Verónica dejó caer los hombros, derrotada. Se estaba rindiendo, no podía seguir como estaba. La situación se complicaba con cada segundo que pasaba y ella tenía que cuidar el bebé que crecía en su vientre. El estrés de no saber qué pasaría al día siguiente le comenzaría a pasar factura en cualquier momento.—Me rindo, Hope. Lo mejor para todos es que lo deje irHope abrió la boca para protestar, pero la imagen que la mujer de su nieto estaba proyectando, le decía que no lo hiciera. Ella era muy joven para sufrir por el idiota de su nieto.—No quiero que te sientas presionada por mí. Entiendo por lo que estás pasando. Solo quiero que sepas que estaré aquí para ti, para ese bisnieto que tendrá el amor de toda la familia.—Lo sé. Quiero que sepa que no mantendré a mi hijo lejos de ustedes, lo verán las veces que lo deseen.—William se va a arrepentir de lo que está haciendo, intentará reconquistarte. Solo te pido que le des la oportunidad de pedir perdón, no te cierres cuando eso suceda.
—Tu presión arterial está muy alta, Verónica. El bebé no está creciendo con normalidad, está muy pequeño para el tiempo de embarazo que tienes. Necesito hacerte otros estudios, verificar lo que estoy sospechando. —El doctor no perdió tiempo y le pidió a la enfermera que incluyera otros análisis, aparte de los que ya habían hecho.—¿Y qué sospecha, doctor? —el corazón de Nicki le dio un salto en el pecho, el miedo de perder a su bebé la embargó.Pero él se negó a responder. Sin los resultados de los estudios, no podía darle un diagnóstico.Verónica pensó irse feliz del hospital, había esperado ese día con mucha emoción. Ver cuánto crecía su hijo le dio mucha ilusión, pero ahora no sabía que saldría en ese último examen.Mientras Nicki se alejaba del hospital, Magnolia no le quitaba la mirada de encima. Cuando llegó temprano en la mañana y espero fuera del edificio donde vivía William, su intención había sido salir del auto y molestar. Sin embargo, algo la detuvo, algo que le hizo segui
La sesión con el psicólogo fue un total fracaso. Por más que William lo intentaba, no lograba recordar. Para él, el especialista le hacía las preguntas equivocadas. Solo le pedía dos cosas: que analizara la relación que tenía con su esposa y la que creía tener con su amiga. Sin embargo, no llegaba a ninguna parte, seguía pensando que se tenía que divorciar. Decidido a acabar de una vez y por todas con Verónica, fue directo a su casa desde el consultorio del médico. Durante todo el camino repasó una y otra vez lo que le diría cuando la tuviera frente a frente. Sería directo y sincero.Sin embargo, cuando entró al apartamento no la vio en las habitaciones que acostumbraba a frecuentar. Siguió buscando hasta que la encontró dormida, acostada sobre el sofá. Varios papeles con dibujos de joyas en ellos, yacían esparcidos sobre ella y en el piso.William le pasó un dedo por la mejilla con cuidado, pero ella ni siquiera se movió para apartarlo. Dejando salir el aire en un suspiro profundo, é
La esperanza murió cuando él negó con la cabeza. Ni siquiera estaba seguro de lo que intentaba hacer al forzar su mente.Él se percató como los hombros de ella caían y quiso regresar el tiempo. Decirle que sí, que lo que intentaba recordar era el matrimonio que todos decían que tenían, pero él no recordaba ni un día de esa relación.—¿Puedo llevarte al trabajo? —William quería de alguna forma recompensarla y esa pregunta fue lo primero que se le ocurrió.—Hoy te agradezco si lo haces, quiero discutir algunos bocetos durante el camino —le respondió ella mientras recogía los papeles esparcidosCuando él intentó ponerse de pie para darse una ducha y vestirse para el día que le esperaba, un grito de Nicki lo sobresaltó. Sin embargo, fue tarde, con sus pies descalzos, pisó los cristales de la botella rota que estaban sobre la alfombra.—El ruido de la botella rompiéndose me despertó. Soy una tonta, ni siquiera te avisé —Nicki se acercó a William y leo hizo sentarse.Los pies de él, comenza
Magnolia estuvo frente a la casa de Hope hasta se apagaron las luces. Esperaba que en algún momento William se fuera su casa o enviara a verónica con el chofer. Pero ninguna de las dos cosas ocurrió y ella sabía que dormirían en la misma habitación. La familia de él no hacía más que acercarlo a su esposa. Pero ella no se dejaría vencer y a la mañana siguiente, se presentó en la casa sin avisar. La familia al completo estaba alrededor de la piscina, pasando una mañana entre risa. Risa que se esfumó cuando llegó ella.—No molesto, ¿verdad? Es que llegué a la oficina y al no ver a Will, supuse que estaba aquí —A ella no le molestaban las miradas incómodas, las disfrutaba.—No molestas, Maggie —le dijo William al ver que nadie le decía nada—, eres bienvenida cada vez que desees venir.—Eso pensé, por eso me atreví a venir sin avisar —Magnolia tuvo que hacer lo imposible para no mirar a Verónica. Sus ojos querían buscarla y reírse de su cara de sufrimiento.No la miró en ningún momento, pe
Tres días despuésA William no le dio tiempo de llegar donde estaba Verónica. Solo pudo ver cómo ella caía en el agua y se hundía en el fondo sin que él pudiera hacer algo para ayudarla. La desesperación lo embargo cuando vio que no subía a la superficie y solo algunas burbujas flotaban sobre el agua. A gritos comenzó a llamarla, pero solo le salían graznidos ininteligibles de la garganta. Ni siquiera podía tirarse dentro de la piscina, algo que no lograba discernir que era, lo agarraba de los brazos impidiéndole rescatar a su esposa.Un grito lleno de angustia lo despertó. Esa vez recordó cada detalle del sueño. Sin poder contenerse, corrió a la habitación donde dormía Verónica. El sueño fue tan vivido, que tuvo que ir para hacia donde estaba ella, para asegurarse de que estaba bien.Desde la puerta, la observó dormir. Ella se veía en calma, sin daño aparente. Inhaló y exhaló varias veces para controlar la respiración. Estaba tan alterado, que creía posible que Verónica despertara po
Verónica sentía tanto miedo, que no reconoció la voz del hombre. Solo cuando levantó la mirada y la fijó en su rostro, reconoció a Christian. El cuerpo se le debilitó y Las rodillas le comenzaron a temblar por el alivio cuando descubrió que estaba a salvo. Sin embargo, la sensación de angustia provocada por el miedo, continuaba allí, impidiéndole hablar.—Te ves pálida, ¿qué sucedió?, en tu rostro se puede ver el miedo que estás sintiendo —Christian estaba preocupado, era evidente el terror en los ojos de la mujer.—Estoy casi segura que dos hombres me siguen. Tengo miedo que me hagan daño a mí o al bebé —respondió ella y dio una mirada nerviosa hacia el lugar por donde había venido.—¿Estás segura?, vi transeúntes caminando con normalidad —Él también miró en la misma dirección que ella, luego lo hizo alrededor, pero no vio a nadie sospechoso.Las mejillas de Verónica se colorearon de rojo por la vergüenza. No quería que Christian pensara que era una loca paranoica. Pero había sentido
William observaba el sobre que contenía el informe de los exámenes médicos de Verónica. Mientras, daba golpecitos con un dedo encima del escritorio de la oficina que tenía en casa. Esperaba por ella para conocer los resultados. Sin embargo, ella demoraba y eso lo tenía de los nervios. Miró por enésima vez el reloj, que, para él, las manecillas caminaban muy lento. Decidido a esperar, continuó revisando la documentación de un informe que llevó para trabajar en la casa. Pero veinte minutos después, tomó el sobre entre sus manos, no esperaría más por su esposa, conocería el resultado, aunque Verónica no estuviera presente.Después de rasgar el sobre y sacar las dos hojas de papel que venían dentro, William se quedó paralizado cuando leyó el resultado. No conocía el término médico que estaba en el informe, pero aconsejaban terminar el embarazo.Con las manos temblorosas por el impacto de la noticia, William marcó el número telefónico del galeno, que su abuela le había dado. Podía buscar