrew no se encontraba dentro. Eso le alegró, está cansada y triste; lo que menos quiere es tener que lidiar con él y sus arranques de celos sin sentidos o de seducción. Con cualquiera de las dos Andrew de todas las maneras posibles es malo para ella.Con libertad entró a darse una ducha tras terminar se puso un pijama que cubre más su cuerpo que aquel que se puso la noche anterior y aunque sabe que lo hizo sufrir, hoy no tiene el ánimo para joderle la vida a su querido esposo.Antes de dormirse, agarró su móvil y lo bloqueó poniéndole una contraseña más segura para que Andrew no pueda tener acceso a sus mensajes.Media hora después Andrew
Nathalie llegó por su lado a la casa tratando de ignorar a Andrew que luchó con ella para que fueran juntos.Bastante cansada y con mucho sueño tomó una ducha rápida aprovechando que Andrew no había llegado y se metió a la cama acomodándose en la orilla.Minutos después él también hizo lo mismo, ya que se encontraba un poco más sobrio.Varias horas más tarde él fue el primero en despertar recordando todo lo que dijo e hizo estando bajo los efectos del alcohol.—demonios que estupideces he dicho— comentó mientras se mira en el espejo del baño y aunque ahora siente que todo lo que dijo fue producto de su ebriedad, igual lo sintió tan cierto en el momento que lo confesó.—vamos céntrate Andrew, solo obtendr&aacu
Nathalie miró al techo, movió los hombros en círculos para aliviar la tensión que se va acumulando. No le sirve de nada; está demasiado nerviosa. Se levantó, fue hasta el espejo, se miró. La procesión la lleva por dentro aunque por fuera parezca descansada y está radiante; su maquillaje es ligero y natural.—Andrea sus estilistas han hecho un trabajo increíble— le dijo emocionada observando que su pelo nunca había estado tan brillante, y los rizos largos marcados flotan libremente, apenas sujetos a un lado de la cabeza por una peineta de oro puro que Andrea ordenó ponerle y que para Nathalie es un adorno simple. Ya que a Andrew siempre le ha encantado que las mujeres lleven el pelo suelto.También le encanta que vistan de encaje. Conociendo todos los gustos de su hijo eso es un punto a su favor.