Suspiré cuando por fin vi el letrero que indicaba que estábamos entrando a Los Ángeles.Había sido el viaje más incómodo que he tenido en mi corta vida, incluso el radio encendido no había evitado que el momento fuera tan tenso entre ambos, no cruzamos ninguna palabra y por un momento lo agradecí.Cuando la camioneta se estacionó frente al edificio donde vivía intenté huir lo más rápido que pude, pero claro, él no iba a dejar que lo hiciera.— Vivirás conmigo a partir de mañana.Mi mano quedó paralizada sobre la manilla del carro.— No —dije sin más—.— Eres mi esposa.— ¡Pero no es real!— ¡Pero debe parecerlo!Inhalé intentando calmarme un poco.1, 2, 3, 4, 5.— Esto no estaba en el contrato.— No hay uno.— Pues debería.— Mira Grace, no sé si sabes que los esposos normales viven juntos, que no lo hagamos levanta muchas sospechas, por favor, sólo hasta que me den la visa y te puedes ir enseguida.— Primero no somos unos esposos normales ¡se supone que lo que pasa en las Vegas se q
Al salir de la universidad me encontré con Jane quien me miró un poco burlona. Claro que ver a tu mejor amiga con algodón en la nariz no era algo para que reírse, pero así estaba ella.— Luces tan graciosa, G.— Deberías estar preocupada por mi, perdí litros de sangre.— No exageres muchacha, si así fuera no estarías caminando tan tranquila.Sonreí mientras empezábamos a caminar, aunque segundos después la sonrisa desapareció en cuanto vi a James Clarke apoyado en su camioneta luciendo tan él.Estaba muy guapo con sus lentes estilo aviador y su cabello desordenado. Cuando me vió se quitó los lentes y frunció el ceño acercándose rápidamente a mi. Lo miré extrañada cuando me tomó del rostro y me miro preocupado.— Cariño ¿qué te pasó? ¿estás bien?Me eché para atrás alejándome de él cuando escuché a Jane soltar un "Aww, que tierno".¿Y ahora qué le pasó a este? Me sorprendí un poco por su preocupación pero luego recordé que todo era parte de una farsa así que cerré mis ojos y simplement
Empecé a morderme la uña del dedo índice al ver como el reloj pronto señalaría las seis de la tarde, hora en la que ambas salíamos del trabajo y así mismo el aviso de que faltaba poco para mudarme con Clarke.— Grace, ayúdame con algo —se acercó Thor—.— Claro, dime —después de todo, era mi trabajo—.— Ve y dale estos planos —me entregó unos papeles enrollados—. Al jefeTorcí los labios pero acepté. No tenía ganas de verlo pero trabajo era trabajo así que tomé el ascensor y marqué el último piso ya que ahí estaba su oficina. Al ingresar no pude evitar distraerme con las miles de fotos en blanco y negro que se encontraban esparcidas por la pared de lado derecho y el gran ventanal que permitía ver la ciudad desde lo alto.— Guao —susurré—.Presté mayor atención a las imágenes que mostraban la construcción del lugar desde cero, y ciertamente ahí estaba el árbol del lobby, sólo que un poco más pequeño. Una de las fotos me llamó la atención, en ella había un señor de aproximadamente treint
Le pagué al chico que vino a entregar la gran caja de pizza. Será suficiente para Clarke y por supuesto yo.— ¿Estás sola? —me dedicó una mirada coqueta—.— No —mentí—.— Que mentirosa.El chico era guapo pero prácticamente era un niño. Negué rápidamente.— Ya vete o no pasaré por alto que demoraste treinta y dos minutos en llegar y que esta pizza debería ser gratis.Me dedicó una mirada extraña y luego se fue sin decir más.Rodé los ojos y entré nuevamente, de pronto con la caja en mano me sentí muy pequeña y sola. ¿Cómo podría Clarke vivir aquí sin nadie? Sin alguien que te espere cuando llegues, y haga de esta casa Un hogar.Por un momento pensé que ese alguien podría ser yo y negué, este no era mi estilo. Era demasiado para mí.Ya eran las 8 de la noche y Clarke aún no llegaba, me empezaba a sentir aburrida, odiaba estar sola. Decidí encender la televisión y poner una película, eligiendo una película de suspenso.Me encogí mientras tenía un pedazo de pizza en la boca viendo la esc
Puse al cachorro al cual tendría que ponerle un nombre en el suelo luego de poner su comida en un plato, lo vi comer con ganas. Mi corazón se encogió al verlo.— Quién pudo haberlo dejado en la calle, es demasiado hermoso— Tal vez también le rompió algún plano a su antiguo dueño —dijo Clarke mientras pasaba a mí lado con un pedazo de pizza en mano—.— Ja, ja —rodé los ojos—. Ya superalo.— Pues no puedo —dijo mientras masticaba su pizza—.— Que asco —dije al ver la comida masticada en su boca—. Traga y luego habla.— Mmm no —me guiñó el ojo—.Me recosté en el mesón y puse mi mejilla sobre mi mano.— ¿Sabes qué más no superaré?Fruncí las cejas y miré hacia un lado esperando a ver a Clarke hablando con la boca llena, sin embargo me encontré con su rostro muy cerca y después sus labios sobre los míos. Apoyé mis manos en su pecho intentando alejarme de él pero era demasiado fuerte.Cerré mis ojos dejándome llevar."Si la vida te da limones pues has limonada" recordé las palabras de Jane
— Oh Ya decía yo que era lo que estaba sosteniendo —su mano apretó el lugar—. Están grandes.— ¿Quée?Me mordí la lengua para evitar soltar un gemido. Esta era la primera experiencia de este tipo que tenía en mi vida y no pude evitar sentirme nerviosa. Al parecer él se dió cuenta y bajó lentamente su mano hasta mi cintura.— Relájate —susurró—.Por segunda vez en la noche sus labios volvieron a tomar los míos, siendo suave porque aún mi labio estaba algo hinchado.Un trueno hizo que me sobresalte y separe nuestros labios.— Creo que deberíamos ir a dormir —dije sonrojada aunque él no podía verme—— ¿Juntos?Casi pude ver un guiño en la poca luz que entraba por la ventana.— Nop.Al intentar levantarme me tomó por el brazo y me obligó a sentarme. A él le encantaba zarandearme de esa manera.— Mejor hablemos.— ¿De qué quieres hablar?— No sé, tal vez un juego, ese que les encanta a ustedes, el de las diez preguntas.— Demasiado cliché para mí.— Tenía que suponer que no eras normal, de
Sonreí forzadamente sin saber que decir. Tenía que tener en claro que eso era algo extremadamente sospechoso cuando él y yo nos conocíamos supuestamente hace tres años sin contar que supuestamente estamos casados.— Así es —aquí estaba James salvando el día nuevamente—. Como usted sabrá Grace sólo tiene diecinueve años, y acaba de empezar la universidad así que tenía que dejar aún muchas cosas en orden antes de poder venir a vivir conmigo, ayer pudimos arreglar todo y bueno, por fin podemos estar juntos —tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos—. Y solos —besó el dorso de mi mano haciendo que me sonroje—.Las preguntas continuaron, siendo cosas bastante superficiales, como cuántos años tenemos y cosas que gracias a internet podía saber, claro que no estaba todo pero pude defenderme bien.— Ya veo, pues al parecer ustedes tienen todo En orden. Aún su visa se está tramitando, claro que mientras seguiremos con la investigación , es sólo protocolo —sí, claro—. Así que si todo sale
Suspiré estirandome, por fin era viernes y faltaban sólo diez minutos para salir del trabajo, poder ir a casa y dormir. Rodé los ojos con el pensamiento, corrección, la casa de Clarke. Las cosas avanzaban con mucha normalidad, de hecho casi no había visto a James en toda la semana, llegaba muy tarde a su casa y a penas y nos decíamos un "buenos días".— GraceMe sobresalté al escuchar mi nombre y mi corazón empezó a latir rápido cuando lo vi, con su camisa blanca y sus mangas recogidas hasta el codo.— Sí, señor Clarke -respondí, su mirada fue de confusión hasta que cayó en cuenta que estábamos en la empresa-— Ven, por favorLo seguí hasta el ascensor, cuando entró marcó el piso de su despacho. Un silencio incómodo llenó el espacio durante todo el viaje.La secretaria me miró mal y continuó con lo que estaba haciendo.Entramos al despacho, él delante de mí.— Por favor cierra la puerta -dijo-Lo hice sin emitir sonido, cuando me volteé pude verlo usando el control para oscurecer los