Ya todos se habían enterado de las buenas noticias, los dos primos estaban siendo felicitados porque muy pronto iban a ser padres. Hasta en las noticias había salido que se iban a sumar dos integrantes más a la familia Leonardi. Por esta vez parecía que Hermes estaba de acuerdo con algo, porque también le estaban dando protagonismo.— Hermano, es como si te hubieras ganado la lotería, te noto muy feliz.— Y lo estoy, por fin me están tomando en cuenta como es debido. El abuelo organizó lo de las revistas, pero lo que en realidad quiero es que me ayude a estar en un mejor puesto, no sé, a que sea vicepresidente del conglomerado.— Pero nunca ha habido un vicepresidente, en el conglomerado, Hermes, vas a meter al abuelo en dificultades.— Pues ya es tiempo de que alguien esté en ese lugar y yo me lo merezco. Deseo estar en los más grandes proyectos, ya no solo en la parte de lo que me ha tocado siempre.Dasha no quiso discutir con su hermano, el conglomerado siempre había sido manejado
Vincenzo la llevó a dar un recorrido por los demás lugares de la mansión, ya que había hecho algunos cambios y esperaba que a ella le gustaran, y no se había equivocado, estaba fascinada con una gran habitación que había convertido en una sala de cine.Luego la llevó a las otras tres habitaciones que iban a ser para los invitados, cada una era más bonita que la otra y por supuesto que Kaia ya estaba deseando poder habitar su casa. Bajaron y llegaron a la cocina, que ya estaba provista de todos los artículos necesarios.— ¿Nos podemos quedar el día de hoy?— Por supuesto, yo no me puedo quedar con las ganas de volver a estar contigo en nuestra cama nupcial.— Estaba pensando lo mismo, tenemos días que no hacemos el amor.Él se había contenido por muchos días, estaba temeroso de dañar a su esposa y a su bebé, aunque ella le aseguraba que no iba a haber ningún problema.— Quiero pasar el resto de nuestras vidas aquí haciendo momentos felices para nosotros y nuestros hijos.Él la miraba c
Pasaron un espectacular fin de semana en su nueva casa, habían estrenado la sala de cine, la cocina, la parte de la alberca privada y por supuesto la cama de su habitación. Se estaban volviendo adictos el uno al otro. Era como si estuvieran en una luna de miel eterna, parecía que no tenían suficiente.— Creo que si nos hubiéramos ido de luna de miel, a alguna parte, no se hubiera parecido en nada a esto.Kaia estaba consciente que ellos no habían comenzado su relación con el pie derecho, no se soportaban desde el primer momento que se vieron en el altar. Pero ahora eran inseparables, ella no podía vivir sin su esposo.— Coincido contigo, ni siquiera hubiéramos dormido en la misma cama, hubiera sido un desperdicio, ahora si deberíamos irnos de luna de miel.Ahora que ella pasara sin ningún otro inconveniente el primer trimestre del embarazo, deberían darse un tiempo para aprovechar e irse de luna de miel, nada se los podía impedir. Las empresas que formaban parte del conglomerado estab
Quien iba a pensar que una mujer tan callada tuviera una mente tan diabólica. Llegando a su casa, Chantal, se deshizo del contenido del envase que le había dado el abuelo. Lavó muy bien el recipiente, lo puso a desinfectar y vació el contenido del suplemento que le habían recetado en la clínica donde llevaba su embarazo.Sin embargo, tal como ella lo veía, nadie se iba a dar cuenta de nada, pero cada suplemento tenía sus ingredientes específicos, no eran para nada iguales los de la clínica que los que había preparado el abuelo. Esa era la gran diferencia y los que se llevaría Vincenzo para Kaia eran la prueba.— Veo que estás tomando el suplemento que te dio el abuelo, espero que te estén sentando bien.Hermes miraba todos los días a su esposa y la veía cada vez más sana. Ya no se levantaba todas las mañanas corriendo al cuarto de baño. Esperaba que fuera a causa de esos suplementos que le había dado el abuelo Alessandro.— Así es, mi amor, si te das cuenta ya no tengo muchos malestar
Los días iban pasando y Kaia empezó a tomar el suplemento que le había llevado Vincenzo, ella desde que estaba embarazada probaba primero un poco de lo que tomaba, no era más que una manía que había desarrollado, su instinto siempre era el de proteger al bebé.— ¿No te gustó el sabor del suplemento? No tienes que tomar una decisión ahora mismo si no te gusta.A Kaia le había parecido un sabor agradable, no era su favorito, pero se lo podía tomar. Aunque haya hecho un gesto desagradable, era mucho mejor el sabor que el anterior. Se podría decir que era pasable, que su paladar lo podía tolerar sin dificultad.— Está bien, solo que voy a empezar a tomarlo de a poco, por lo menos que me dure la mayor parte del día.Se quería adaptar a las nuevas sustancias que contenía el preparado, le gustaría que tuviera un sabor a alguna de las frutas que se le pudiera añadir, así pensaría que se estaba tomando un jugo o una malteada. — Si no te gusta o sientes que te hace daño, no es una obligación q
Kaia abrió los ojos y se encontraba acomodada en el pecho de su esposo, con razón sintió que había dormido sobre nubes de algodón. Estaban así tal cual amanecían, abrazados y con las piernas entrelazadas.De esa manera era que ella se acomodaba para poder dormir bien, el bebé ya estaba creciendo y sin querer Kaia se abrazaba a Vincenzo como si él fuera una reconfortante almohada.— Hola, dormilona, ¿Cómo te sientes? — Dijo Vincenzo tocándole la punta de la nariz.Se veía tan adorable, él no se cansaba de admirarla, estaba loco por su esposa y cada día la amaba más.— Muy bien, no me di cuenta cuando te acostaste a mi lado.— ¿Te fijas que tienes completa autoridad sobre mí? Me llamaste en sueños y no me pude resistir.— Yo soy la que estoy a tu merced, tanto así, que estás en mis sueños.— No sé si tenías una pesadilla, pero vine a comprobar que era lo que pasaba y me llamaste.— Lo siento tanto, te he sacado de tus obligaciones.— Estamos bien, terminé hace media hora.— ¿Qué hora es
Llegaron al conglomerado y muchos se dieron cuenta de que el jefe había regresado muy rápido de su hora de comida, también se dieron cuenta de que a su esposa la sacó en brazos del auto, esos fueron los empleados que estaban en el estacionamiento que se pudieran dar cuenta.— Alonzo, en cuanto llegue el doctor, hazlo pasar al ático.— Desde luego que sí, señor.Alonzo muy atento los había esperado en el estacionamiento, Vincenzo subió al ascensor privado directo al ático, ahí esperarían al doctor. A los pocos minutos de haber acosado a su esposa, le mandó mensaje a Alonzo para que consiguiera algo del agrado de su esposa para que pudiera comer.— ¿Están bien los dos?El docto se había tomado su tiempo, la había examinado y no había encontrado nada extraño, Kaia era una mujer embarazada como cualquier otra en su estado, solo que estaba teniendo una reacciones muy fuertes hacia ciertos aromas. Lo demás estaba en perfectas condiciones. — No hay nada de qué preocuparse, la señora está en
Ya casi han pasado dos semanas y Kaia ha tenido unos días buenos y otros en los que no se ha querido levantar de la cama, Vincenzo ha decidido que todavía no es el momento para que se mudaran a la pequeña mansión, necesitaba estar muy cerca de su esposa, ahora más que nunca.— ¿Amor, te encuentras bien para ir a la oficina?Kaia se encuentra en la cama comiendo unas galletas de avena, que le ha llevado su madre en la semana, con una bebida no tan dulce, con jengibre y limón, que Vincenzo le calentaba, era lo que hasta el momento la ha mantenido más estable.— Estoy bien.Pero su cara decía todo lo contrario, ya se le empezaban a notar unas manchas debajo de los ojos, se notaba algo demacrada y ese aspecto no le estaba gustando para nada a Vincenzo. Su esposa no mostraba un aspecto sano. Tenía que llevarla a que la revisaran.— Ahora se han incrementado los malestares, creo que vamos a ir antes a la consulta, déjame salir de unos asuntos con Alonzo y vamos con la doctora Aileen. Sé que