Marcus y Scarlett se dirigieron a la importante fiesta organizada por los Allen. Scarlett usaba un vestido de color turquesa que ajustaba su figura de una manera elegante. Sus caderas más redondeadas se marcaban levemente, pero sus pechos más llenos hacían que se viera aún más sensual que cuando tenía unos kilogramos menos. Su cintura, aunque seguía delgada había crecido varios centímetros. Marcus vestía un traje a medida que lo hacía ver irresistible y Scarlett sintió una pizca de celos al saber que después de su divorcio, no le faltarían las oportunidades de estar con otras mujeres. -Aunque no quieras escucharme o que puedas dudar de lo que te digo, te ves hermosa. El embarazo te luce mejor que las pasarelas- Le dió un beso en el dorso de su mano y la condujo dentro del lugar Los Allen estaban recibiendo a los invitados y Scarlett vió como su madre había escogido un vestido discreto y favorecedor en color azul. Recordó los meses anteriores cuándo su madre escogía vestidos que com
La pareja se fue de aquella fiesta con sus manos entrelazadas. Quienes los veían creían que eran perfectos juntos y que estaban locamente enamorados. Muchos los habían visto hablarse al oído y bailando muy juntos, aunque no sospechaban que todo lo que ocurría era una conversación sobre terminar aquello que tenían. Al llegar finalmente a su edificio y subir al ascensor dejaron de fingir ser una feliz pareja. Ella lo veía fríamente y el no sabía que hacer para obtener la ansiada oportunidad que tanto necesitaba. -Tienes que comprenderme por favor. Se que podemos solucionarlo y que cuando lo sepas podrás entenderme. Todo entre nosotros ha cambiado- Abrió la puerta de su vivienda haciendo que ella entrara primero y abordó aquella conversación sin darle tiempo ni de quitarse sus zapatos -Tienes razón, todo ha cambiado y por eso es que necesito que entiendas que el tiempo está en mi contra en este momento y no solamente para mi- Eso Marcus lo entendía, pero si le decía la situación su he
Los padres de Scarlett supieron que serían abuelos y aunque la noticia les sorprendió, no fue demasiado. Estaban felices de que su familia se ampliara, tal vez con el tiempo su hija querría llenar su hogar de nietos. Ansiaban tener grandes reuniones familiares y no solamente llenar su mansión de políticos buscando vínculos o incluirse en su listado electoral. La sonrisa del matrimonio Allen se esfumó después, al notar la seriedad que su hija tenía y el dolor que transmitía su mirada. -¿No estás feliz? Creímos que por haber dejado de modelar, no te preocuparía tanto tu figura y podrías construir una hermosa familia- Su madre creyó que ese era el motivo de su tristeza, pero no tenía idea de que eso era lo que menos le interesaba -Voy a divorciarme- Dijo con furia, estaba molesta y su carácter era volátil con quién sabía la verdad de su esposo, una que el se negaba a revelar por el momento -¿Cómo es que quieres divorciarte? ¿Eso es lo que te enseñamos? No podemos permitir eso, ¿Quier
Scarlett se había sentado y no había podido ni pronunciar palabra. Así la elegante mujer que estaba frente a ella fuera amable, la hacía sentir intimidada. -El motivo por el que estoy aquí es Marcus y Vincent- Abrió su boca sorprendida y sus ojos amenazaban con salirse de sus cuencas. ¿Por qué esa mujer nombraba con tanta familiaridad a su esposo y cuñado?-¿Que tiene que ver usted con ellos?- Preguntó y la mujer mayor sonrió en su dirección -Debo contarte una historia, solo así entenderás mejor todo. Luego podrás irte y sabiamente tomarás una decisión sobre el futuro de tu matrimonio- Scarlett asintió de manera automática. Tenía miedo de negarle algo a esa mujer -La escucho- Susurró inmóvil -Hace muchos años, cuando aún yo era joven me enteré de que mi familia había acordado un matrimonio para mí. No estaba enamorada, no tenía novio, pero sabía que así me casaría y lo aceptaría porque la palabra de mis padres era una ley imposible de desobedecer. ¿Entiendes como me sentía verdad?
Scarlett ya sabía toda la verdad que tanto ansiaba conocer y aún se sentía en shock. Su padre era súper importante, no un simple político, pero el de Marcus lo superaba en todos los aspectos. Ver a la madrastra de su esposo la había ayudado a entender varios aspectos y también le había dado la esperanza de que Marcus en realidad la amaba o que estaba de camino a lograr eso. Lamentaba no saber nada, pero no sé arrepentía de haberlo presionado en la manera que lo hizo porque en verdad con un hijo en camino necesitaba saber más y no siempre obtener incógnitas y evasivas.La amable y distinguida mujer le había dado su número telefónico y también el de su esposo. Ellos eran familia después de todo y si necesitaba algo sabía que contaba con ellos. Se sintió inmensamente aliviada de saber que su esposo provenía de buena familia y que su hijo tendría varias figuras que le enseñarían grandes valores desde el cariño.Mientras conducía pensaba en lo que le haría a Marcus. Cómo aquella señora le
Vincent y Ángela seguían mirándose con una mezcla de odio y también desafío. El dueño de la editorial los miraba con sus ojos entrecerrados y esperaba obtener una respuesta de los involucrados. Por incumplir el contrato deberían pagar millones, que aunque a la compañía le beneficiaban, lo mejor sería cumplir lo estipulado porque el público quería una historia más. Habían ganado una fuerte suma con la primera novela "Karma e Infidelidades" y esperaban aún más.-¿De cuánto dinero estamos hablando si no cumplimos con el contrato?- Preguntó Ángela dejando de ver a ese hombre desagradable que había escrito tantas barbaridades suyas -Cinco millones de dólares- Respondió aquel hombre y ella tragó grueso-¿Entre los dos?- Indagó nuevamente-Cada uno- Sentenció aquel hombre y la pareja que tanto se odiaba se miró con absoluta sorpresa -Necesitamos un momento a solas- Vincent se dirigió al dueño de la editorial, quien salió de ahí sabiendo que había ganado un nuevo Best seller -¿Qué haremos?
Marcus veía a Scarlett quien dormía plácidamente en su asiento. Había exigido sus derechos y fue divertido, placentero, excitante y esperanzador para su matrimonio. La actitud de haberlo tratado como alguien que vendía sus servicios lo desconcertó, ¿Desde cuándo ella lo trataba así? Solo esperaba que no se le ocurriera pagarle por sus servicios, sería el colmo. Scarlett despertó de buen humor y sin sentirse sofocada. Había rendido frutos usar a su esposo, porque al menos se sentía increíblemente bien después de esos minutos de actividad. El avión aterrizó y Marcus tomó a su esposa de la mano para descender. Sabía que ella había sufrido escasos mareos y no se arriesgaría a que ella cayera poniendo su embarazo en riesgo. Tomaron un taxi y se dirigieron a la dirección que Vincent le había dado a su hermano meses antes. Allí vieron una mujer salir escupiendo maldiciones e improperios del apartamento del gemelo soltero. -Ese es el problema que tiene mi hermano- Suspiró Marcus sabiendo
Scarlett tomó su minúsculo equipaje y se vistió luego de ducharse. Se había colocado poco maquillaje y también se había peinado escogiendo una coleta alta como mejor opción por el viento que aquel día había. Estaba usando un pantalón que marcaba sus glúteos redondos y firmes, en combinación con una blusa que ajustaba sus pechos de tamaño creciente. Unas sandalias bajas completaron su atuendo junto a un pequeño bolso donde solo podía llevar su teléfono y documentación. Marcus la vió con admiración totalmente prendado de su belleza. Amaba tener ese efecto en él. Era agradable que aunque su cuerpo cambiara él siguiera viéndola con deseo y admiración. Sin la necesidad de hablar la halagaba, era hermoso sentirse así. La pareja salió del apartamento y tomó un Uber que los llevaría al centro comercial, allí Scarlett se daría gusto enloqueciendo a su esposo. Finalmente podría tener su merecido castigo, porque hasta ese momento solo parecía haberlo premiado por su desconfianza. -¿Qué plane