Veinte días despuésA Verónica le picaban los ojos por el deseo de llorar al ver la mirada de pena que su amiga le daba, pero había derramado tantas lágrimas durante esos días, que no creía posible que pudiera derramar una más. Le dolía tanto el corazón, que estaba al creer que era cierto que se podía morir de amor.—Cada vez que entro por la puerta de esta habitación me digo que tendré las palabras justas para borrar la tristeza que sientes, pero luego te veo y se me olvida todo, lo siento, soy una pésima amiga, la peor de todas —Pamella se sentía impotente, sin poder ayudarla.—Tus visitas son más que suficientes —Nicki intentó sonreír, pero lo único que consiguió fue, que sus labios temblaran mientras se curvaban hacia abajo.La tristeza subyacente que sentía era tan fuerte, que no veía en su futuro un rayo de felicidad. Que su madre no pudiera estar con ella en ese momento acrecentaba su sufrimiento, ni siquiera estaban en el mismo hospital. Su pensamiento voló hacia Mildred, a la
Ver cómo su madre se alteraba por algo que su padre le decía, afectó mucho a Verónica. Pero verlo correr como un cobarde sin avisar a un médico mientras el estado de salud de Mildred empeoraba, le hizo odiarlo. Una sensación ardiente que recorrió todo su cuerpo le hizo apretar la mandíbula por la ira hacia ese hombre que solo sabía hacer daño. Sintió náuseas solo de pensar que esa escoria era su padre.Sin hacer ningún comentario de lo que había visto, Nicki salió de la oficina donde le estaban mostrando el video. Detrás de ella, en silencio, Simon y Pamella se aseguraban de que no se hiciera daño y se abriera la herida. Cuando llegó a las puertas del hospital, se giró hacia su amiga y le pidió el teléfono que guardaba en la bolsa y Pamella llevaba para que no cargara pesos.—Necesito un favor, te puedes negar, pero espero que no lo hagas, es muy importante para mí —le dijo a Christian segundos después cuando él respondió la llamada.—¿Qué necesitas y para cuando lo necesitas? —Christ
—A la empresa, pero quiero que te quedes fuera. Luego necesito molestarte una última vez para que me saques de ahí.—No me molestas, te llevaré a donde quieras ir, pero creo que es necesario que descanses. —Christian acarició su rostro mientras le hablaba.—Este último viaje y descansaré como dices. Hacer esto es igual de importante —Un suspiro salió de los labios de Nicki, solo quería despertar y ver que todo había sido una pesadilla.El tiempo que demoró en llegar a la empresa se le hizo eterno. Mientras iba en el ascensor tomó varias bocanadas de aire. Luego fue directo donde estaban las dos personas que quería ver. Cuando entró a la oficina de la secretaria de William, caminó hasta donde estaba Magnolia, se paró frente a ella y sin esperar que se pusiera de pie, la abofeteó tan fuerte que el golpe se escuchó en la oficina de William.El golpe combinado con el grito de sorpresa de magnolia, hicieron que él saliera para ver que sucedía. Se sorprendió de ver a su mujer allí, le había
Verónica se quedó mirándolo con los ojos muy abiertos, preguntándose si aceptaba o no. Había sido una broma, pero no era mala idea, si se iba a con él, estaría lejos de William y todo lo que tuviera que ver con él.—¿Qué pedirás a cambio? —preguntó con suspicacia.—Nada, Verónica. Lo único que quiero es ayudarte —Christian quería mucho más que ayudarla, pero respetaría su dolor.—Muchos pedirían algo a cambio —Nicki bajó la mirada mientras hablaba.Él le puso una mano debajo del mentón para que lo mirara a los ojos —No voy a mentir, me gustaría tener contigo más que una amistad, pero no soy tonto. Sé que no es el momento ideal para intentar una aventura o una relación contigo. Puedes ir a mi casa, allí estarás segura, no solo de lo que quieras huir, también lo estarás de mí.—Quiero desaparecer, lo único que haré fuera de tu casa sería ir al hospital para poner en orden los documentos para el funeral de mi madre. Si te preguntan por mí, ¿qué les dirías?, ¿les contarías que me diste co
Verónica caminaba delante de los dos hombres con el cuerpo en tensión, sin dar siquiera una mirada hacia atrás. Los tres salían del hospital en completo silencio. A pesar de que se escuchaba ruido por dondequiera que pasaban, el silencio que ellos llevaban era casi ensordecedor. Ella se preguntaba que iba a suceder cuando salieran del centro hospitalario, ¿William seguiría en su postura irascible?, esperaba que no, deseaba que le diera los datos funerarios de su madre para darle una digna sepultura y luego alejarse de todo lo que la ligara a él.—Mi abuela nos espera en su casa, ¿quieres pasar por la nuestra para un cambio de ropa o vamos directo hacia allá? —William le hizo la pregunta nada más salir al exterior.—Hablaré con ella a través de una llamada telefónica. —respondió ella—. Y no, no iré a tu casa.—¿Te irás con él? —le increpó Will, mientras señalaba a Christian con un dedo acusatorio—. No sé qué te ha dicho para que confíes tanto en él, pero recuerda que tu esposo soy yo.
Verónica caminaba delante de los dos hombres con el cuerpo en tensión, sin dar siquiera una mirada hacia atrás. Los tres salían del hospital en completo silencio. A pesar de que se escuchaba ruido por dondequiera que pasaban, el silencio que ellos llevaban era casi ensordecedor. Ella se preguntaba que iba a suceder cuando salieran del centro hospitalario, ¿William seguiría en su postura irascible?, esperaba que no, deseaba que le diera los datos funerarios de su madre para darle una digna sepultura y luego alejarse de todo lo que la ligara a él.—Mi abuela nos espera en su casa, ¿quieres pasar por la nuestra para un cambio de ropa o vamos directo hacia allá? —William le hizo la pregunta nada más salir al exterior.—Hablaré con ella a través de una llamada telefónica. —respondió ella—. Y no, no iré a tu casa.—¿Te irás con él? —le increpó Will, mientras señalaba a Christian con un dedo acusatorio—. No sé qué te ha dicho para que confíes tanto en él, pero recuerda que tu esposo soy yo.
Sin dar créditos a lo que sus ojos veían, miró a William y murmurando, le preguntó que hacía aquella mujer allí. Él se encogió de hombros, tampoco entendía. Solo se le podía ocurrir que fue como hicieron otros empleados.Hope lo tomó por un brazo y lo acercó más cerca de ella —¿Qué hace Maggie aquí? Detenla y pídele que se vaya, no es momento, ni lugar para que haga otra de sus rabietas.Él miró a Nicki con una mirada llena de disculpas y se acercó a su vieja amiga.—Maggie, te pido amablemente que te retires. De todas formas, llegaste tarde, ya no tienes nada que hacer aquí-—Llegué a tiempo. Quiero que dejes de hacer el ridículo con esa cazafortunas. —le dijo ella entre dientes.—Verónica es mi esposa, no voy a permitir que le faltes el respeto. —William se estaba cansando de la actitud de Magnolia—. Vete, por favor. Te van a echar si no lo haces por tu propia voluntad.—¿Tu esposa?, ¿la llamas esposa? —exclamo Maggie moviendo una mano frente a su rostro—. Esa mujerzuela lleva vivie
—Bueno, ahora que estamos solas, que ya pasaron varios días del funeral de nuestra querida Mildred, se sincera conmigo, ¿qué hay entre Price y tú? —Pamella se acomodó en el sofá junto a ella—. Los comentarios sobre ustedes no han dejado de recorrer los pasillos de la empresa.—¿Solo en la empresa? —preguntó con sarcasmo Verónica—. Ya dejaron de quererme los Tanner.—No, ellos te adoran —respondió Pamella rodando los ojos—, culpan de todo a William.Había pasado casi una semana desde el funeral de su madre y ella continuaba viviendo en la casa de Christian. Cada vez que intentaba irse, él la convencía de quedarse. Ella no ponía mucha resistencia y terminaba aceptando seguir compartiendo la casa con él.Para muchos podía ser sospechoso, pero nada había sucedido entre los dos. Él respetaba su duelo y decisión de no querer nada por el momento.—Él es muy atractivo. No te juzgaré si tuviese un affaire con él. Estos días han sido muy estresante para ti —Pamella la conocía y sabía que no era