NARRADOR OMNISCIENTELa sangre le hervía a Dante, no tenía claro lo que iba a hacer, cuáles serían los pasos que estaba dispuesto a realizar antes de que fuera demasiado tarde, tenía que recuperar eso que había perdido, eso que se le había escapado de las manos, bebiendo, aun no podía creer que su hermana estuviera casada con Ronan. Aunque el estado mental en el que se encontraba debería de ser suficiente como para sentirse a salvo, debido que al hacerlo, eso solo significaba una cosa; que no recordaba a Regina Lombardi. Dándose cuenta de que por fin se había deshecho de él en un abrir y cerrar de ojos. Tal vez los planes ya no le habían funcionado como antes, pero ya era una enorme ganancia que estuvieran separados. Cuando llegara el momento, tenía planeado hacer que ella se arrepintiera de todo. Y la obligaría a estar con él. DANTE TACHIBANAJamás se había sentido tan obsesionado con una chica. Y este deseo posesivo de hacerla mía, de que se quede a mi lado, se agranda más hasta
REGINA“No te amo”“Tal vez no te amaba lo suficiente, porque te he olvidado tan fácil” “Vete, no quiero verte”“¿Por qué no te rindes ya? Ambos sabemos que nunca te podré recordar. Despierto con el corazón acelerado, mi pulso palpita en las sienes de mi cabeza, trato de respirar con profundidad al reconocer mi habitación, la cuna de Emir está al lado mío, me levanto y verifico que se encuentre bien, lo está, dormido, sin preocupaciones, me le quedo viendo, han pasado ya un par de semanas y con el paso de los días, me doy cuenta de que se parece más y más a su padre; Ronan. El hombre que renunció a él sin siquiera luchar por recordarlo, mis ojos se siguen llenando de lágrimas, ojalá pudiera regresar al pasado y nunca cruzarme en su camino aquel día en el que estaba luchando por darle los documentos que contenían aquellos contratos. No importa cuanto tiempo me lleve, tengo que olvidarme de él, así como él se olvidó de nosotros, bajo a la cocina por un vaso de agua fría. —¿Tampoco
REGINA—¿Qué haces aquí? —la pregunta brota de mis labios como cascada, en especial porque no lo veo con Ronan. Los ojos verdes de Liam observan desafiantes a Cole, quien me rodea por la cintura como una muestra clara de estar marcando su territorio. Me aparto un poco de él y me acerco a Liam para saludarlo como siempre, dejando de lado mi pregunta de por qué nos ha tomado una foto. —¿Quién es? —me susurra al oído. Me aclaro la garganta y los presento a ambos. —Liam, te presento a Cole Gallery, hijo del consigliare y un viejo amigo —me dirijo a Cole—. El es Liam Favilli. —De la Bratva —me interrumpe Cole—. ¿Qué hace un miembro de la Bratva tan lejos? —No tengo porque responderte, ni siquiera tienes un cargo tan alto como para saberlo —Liam lo ignora y se enfoca en mí—. Ese beso no pareció el de un amigo. —Es largo de contar. —Bien, tu padre… tenemos algo de que hablar —hace el amago de irse—. Nos vemos, Regi. Asiento y se marcha, me le quedo viendo, Ronan no está con él, la
REGINAMiro con detenimiento a Liam, tratando de averiguar si se trata de una broma, si está jugando conmigo, porque es lo que parece, espero un par de segundos a ver algún indicio de su falso comentario, no lo hay, corroboro que dice la verdad al dirigir mi mirada a mi padre, quien asiente lento como si supiera lo que estoy pensando.—Esto debe ser una broma —mi voz tiende de un hilo y retrocedo un paso—. Lo que dices no tiene sentido, Liam.Cierra los ojos un segundo y los abre.—Sé que no tiene sentido.Tomo una larga bocanada de aire.—¿Él te dijo que vinieras y me dijeras esto porque quiere divertirse más con mi dolor? —Replico con los puños cerrados y el corazón acelerado—. ¿Esto es lo que hace ahora que me tiene lejos como pidió?—No, Ronan no tiene idea de que estoy aquí —se concentra en mí—. Piensa que he salido de vacaciones breves, ahora que Sakura está a su lado, piensa que solo la necesita a ella.Busco las excusas mentales necesarias para acabar con esta conversación que
REGINA Mientras voy en el auto, no dejo de mirar el anillo que adorna el dedo de mi mano, he aceptado ser la futura esposa de Cole, por dos razones, una, es porque mi padre tiene razón en algo, y es que necesito de toda la protección que pueda, ahora que soy de nuevo el blanco para los Yakuza, sé muy bien que Dante sigue en mi búsqueda, es algo que nunca he dejado de tener presente. Y dos… porque tengo que sacarme de la mente y del corazón a Ronan. No lo hago por mi hijo, sé, en el fondo, que él siempre va a ser su padre, y puede que si después de esto, no recupera su memoria, llegará un punto en el que le cuente lo sucedido con él a Emir, no le pienso ocultar toda la vida el hecho de que su padre nunca pudo estar en su vida por elección, tampoco seré de esas mujeres que le buscan un padre a sus hijos. —Hemos llegado —anuncia el chófer. —Gracias. Al bajar del auto, Liam ya me está esperando impaciente, siento que me asesina con la mirada, pero no dice nada y lo disimula bien, mi
RONANSe casará con otro, eso no debería importarme menos, el asunto es que lo hace, de algún modo, en mi interior nace una rabia y dolor que no recuerdo haber experimentado antes. Trato de mantener la calma, pero me es imposible, es que simplemente no puedo. Tenso el cuerpo en cuanto Sakura entra, la misma mujer que hice mi esposa, solo para joderle la vida a Dante, su hermano mayor. Sus ojos se enfocan en Liam y en mí, luego en… Regina Lombardi, la rabia domina sus gestos, veo el fuego de los celos en su mirada y siento náuseas al pensar que ella cree que tiene algún derecho sobre mí. —¿Qué significa esto? —pregunta caminando directamente hacia mí. —Lo que es —espeto y pongo mi distancia entre ella cuando trata de enrollar su brazo en el mío—. Liam y Regina Lombardi. Fija su mirada en la rubia de ojos verdes. Luego, rechina los molares. —¿Qué mierda hace una italiana en territorio de la Bratva? —Cuida tu lenguaje —exijo tomando asiento—. No quiero que piensen que mi mujer no l
REGINA—¿Qué es lo que intentas realmente? Escucho la voz de Liam a mis espaldas, quisiera decirle que nada en especial, lo cierto es que aunque no llegué a conocer bien a Mía Novikov, ella siempre fue amable conmigo en el poco tiempo en el que estuve a su lado. —Nada en especial —musito cerrando mi maleta. La misma que traje, hace poco más de una hora que le llamé a Kendra y a mi papá, avisando que iría a Londres por Mía Novikov, la madre de Ronan. No estuvieron de acuerdo pero me apoyaron, y eso es más que decir. —Te estás arriesgando demasiado. —¿Tú crees? —A Ronan no le agradó la idea de que fueras con él por su madre, el tema de Mía siempre ha sido delicado para él, así como nunca estuvo de acuerdo con que se casara con Lucas Moretti, es complicada su relación. Me giro y lo veo. —Pero ir puede que haga que recupere su memoria más rápido —expongo una pequeña posibilidad. Liam se queda callado, sus ojos me detallan con astucia. —Dime algo —merma el espacio entre los dos—.
REGINAMis manos tocan los hombros de Ronan, me aferro a él como si esto estuviera pasando en un sueño, o mejor dicho, en una pesadilla, él me observa con detenimiento, espabilo y me aparto de ahí. —Lo siento, Liam me ha empujado —me pongo en el asiento más lejano del padre de mi hijo—. No fue intencional. No dice nada, sus ojos me siguen detallando, luego, los vuelve a colocar sobre mi anillo. Hay algo en él que me recuerda al antiguo Ronan, solo es un destello, apenas visible para el ojo humano, pero ahí está, claro como el agua; rabia. Tal vez no se de cuenta de ello, pero incluso realiza una mueca fugaz que borra tan pronto como se da cuenta de que lo estoy observando. —Háblame de ti —dice de repente—. Liam me contó que nos conocimos por accidente, cuando tratabas de darme un par de contratos de tu jefe, que era el CEO de un bufete importante de abogados, y tú, una simple recadera. El que diga las cosas así, hace que me sienta ofendida. —Lo era, pero no se trata de un solo en