No tendría que haberle dicho nada, pude haber insistido en mi coartada de que nada me gustó de las tiendas y quedar como una niña caprichosa. Pero no, nuevamente me hizo admitir la verdad sin titubeos. ¿Y cómo no hacerlo? Esa insistencia suya y esos ojos penetrantes que parecían leer mi alma siempre me hacían gritar la verdad. Ahora estábamos en el auto, yendo a una velocidad excesiva hacia la avenida. -Nicolás, estás yendo muy rápido- Le informé, pero él no me contestó. Se mantuvo con la mirada al frente en la ruta con las cejas apretadas en el entrecejo, con una expresión de ira y apretando con fuerza el volante haciendo explotar las venas de sus manos. No me atreví a insistir. Los kilómetros iban en ascenso así que me abroché el cinturón de seguridad y me aferré al asiento rogando que no nos estrellemos. Llegamos a la entrada de la tienda de lujo y no fui capaz de bajar del auto, aun negándome a que esto esté pasando de verdad. Vi como mi esposo bajaba pisando fuerte rodeando e
Entré al automóvil con las palabras en la garganta. ¡Le hubiese dicho de todo si no fuera porque sería un escándalo! Luego de unos minutos finalmente Nicolás entró. El aire dentro del coche se sentía pesado y no lo pude soportar más:-¿Cuál es tu problema?- Solté sin pensarlo-No sé a qué te refieres, vine aquí a recuperar tu honor- Respondió tranquilamente.-¿Honor?- Me reí- ¿en qué siglo piensas que vivimos?-Dilo como quieras, pero esa mujer ya no va a molestarte más- DecretóMantuve la mirada fija en su expresión tranquila, como si hacer eso fuera moneda corriente en su día a día.-¿Por qué la gente te tiene miedo?--No sé de qué hablas.-Se acomodó nervioso en el asiento- ¿Nos vamos? Tenemos algo pendiente hoy a la nocheNicolás arrancó el auto, pero yo no me callé.-¿Por qué la gente te mira con miedo?, ¿Por qué temen hablar y mirarte a los ojos?-No lo sé.- Dijo sin dejar de mirar al frente.-Por favor Nicolás, a mí no me mientas. ¿Qué le hiciste a esa chica?Sentí como el auto
-Te ves preciosa- dijo mi esposo en un suspiro, cuando me vio bajar por la escalera con mi nuevo vestido de gala.-Ese color te queda muy bien.-Gracias, tú también te ves muy bien- admití. Tenía su típico traje color negro que solía usar pero con un detalle nuevo, un pañuelo en su bolsillo del mismo color que la tela de mi prenda. Me sonrojé por eso, parecíamos la pareja perfecta. Me tomó de la mano para ayudarme a bajar los últimos escalones. Luego extendió su mano y dijo:-¿Puedo?-Si- dije extrañadaSoltó el lazo que sostenía mi cabello en una coleta dejándolo caer a cada lado de mis hombros como una cascada marrón cobriza.-Así mejor, más salvaje- Bromeó mientras lo revolvía-¿Estás lista?-Sí- Sonreí tímidamente- vamosEsta vez fuimos con un chofer “Es porque no quiero ser conductor designado esta noche” dijo bromeando y yo me reí, lo sentí tan relajado y distendido que me animó a no sentirme incómoda esta noche. Él dolor de hace unas horas ya no existía.Cuando bajamos en el res
Nicolás intentó de todas las formas posibles sacarme una palabra de lo que sucedió en el baño con Lily, pero no di el brazo a torcer, no podía decirle que la había amenazado de que no se metiera más “Con mi hombre”. Los celos que no sabía que tenía salieron a flote y cegaron mi razón. Pero ahora volví con los pies de la tierra, porque la imagen de mi hijito me apareció en la mente.“No puedes meterte con una mujer peligrosa como ella, Carla. Su madre sabe que tienes un hijo. Si ella le hiciera algo a él jamás me lo perdonaría”Espero haberla ahuyentado por un tiempo, por lo menos hasta que termine de pagar la deuda que tengo con Nicolás y que mi niño sea dado de alta.“Que después haga lo que quiera”¿Cierto?Un sentimiento de terror me invadió. ¿Realmente quería que esa mujer vacía y superficial se casara con Nicolás? Eso lo hundiría más. “Y a ti también”La noche pasó y hoy es un nuevo día. Me levanté con pereza y me dirigí aun dormitando a la cocina para comer algo rápido, cuando
Primero fuimos a una feria de ropa barata, de esas que están en grandes galpones con los puestos apretados unos al lado de los otros, yo estaba feliz, ¡No sabía qué elegir! Toda la ropa era hermosa. “No tienes que elegir, llévate todas y listo” Me había dicho Nicolás. Al principio me sentí incómoda con esto, pero luego de la tercera prenda se sintió bien, él no parecía molesto por toda la ropa que estaba comprando, simplemente asentía con la cabeza y extendía su tarjeta de crédito al vendedor. Cuando notaron que Nicolás era un hombre con mucho dinero y que no era tacaño, se abalanzaron hacia mí y no pude decir que no a ningún vendedor. -Creo que ya es demasiado- Dije satisfecha por todo lo que había comprado-Bien, ¿seguimos a la siguiente parada? - Dijo mi esposo tomando todas las bolsas con intención de ir hacia la salida. -Ah nono- puse mis manos a los lados de mis caderas- Claro que no, tú me dijiste que también comprarías ropa aquí para ti. -Ah bueno si, pero fue para conve
Nicolás sabía que dejar a Carla por Lily solo lo hacía quedar peor de lo que ya estaba con ella, es como si todo el esfuerzo que hizo para conseguir tener la cita perfecta se hubiera hecho trizas en un segundo. Pero en realidad el mafioso no se sorprendió mucho al verla en la puerta de su casa esperando como una psicópata acosadora, porque Lily había estado toda la tarde mandando mensaje tras mensaje, luego de que él le colgara llamada. “¿Por qué no atiendes el teléfono?”“Necesito que hablemos Nicolás”“Es un asunto de vida o muerte”Esa mujer podría ser insistente, hasta más que él, jamás se cansaba y por eso mismo se habían hecho amigos cuando eran tan dos niños, Lily no se había cansado hasta que finalmente consiguió ser su amiga. Pero ahora era más que eso lo que ella deseaba, era algo que Nicolás no podía darle, su corazón, porque ya lo tenía Carla, aunque ella no parecía entenderlo por las buenas. -Sube al auto, yo te llevo- Dijo la mujer caminando hacia su vehículo de lujo
No puedo dormir, ¡no hasta que Nicolás vuelva a casa, doy vueltas en la cama tratando de no imaginar lo que esté haciendo con esa m*****a roba esposos!-Nicolás mi amor- la imité con su voz chillona- te extrañé mi amor- -M*****a zorra- dije con bronca. Luego me sentí mal por decir eso, yo no soy así, no soy una mujer que tiene de enemigas a otras mujeres por culpa de un hombre. Pero no lo puedo evitar, Nicolás me tiene así, cegada por los celos. La sola idea de pensar en Nicolás encima de ella besándola por todo el cuerpo, abriendo sus largas e infinitas piernas y bebiendo de ella me hacía hervir la sangre. -Me va a tener que escuchar cuando regrese- exclamé con determinación, luego me senté de golpe en la cama, cansada de intentar dormir- No puede encerrarse en su cuarto sin antes darme una explicación coherente. Escuché como la puerta de entrada se abría sigilosamente, “seguramente quiere escapar de mí” Pensé.-Ah no eso sí que no- Gruñí furiosa. Bajé rápidamente las escaleras,
¿Me ama?Aún no podía caer en lo que me había dicho. Creo que nadie nunca me había amado, mi ex esposo jamás me lo dijo, simplemente decía “Yo también” cuando yo le decía que lo amaba por enésima vez. Mi niño se reía cada vez que le pedía que me lo dijese. Ni mi madre me lo dijo cuando era niña. Esa mujer no tenía sentimientos. Creo que siempre fui una carga para ella. Mi padre había sido el único, aunque esos recuerdos ya no estaban en mi memoria. Caminé distraída por la ciudad matutina hacia mi ex trabajo. Sentía que estaba en falta con ellos, de repente me había ausentado y nunca más volví a dar señales de vida. Tenía que disculparme con mi jefe y mentirle de que había pasado una urgencia con mi niño. No podía decirle que mi esposo mafioso me había hecho firmar un contrato de trabajo como si de una trabajadora sexual me tratase. Solo que, sin el sexo, aunque ahora me arrepiento de haber puesto esa cláusula. Cada día se me hace más difícil no desear que Nicolás se metiera por las n