En la tarde, cuando verónica visitó a su madre en el hospital, tuvo que explicarle casi, nada más llegar, porque tenía vendas en algunas partes del cuerpo. Trató de no mencionar mucho, a la amiga de William, no quería darle preocupaciones de más a su mamá.—Tu jefe es muy atento contigo, ¿tienen algo ustedes dos?—Él es así, ya te lo dije, lo mismo hubiera hecho por otro empleado.—Es un hombre muy guapo —insistió Mildred.—Lo sé, lo veo a diario. Pero, aun así, no tenemos nada —le dijo Verónica.Mildred la miró con suspicacia, pero no siguió insistiendo. Conocía a su hija, en cuanto estuviera lista, le contaría lo que estaba sucediendo en su vida.No obstante, las sospechas de que su hija y William tenían más que una relación laboral, se incrementaron cuando él fue por Verónica para llevarla a la casa. Mildred no veía normal, tanta amabilidad. Incluso, llevó flores para ella.—Nicki es mi única hija, solo tengo tiempo para cuidarla a ella. Si me hubiese enterado antes, lo que hizo el
Cuando terminaron la jornada laboral, por pedido de Hope, fueron a la mansión. La anciana quería tener una cena en familia. Pero en cuanto llegaron, Hope se dio cuenta, que debajo de las sonrisas que mostraban había algo que no decían. ¿Qué era ese algo?, era lo que iba a descubrir.—¿Está todo bien entre ustedes? —preguntó de forma casual.—Sí, abuela, todo está perfecto entre nosotros —respondió William rodando los ojos.—¿Eso quiere decir que me darán un bisnieto pronto? —la anciana se preguntó si había ido muy lejos con su duda, sin embargo, no se retractó.Verónica y William se miraron con incomodidad, mentir, diciendo que tendrían un hijo, era ir muy lejos con la mentira.William encontró una distracción, le dijo a su abuela que le exigiera a Simon casarse, así tendría a todos sus nietos en pareja y no tendría que poner todas sus ilusiones en él. Recibió una palmada detrás de la nuca de parte de su hermano, Simon se sentía muy bien siendo soltero, por el momento, no quería casar
—Lo acepto —respondió Verónica, moviendo el papel haciendo que temblara mientras lo movía.—Sabía que eras de esas mujeres. No me equivoqué —Magnolia creía que había sido fácil deshacerse de ella.—No, no te equivocaste. Lo tomaré y gastaré, me lo merezco —dijo Verónica con ironía. Luego abrió la puerta del automóvil, se bajó y levantó la mano que traía el papel—. A William le va a gustar el vino que compraré con este dinero.Dejó a Magnolia con la boca abierta, que por un tiempo se quedó congelada dentro del vehículo. No se esperaba que la mujer de William actuara así, ni que le fuera a mostrar el cheque. Cuando Nicki comenzó a alejarse mientras reía, se bajó y fue detrás de ella. No la dejaría poner a William en su contra, así que la abrazó por detrás y comenzó una lucha para detenerla. Nicki trató de liberarse, pero la mujer no aflojaba el agarre. No lo quedó más que tirar el codo hacia atrás y dale un golpe en el estómago.—No vuelvas a tocarme. No seré tan suave como ahora —le ad
Desde que se abrió la puerta, Verónica vio algo distinto, pero estaba tan emocionada contándole lo que pensaba hacer, que no prestó mucha atención a su alrededor.Pero cuando entró por completo, no pudo dejar de observar a su alrededor. El salón tenía una decoración con temática de San Valentín. Había velas esparcidas por toda la habitación creando un ambiente romántico. Y cuando William se alejó de ella y regresó con un ramo de rosas. Su corazón se derritió.—Mi abuela me dijo que no podía dejar pasar por alto tan importante celebración. Espero que no te importe lo que hizo para nosotros.—Adoro a tu abuela. Que ella tenga estos detalles, me hacen quererla un poco más —respondió ella, estaba un poco decepcionada porque no había salido de él ese gesto tan romántico, pero de igual modo, seguía emocionada por la sorpresa.—Hope también nos preparó una cena. Me dijo que era muy especial para ti, que te iba a gustar en cuanto la vieras —le informó él, llevándola al comedor para que viera
La relación de Verónica y William se fortalecía con los días. Para todos, era evidente que estaban pasando por su mejor momento. Las miradas enamoradas que se dirigían cuando pensaban que no eran observados, despertaba ternura entre los espectadores. En el trabajo las cosas fluían mejor. Sin Franklin, frente al departamento de diseño, los joyeros aportaban ideas para propuestas novedosas que podrían impulsar el consorcio Bijoux. La familia Tanner estaba cada vez más comprometida, aunque se recriminaban por no relacionarse más con la empresa cuando Aaron Tanner vivía.—Mi Aaron construyó un imperio de la nada, estaría encantado de ver cómo continúan su legado —les dijo Hope a sus nietos, en una de las reuniones familiares que ella misma planificaba.William, Simon y Emmet, cada vez que veían la felicidad de su abuela con cada nuevo logro, se convencían más, que regresar, para que no fuera a la quiebra, la empresa que tanto les había dado a sus abuelos, había sido un acierto.Después de
Verónica estaba abandonando las oficinas, cuando recibió una llamada de un número desconocido. Frunció el ceño preguntándose quién podía ser. Pensó que podía ser Magnolia. La mujer había intentado, dos días después de la boda, contactar a William después de protagonizar el espectáculo bochornoso, donde intentó dejarla mal frente a los invitados. Guardó el teléfono en el bolso, no quería darle ni un poco de su tiempo, sin embargo, la persona que llamaba fue insistente. Ella volvió a sacar el dispositivo móvil y respondió, podía ser alguien de la empresa intentando contactarla, algo que dudaba porque acababa de salir, pero no podía descartarlo.—¿Nicki?, ¿eres tú, cariño? —un hombre habló del otro lado de la línea cuando ella respondió.Que le hablara con tanta familiaridad la sorprendió. Ella no reconocía la voz.—¿Usted quién es? —inquirió Verónica, sin responder la pregunta.Del otro lado de la línea hubo silencio. Luego, el sonido de alguien aclarándose la garanta, rompió el mutismo
Cuando William llegó a la casa, encontró a Verónica sentada en el piso del salón tomando vino. Todo indicaba, por la botella medio vacía que tenía al lado, que llevaba un tiempo largo, tomando de la bebida. Cuando ella levantó la mirada hacia él, vio que lloraba.—¿Quieres contarme qué sucedió? —le preguntó él, mientras se iba quitando la americana del traje. Luego desabotonó las mangas de la camisa y se sentó a su lado.Ella no respondió, se recostó a él y siguió llorando. William fue paciente. No hizo preguntas, no se movió de su lado. Quería ser el apoyo que ella necesitaba si estaba alegre o si estaba triste. Cuando ella no tenía más lágrimas para verter y se durmió en sus brazos, la llevó a la habitación para que descansara. Y mientras le llegaba el sueño, hizo planes para los dos.Planes que llevó a cabo nada más despertar.—¿A dónde quieres ir? —preguntó ella creyendo que había entendido mal.—Iremos a disfrutar de un día a solas. Visitaremos lo mejor de ese pueblo.Verónica si
Una semana después, Magnolia esperaba por Hope, en el salón de la casa de la anciana. Iba a apelar a la bondad de la mujer. Quería pedirle que intercediera entre ella y William. Él, a pesar de la amistad de años que tenían, no quería recibirla.—Maggie, querida, tengo un compromiso, pero ya que estás aquí, te daré unos minutos de mi tiempo. A ver, en que puedo ayudarte —A Hope no le gustó la actitud que tuvo la joven con la esposa de su nieto, pero por respeto a los años que la conocía la recibió. —Y yo se lo agradezco, Hope, de todo corazón —Magnolia pensó que la anciana mentía, ¿qué compromiso podía tener una vieja viuda?—. No me llevará mucho tiempo, vengo a pedirle ayuda.—¿Ayuda?, ¿sobre qué?, no creo que esta anciana pueda ser de mucha ayuda —una sonrisa de burla hacia ella misma, afloró en los labios de HopeMagnolia se movió con incomodidad en el sillón en el cual estaba sentada. Conocía a Hope, sabía que le sonreía, pero había perdido un poco de su simpatía. En otros tiempos