Al parecer todo podía salir mal.Las dos rayitas en las tres pruebas eran una muerte anunciada, sí que quería tener hijos pero estaba convencida de que aún no estaba preparada para hacerlo en este momento.Tomé mi cabello entre mis manos intentando pensar qué haría.- Grace, ¿estás bien? -dijo mientras tocaba la puerta-.Definitivamente no quería salir. Tal vez, si me quedaba dentro del baño, podría fingir que esto sólo era un sueño. Si salía, sabía que tendría que enfrentarme a la realidad, la cual no era muy atractiva para mí en este momento.¿Cómo podría tener un bebé con alguien que no me ama?Estaba aterrada. ¿Qué tal si pensaba que yo había planeado esto para enredarlo a mi? Claro, era demasiado conveniente que yo estuviera embarazada antes de que podamos romper el compromiso.- ¿Grace?Sollocé.- JaneLa puerta se abrió mostrándome a dos preocupados Jane y Logan.- ¿Qué sucedió? -preguntó Logan-.Se agachó junto a mí y tomó la prueba que estaba en mis manos mirándome aterrado a
No sabía por qué Liam estaba aquí, ni cómo había dado conmigo, pero por alguna extraña razón, o tal vez no tan extraña, su presencia me daba muy mala espina.- ¿Qué haces aquí? -pregunté-.- ¿Qué haces tú, aquí? No me digas que el pequeño Clarke se reproduce —sonrió de lado—.Jane se tensó a mi lado, y la tomé de la mano para calmarla.— Eso no te incumbe, ¿qué quieres?— Hablar contigo, es importante.— No creo que deba discutir sobre ningún tema contigo.— Yo creo que sí, es sobre tu querido falso esposo, tal vez no es tan bueno como crees.— Grace, no tienes que hacerlo, no es necesario —dijo Jane al ver mi duda—.— Lo que sea que debas decirme, hazlo ahora, confío en Jane.— Pero yo no, necesito que me acompañes a un lugar, tienes que verlo por ti misma.— GraceTragué saliva, la curiosidad me carcomía, supongo que para que me haya buscado, tenía que ser algo realmente importante. Sin embargo, una parte de mí, la desconfiada, gritaba que no debía acompañarlo, que lo que sea que ti
El pitido incesante hacía que la cabeza me doliera. Me quejé mientras abría mis ojos y trataba de acostumbrarme a la oscuridad en la que me encontraba. Toqué mi cabeza encontrándome con una venda, así mismo pude notar que tenía la pierna derecha enyesada.De pronto alguien salió corriendo en la oscuridad, dejando que un poco de luz entre al lugar cuando salió. Más personas empezaron a llegar, todas vestidas de blanco. La luz de la habitación se encendió.— Señorita Davis, ¿se encuentra bien?Además de que me duele la cabeza como si me estuvieran abriendo internamente. Sí, estaba bien.— ¿Dónde estoy? —pregunté—.Nunca había entendido por qué cuando alguien estaba en un hospital hacía la misma pregunta, pero ahora sé que no se te ocurre nada más en ese momento y cuesta analizar la situación después de haber pasado por lo que sea que había pasado.Mi mente aún no se esclarecía del todo.— En una clínica, tuvo un accidente de tránsito.Ah, cierto. Liam.Todo empezó a correr en mi memoria
Después de 15 días, la situación había mejorado mucho. Ya podía estar en casa nuevamente aunque seguía con mi pierna enyesada, mis padres me habían llevado con ellos aunque Clarke no estaba muy feliz con la idea.Debido al trabajo, y los proyectos que aún tenía que supervisar, no podía estar al cien por ciento conmigo, pero cada que tenía un tiempo libre, pasaba a visitarme. Todo era como un sueño. Excepto porque tenía que ponerme al día con todas las clases que había perdido en la universidad debido al accidente.Así que sí, estaba sentada haciendo algunas tareas pendientes en mi cama.La puerta de mi habitación se abrió.- Hola, amor, ¿me extrañaste?Mordí mi labio y asentí mientras quitaba la laptop de encima mío. Clarke aún estaba con un traje negro pero se veía malditamente comestible. Se puso sobre mí y me besó con ganas.- Mhh -gemí-. Alguien tiene muchas ganas.- Sí, muchas ganas de matar a este imbécil si no se quita de encima tuyo en este momento.Rodé los ojos, mi hermano s
Las parpadeantes luces de colores brillantes y el volumen alto de la música que retumbaba en las paredes de aquel club incitaban a todos los que adentro se encontraban a mover sus cuerpos, frotándose, saltando y cantando. Unos más ebrios que otros danzaban sobre la barra, quitándose la ropa, otros estaban en una esquina teniendo relaciones sexuales con ropa como si no hubiese hoteles en esta ciudad. El olor del cigarrillo y otras drogas que no reconocía impregnaba todo el lugar.Sí, la hermosa y perversa ciudad de Las Vegas.— Vamos Grace, que hoy es nuestro día.Seguí a Jane -mi mejor amiga- que se abría camino entre los cuerpos sudorosos, algunos aprovechándose y tocando más de la cuenta pues girarme a encararlos era prácticamente imposible cuando no sabía quién pudo haber sido. Cuando por fin pude llegar a la barra, Jane ya tenía en su poder dos vasos de no sé qué sustancia.— Brindemos cariño porque por fin nos graduamos y además porque —alzó su vaso— lo que pasa en las Vegas— Se
Un mes después, todo había regresado a la normalidad en lo que cabía, obviamente. Jane y yo nos mudamos a Westwood para estudiar arquitectura en la Universidad de California, y alquilamos un departamento pequeño pero no muy lejos de la universidad.Tratábamos de conseguir trabajos de medio tiempo pero ningún lugar nos aceptaba, sin embargo las cosas iban relativamente bien, no había vuelto a saber sobre el "imbécil rompe himen" cómo decidí llamarlo y esperaba que así fuera por un muy largo rato."Booty" empezó a sonar trayéndome a la realidad nuevamente, reconociendo ante mis ojos el campus de la universidad.Jane miró mi celular curiosa.— ¿Hola? —contesté—.— Buenas tardes ¿Hablo con la señorita Grace Davis?— Sí, soy yo— Reciba un saludo cordial del departamento de inmigración de los Estados Unidos de Norteamérica, el motivo de nuestra llamada es para informarle que necesitamos que se haga presente en las oficinas de Los Ángeles el día viernes a las tres de la tarde.— ¿Qué? Pero,
— A ver si entendí Tú Eres un inmigrante ilegal— ¡No!— ¿Entonces?Recosté mi cabeza sobre la fría mesa tratando de ubicarme en tiempo y espacio.Luego de verlo había colapsado, sin duda la situación era un poco exagerada pero gracias al cielo el señor Schmidt pudo sostenerme a tiempo, en sus brazos pude abrir mis ojos pero aún la debilidad amenazaba con llevarme, así que decidieron que sería mejor que el imbécil guapo me llevara a la cafetería para que pudiera ingerir algo dulce y me recupere.— Escucha, tienes que ayudarme.— ¿Y yo por qué? —dije acomodándome en mi lugar y fijando mis ojos en los suyos—.Su mirada bajó a mi pecho y se relamió los labios.— Porque eres mi esposa.— No soy tu esposa —fruncí mis cejas y me di cuenta qué era lo que observaba con tanto deleite—. ¡Y deja de verme los senos, maldito pervertido! —abroché nuevamente el botón—.— ¡Si lo eres! —gritó en susurros, como si eso fuese posible—. Te lo dije aquel día cuando saliste corriendo de mi habitación; y es
— ¿Por qué?— He vendido el edificio, yo ya estoy muy viejo para estas cosas, así que sólo tomaré el dinero y me iré en unas vacaciones muy largas con mi Margie; el nuevo dueño quiere construir un edificio mucho más moderno.Hice una mueca, el edificio no era muy nuevo pero tampoco se caía a pedazos, a veces.Pese a esto era lo suficiente para poder vivir, además de que era el único lugar dentro de nuestras posibilidades económicas, nuestros ahorros de la adolescencia sólo nos alcanzarían para otro mes más en otro lugar. Habíamos intentado buscar trabajo y la respuesta simplemente no llegaba.— Lo siento chicas, sólo tienen hasta el fin de mes para desalojar éste lugar, fue un gusto conocerlas.— Igualmente Bill.Luego de un abrazo de despedida llevamos al señor Peterson hasta la salida.— ¿Qué vamos a hacer Grace?— Pues empacar y buscar otro lugar.— No tenemos dinero.— Tenemos que conseguir un trabajo.— Lo hemos intentado por un mes entero y ningún lugar nos acepta.Luego de un s