Mylene se encontró revisando la calidad de los granos de cacao y las frutas que se usaron en la producción de los próximos lotes de chocolates. Aunque disfrutaba de su trabajo en el área de control y calidad, estaba preocupada por su abuelo.Trataba de concentrarse en su trabajo, pero no podía evitar pensar en él y en todo lo que estaba sucediendo. Cada vez que su teléfono sonaba, se ponía tensa, esperando que fuera alguna noticia sobre su abuelo.Mylene tomó un sorbo de su café mientras continuaba revisando los granos y las frutas, asegurándose de que cada uno cumpliera con los estándares de calidad necesarios.De repente, su teléfono sonó y ella saltó en su asiento. Con el corazón latiendo con fuerza, respondió la llamada. Era Leo.-Hola, Mylene. ¿Cómo te va en el trabajo hoy? -preguntó él, amablemente.-Bien, gracias. Estoy revisando algunos granos de cacao y frutas. ¿Hay algo que necesites de mí? -respondió Mylene, un poco extrañada, ya que el rubio no la llamaba mientras estaban
La noticia pareció golpear a Mylene con fuerza, tanto que sintió que todo su cuerpo temblaba.Se quedó paralizada, sin poder creer lo que acababa de escuchar. Sus ojos se abrieron con asombro y su boca se quedó abierta, sin poder articular palabra alguna. Un nudo en la garganta la hacia sentir que no podía respirar adecuadamente.Miró a Leo con los ojos llenos de lágrimas, buscando alguna señal de que esto era una broma, pero la expresión en el rostro de su novio constituía que era verdad.Leo se acerco a ella, rodeando sus hombros con su brazo en un gesto de consuelo. Mylene se aferró a él con fuerza, sintiendo la necesidad de tener algo tangible que la mantuviera en este mundo.No podía creer que su abuelo, la única persona de su familia que la había tratado con cariño, hubiese fallecido.Las lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sintieron. Leo la sostuvo mientras ella sollozaba, tratando de transmitirle
A través de la ventana, Mylene pudo ver cómo las nubes blancas y esponjosas se extendían como un mar interminable debajo de ellos. La vista era impresionante.A lo lejos, se veían pequeñas montañas y ríos serpenteantes que parecían cintas de plata en el paisaje. A medida que el avión se elevaba más y más, la vista se hacía aún más impresionante.No pudo evitar sentir una pequeña chispa de emoción al pensar que estaba volando en un avión.Leo la miraba con una sonrisa. Él también tenía esa misma sensación de asombro, la primera vez que voló en un avión.Le apretó la mano suavemente, tratando de hacerla sentir cómoda.-Es hermoso, ¿verdad? -preguntó el rubio, señalando hacia la ventana. Mylene asintió con una sonrisa en su rostro.-Sí, es increíble. Nunca había visto el cielo de esta manera antes. -respondió.Leo asintió.-Es una de las cosas que más me gusta de volar en mi jet privado. La vista es impresionante. dijo con una sonrisa.Mylene se volvió hacia él, curiosa.-¿Viajas mucho?
-No eres bienvenida en esta casa.Mylene temblaba de miedo mientras su padre se acercaba a ella, con una mirada llena de odio.-¿Por qué estás aquí? ¿Cómo te atreves a aparecerte en un funeral en el que no eres bienvenida? -dijo su padre, en un tono frío y despectivo.Mylene intentó responder, pero sus palabras se atascaron en su garganta.-Solo vine a pagar mis respetos a mi abuelo. -logró decir Mylene, con voz temblorosa.-No tienes derecho a estar aquí. Tú y tu madre siempre han sido una carga para nuestra familia. Y ahora, encima de todo, te atreves a robar la atención en el funeral de mi padre. -respondió su padre, con frialdad.Mylene se sintió como si hubiera sido golpeada.¿Cómo podía importarle más su orgullo que el dolor de su propia hija?Apretó los puños con fuerza, tratando de contener sus lágrimas. Pero la ira comenzó a arder dentro de ella y supo que tenía que decir algo más.-Yo no estoy robando atención. Yo solo quería pagar mis respetos a mi abuelo. Pero parece que a
Leo apretó los puños con fuerza y respiró profundamente, tratando de controlar su enojo. Su ceño se fruncía y sus puños se apretaban con fuerza.No quería que Mylene notara su enojo, pero era difícil mantener la calma ante tal injusticia. La imagen de la cara de Mylene después de su encuentro con su padre no dejaba de perseguirlo.¿Cómo podría alguien tratar así a su propia hija?Leo sintió que la rabia se le acumulaba en el pecho, y le costaba contenerse para no explotar.-Lo siento mucho, Mylene. -dijo Leo, intentando mantener la calma- No puedo creer que te haya tratado así. No mereces eso.Mylene se encogió de hombros, tratando de restar importancia a la situación.-Ya estoy acostumbrada. -dijo ella, con tristeza- Siempre ha sido así. -suspiró un poco, tratando de que no le siguiera afectando aquello- Fue tan frío y despectivo, como si no le importara en absoluto lo que yo sentí.Leo sintió una punzada en el corazón al escuchar sus palabras. No podía imaginar cómo Mylene había l
Trataba de ignorarlo, pero podía sentir la mirada fija de su padre y su esposa, a pesar de que estaban a unos metros de distancia, sentía como si la habitación fuese diminuta.Intentaba entretenerse mientras escuchaba la pequeña charla y oración del sacerdote, pero le era imposible.La habitación parecía más silenciosa que nunca, y las miradas de su padre la hacían sentir como si estuviera bajo un microscopio.Y ahora también sentía otra mirada fría y penetrante en su dirección. Cuando levantó la vista, vio a la esposa de su padre, quien la mira con una expresión de desprecio. Quien al parecer había notado la presencia de la joven desde el principio y no había intentado ocultar su molestia.Trató de mantener la compostura, pero su corazón latía con fuerza y sus manos sudaban en el regazo. Esperaba que el funeral terminara pronto para poder regresar a casa.Pero sabía que era imposible, pues aun faltaba mucho protocolo.El sacerdote continuó con su oración, hablando sobre la vida del
Una vez en el podio, se aclaró la garganta nerviosamente. La habitación estaba en silencio, esperando a que comenzara a hablar. Tomó una profunda bocanada de aire, pero cuando intentó empezar a hablar, las palabras parecían atoradas en su garganta.Tomó el micrófono con ambas manos, tratando de aparentar seguridad.Comenzó a hablar, pero de repente se escuchó un sonido de acople muy molesto que hizo que la audiencia se sobresaltara.Mylene se sintió aún más nerviosa.Escuchó una pequeña risa proveniente de su padre y su esposa en la primera fila, lo que la hizo sentir aún más insegura. Mientras tanto, la audiencia parecía impaciente y algunos se removían en sus asientos, lo que solo aumentaba la presión y el nerviosismo de Mylene.Fijó la mirada en Leo, el cual con la mirada la instó a seguir. Sabía que estaba allí para apoyarla. Trató de enfocar la mirada en algún punto entre la multitud, pero le costó trabajo enfocarse en algo mientras su mente estaba llena de inseguridades y dudas.
Mylene siguió a la mujer, tratando de no perderla de vista mientras avanzaban por la casa. La rubia caminaba con una actitud un poco apresurada, como si estuviera molesta o impaciente por algo.Estaba empezando a sentirse un poco incómoda con la situación, pero no quería parecer descortés.Pronto, se dieron cuenta de que estaban alejándose cada vez más del jardín donde se llevaba a cabo el funeral. Mylene se preocupó un poco por esto, ya que no estaba segura de a dónde se dirigían.Además, los pasillos por los que pasaban eran oscuros y estaban decorados con cuadros antiguos y muebles antiguos. A ella le parecía como si estuvieran en un laberinto, y cada vez le costaba más reconocer el camino de regreso.Finalmente, la mujer detuvo su marcha en una habitación que parecía una biblioteca. Había estantes llenos de libros de todo tipo y una gran mesa de madera en el centro. La mujer se sentó en una de las sillas.Sin una pizca de sonrisa en su rostro, mientras Mylene se quedaba de pie, in