Capítulo 3. Destierro y sufrimiento
Milenka Müller
Por más que quiso comunicarse con su hermana Yulenka nunca pudo lograrlo, y en casa sus padres esperaban a Milenka con mucho enojo, ella debió llegar con su hermana, no tenía permiso de quedarse en ningún otro lado. Eso sería un duro castigo para ella y lo sabía muy bien.
Milenka, al ser la hermana mayor, debía dar el ejemplo, por eso Yulenka la odiaba, porque sus padres no dejaban de compararlas y este era un triunfo sobre su hermana gemela, sabía que sus padres la iban a repudiar, ya les había llegado la noticia de que se había escapado de la celebración con un hombre ajeno a su círculo de amigos.
– ¿Se puede saber dónde estabas? Tu hermana llegó hace horas.
Su padre la recibió con esas palabras en cuanto entró por la puerta, ya todos en la manada White Claw sabían de su desliz, secretamente Yulenka había corrido la voz y ninguno de los miembros de la manada se atrevió a ir en su búsqueda. Las sanciones del alfa Müller eran muy duras.
–Lo siento, padre, al no encontrar a Yulenka la esperé en la discoteca hasta que pude buscar un transporte que me trajera hasta la mansión.
La mente de Milenka se quedó en blanco, con el teléfono descargado y sin dinero, tuvo que esperar hasta que pasara un auto y pidió que la ayudaran a llegar a su casa, no les podía decir a sus padres la verdad y sentía la mirada asesina de su madre clavada en ella.
Había perdido su virginidad con un hombre que no conocía.
–No me vengas con esas Milenka, ahora no me vas a servir para nada, ya ningún alfa se va a interesar en ti, todos se enteraron de que te fuiste de la discoteca con un hombre desconocido. Estás castigada y nunca vas a salir de esta casa.
–Todo fue mi culpa padre, descuidé a mi hermana y ya después no pude hallarla.
Las lágrimas se notaron en los ojos de Yulenka, estaba actuando de la mejor manera posible, ahora si se iba a deshacer de su hermana gemela para siempre, nunca le había gustado tenerla a su lado, le estorbaba para todo y ahora si sería la elegida de sus padres.
–Siempre has sido muy protectora, Yulenka, pero esta vez nada podrá ayudarla,
–Eres la deshora de la familia, no te quiero ver, hay que hacer algo Gustav, ella no se puede quedar en la manada, tendremos que exiliarla, para que aprenda su lección.
Sus padres no serían capaces de encerrarla de por vida, estaba bien que se había equivocado, había cometido un grave error, pero era su hija.
–No, Anna, ella se quedará aquí, será un castigo para ella, así que desde ahora serás ayudante en la cocina.
A Yulenka se le iluminaron los ojos al escuchar esas palabras, su hermana sería rebajada a ayudante de cocina, después de haber sido la favorita, la heredera al trono, se iba a quedar para siempre de sirvienta.
–Padre, no puedes hacerme esto.
–Puedo y lo haré.
Pasaron los días y Milenka era tratada como una empleada más de la manada, servía a sus padres y a su hermana y solo recibía un plato de comida al día, ni siquiera a los demás empleados los trataban de esa forma.
Hasta que un día después de haber trabajado todo el día y sin haber comido, se desmayó en medio del comedor, tirando al suelo toda la comida que llevaba.
–Llévenla con el doctor y en cuanto se recupere que venga a seguir trabajando, debe pagar toda la comida que ha tirado al piso, es una inútil.
–La acompaño, padre, deja que yo la lleve a que la revisen.
Yulenka sabía muy bien que era lo que le sucedía a su hermana gemela, tenía todos los síntomas que tenía su hermana y no pudo más que alegrarse, su plan estaba funcionando a la perfección.
–Muy bien, espero que esto no sea una treta para no trabajar.
Llegaron a la clínica y de inmediato el doctor las hizo pasar, no podía dejar a la pobre niña esperando, no le gustaba como el viejo Alfa la trataba mal.
– ¿Qué le ha pasado?
–Edmund, mi hermana se ha desmayado en el comedor, creo que está demasiado cansada.
–Me da mucho gusto que tú sigas ayudando a tu pobre hermana, Yulenka, deja que la revise y te diré que es lo que le sucede.
Ella dejó que el doctor le tomara los signos vitales a Milenka y esperaba que lo que sospechaba fuera cierto, si su hermana estaba embarazada tendría que llevársela lejos, sus padres iban a querer que interrumpiera el embarazo.
Edmund revisó a Milenka y no le gustaba el grado de desnutrición de la niña, y también le hizo una prueba de embarazo, al escuchar lo que había sucedido dos semanas atrás, no podía descartar esa posibilidad y efectivamente, los resultados se lo confirmaban, Milenka estaba embarazada.
– ¿Dime Edmund, como está mi hermana?
–Esto no puede salir de esta habitación, tu hermana está embarazada y tenemos que protegerla, tu padre no se debe enterar, podría atentar contra la vida de Milenka.
Ni Yulenka, ni el doctor se habían dado cuenta de que Milenka había salido detrás de Edmund, había escuchado todo lo que él le estaba diciendo a su hermana.
–Eso no puede ser doctor, no me puede estar pasado esto a mí.
Había pensado que la mala suerte la estaba acompañando desde que había cumplido sus 18 años, nada estaba saliendo como ella había pensado, ya no iba a poder estudiar lo que tanto le gustaba hacer, por eso había aceptado ser la ayudante de cocina de la mansión sin oponerse.
Empezó a llorar, estaba perdida, su padre la iba a encerrar de por vida, no sabía que iba a hacer con un bebé, pero tampoco podía hacerle daño, su mente estaba agobiada de tanto pensar en su futuro y en el del bebé.
–Entre los dos te vamos a ayudar, deja que busque un lugar donde puedas estar, y donde yo vaya cada determinado tiempo, nadie debe sospechar de mis visitas, no dejaré que nada te pase.
Edmund las había traído al mundo, ayudó a la reina Anna a que ellas nacieran, como buen médico esperaba que Milenka quisiera quedarse con su hijo. Obviamente, él tendría que atenderla todos los meses.
–Sí, hermana, el bebé no tiene la culpa de lo que te ha pasado, si no estás preparada, yo te apoyo en la decisión que tomes.
Milenka no supo que decir en esos momentos, todo en su cabeza daba vueltas, necesitaba pensar con claridad que era lo que iba a hacer, traer un bebé al mundo no era tarea fácil y menos ahora que sus padres supieran del resultado de aquella noche.
–No te preocupes, hermana, yo te ayudaré a que tengas a tu hijo, nuestros padres no te pueden obligar a hacer algo que no quieres.
– ¿Pero qué voy a hacer con un bebé?
–Lo cuidaremos entre las dos, les diré a nuestros padres que me iré a la universidad y así te podrás ir conmigo, pero nadie debe saberlo.
Ella ve a su hermana con una mirada voraz, ese bebé va a ser su amuleto, y lo va a robar. Su hermana nunca sabrá eso por su estúpida inocencia.
–Está bien hermana, gracias por ayudarme, no tengo en quién más apoyarme.
–Ya les dije que encontraré un lugar para las dos, no dejaré que te toquen, eres mi paciente y de aquí no saldrá ni una palabra.
Yulenka estaba que brincaba de la emoción, nadie iba a saber que Milenka esperaba a su bebé, que estaba embarazada, ella se haría cargo de todo para que estuviera bien hasta el día del nacimiento del bebé. Sus esfuerzos por fin darían frutos.
Capítulo 4. La búsqueda del Alfa con amor Ramsés Keller Habían sido dos semanas agotadoras para el Alfa y sus guardias de seguridad y todas las posibilidades se habían agotado, por más que buscaron en todos lados, nadie conocía a una loba con las características que tenía la Luna del Alfa Ramsés. Desgraciadamente, todo el esfuerzo que habían empleado fue en vano. El Alfa, se paseaba de un lado a otro por todo su despacho, demasiado inquieto, demasiado agotado de tanto pensar y padecer, desde que había desaparecido su loba, no podía dormir como lo hacía antes de conocerla. Su vigilia era permanente y no podía descuidar sus otros deberes, aunque para eso estaba su Beta al mando. –Puedo sentir que ellos están en peligro, pero se me escapa su olor, algo está impidiendo que los encuentre, daría mi vida entera por tenerlos aquí conmigo. En sus sueños siempre estaba ella, era tan real que volvía a experimentar todo lo que había pasado esa noche y parte de la mañana siguiente. Solo había
Capítulo 5. Toda maldadMilenka Müller Meses después Milenka estaba sumida en lo que pensaba, era una pesadilla, sofocada y delirante, se había tomado una taza de té que su hermana le había preparado, pero empezó a sentir sueño al momento de haber dado el primer sorbo. Y ahora estaba sudando frío. Se había quedado profundamente dormida, pero empezaba a experimentar algo que le causaba dolor en sus brazos. Tenía el vientre duro y pensó que el bebé se había adelantado, algo que el doctor le había dicho que podía pasar.Abrió los ojos y varias mujeres le sujetaban los brazos y sus piernas las mantenían abiertas atadas a los pieceros de la cama. No entendía que era lo que estaba pasando.Ataron sus brazos y piernas, impidiéndole moverse, y ella tenía miedo que le hicieran daño al producto de una noche de pasión de hacía 8 meses, donde perdió su virginidad y no supo con quién. Pero que cuidaba celosamente porque no se iba a deshacer del resultado, de lo que sucedió aquella noche.Daría
Capítulo 6. Nacimiento apresuradoRamsés Keller Como si se tratara de un sueño, pero muy real, Ramsés, despertó de su estupor, presentía el nacimiento de su hijo, de su heredero, pero sabía que algo no estaba saliendo bien, solo habían pasado ocho meses. Debía ponerse en marcha, su Luna lo necesitaba a su lado.Salió como pudo de su habitación y de inmediato fue recibido por su Beta, Usher estaba muy al pendiente de todos los movimientos del Alfa, desde el día anterior lo había visto muy inquieto, incluso más de lo que había estado los días anteriores, y ahora se enteraría del porqué de sus acciones.– ¡Hoy es el día, mi hijo está por nacer! Tenemos que salir a buscarlos, algo me dice que las cosas no están bien.Nada ni nadie le podía sacar de la cabeza que su primogénito, su heredero, estaba pronto a nacer, bajo un sufrimiento que era parte de él mismo. Su corazón se lo gritaba, su piel se calentaba a cada momento y necesitaba respira fuera de esas cuatro paredes que habían sido su
Capítulo 7. Con garras y colmillos los defenderéMilenka Müller No muy lejos de donde se encontraban los guardias de seguridad del Alfa Ramsés, sin detener la búsqueda de la Luna del Alfa, estaba sucediendo algo increíble, pero a la vez perturbador. Nadie se lo hubiera imaginado nunca, como esas mujeres, podían actuar de manera tan fría y despiadada.En ese momento el bebé que tenía la matrona en las manos emitió un potente llanto, como un aullido de dolor, como sabiendo que se encontraba en grave peligro. Milenka se llenó de odio hacia su hermana, ella defendería a sus hijos con garras y colmillos. No los iban a poder tocar.La partera le entregó el bebé a Yulenka, y esta sonrió llena de poder y triunfo, por fin tenía en sus manos al bebé que tanto estaban esperando. Ella sería la reina del territorio Keller. De eso no iba a quedar ni la menor duda. Miró al bebé, lo acarició con delicadeza y le dio un beso en la cabeza.– ¡Dame a mi bebé!Gritó Milenka, pero nadie le prestó atención
Capítulo 8. El heredero ha nacidoRamsés Keller Los doctores mantenían a Ramsés bajo los efectos del sedante, pero estaba en un terrible episodio de delirios, la fiebre le había aumentado y parecía que se iba a consumir por dentro. De los labios del Alfa lograban escuchar entre lamentos un nombre, parecía que definitivamente se trataba del nombre del príncipe heredero. Alexey. No sabían si era el nombre que él había elegido o si en verdad así ya lo habían nombrado.–No debemos dejar que suba la fiebre, llenemos la bañera con hielos para que sea introducido en ella, no debemos dejar pasar más tiempo.Uno de los doctores que llevaba los signos vitales del Alfa lo había sugerido, de alguna manera tenían que ayudar al Alfa a que su temperatura volviera a la normalidad.El Alfa Ramsés, luchaba entre la conciencia y la inconciencia, veía entre sueños a su hijo, lo escuchaba llorar, como si estuviera en grave peligro, pero en otras ocasiones, lo miraba alegre, jugando en el patio del castil
Capítulo 9. Segundo bebéMilenka Müller Mientras en aquella cabaña seguía la lucha de supervivencia de la joven loba. Otras dos mujeres entraron a ayudar a la matrona, Yulenka no se había confiado de un todo que ellas pudieran matar con facilidad a su hermana, por eso había mandado a esas otras mujeres, pero al entrar vieron que la chica estaba sometida.La matrona había aprovechado ese momento de debilidad de la chica y la sujetó de ambas manos, pero Milenka se soltó y la tomó por el cuello, haciendo que este tronara de un solo movimiento. Había caído la primera de las hienas que la habían sometido.La horda enardecida de las ayudantes, al ver a la matrona tirada en el suelo sin vida, no se hizo esperar, pero la pequeña señorita Müller, era más rápida que ellas, tomó la cuerda que estaba aún en la cama y de un solo movimiento de su muñeca, lo enredó en el cuello de dos de ellas. Jaló y sonó un chasquido en la habitación.Milenka sacudió la cuerda y las mujeres cayeron al piso. Su mi
Capítulo 10. Alexey KellerRamsés Keller Usher llegó hasta donde se estaba formando el gran alboroto, sus ojos no daban crédito a lo que veían, ante él se erguía la luna de la manada con un bebé en brazos que los presentes no dejaban de mirar. Pues el bebé irradiaba tal magnetismo que todos querían verle la cara.–Beta Usher, este es el hijo del Rey Ramsés, nuestro Alfa ya es padre.Miró a la joven y al recién nacido en sus brazos, sin duda alguna ese era el hijo del Rey, no se necesitaba ninguna prueba más que ver a la chica que hacía 8 meses se había ido con el Alfa a esa habitación del gran hotel.– ¡Rápido, el Alfa los necesita!Los tres se encaminaron, con celeridad, hacia la habitación del Alfa, pero antes de que llegaran a subir los primeros escalones, el Alfa ya estaba bajando como si de un tornado se tratara y más atrás venían los antiguos reyes. Se habían sorprendido de la rapidez con la que se había recuperado su hijo.–Mi luna, has traído a mi heredero, estaba esperando e
Capítulo 11. El día del ataqueMilenka Gauthier y Alexis Gauthier Cinco años después La dueña de los restaurantes más prestigiosos de todo el mundo, Restaurantes cinco estrellas Gauthier, Milenka Gauthier, se encontraba en su despacho atendiendo a uno de sus más atentos clientes, Gael Park, los restaurantes estaban teniendo una verdadera bonanza en los negocios, estos aparecían en las mejores notas de las revistas.–Te vengo a felicitar Milenka, es un honor para nosotros que vengas a enseñarle a nuestros pupilos los mejores platillos de talla mundial.Ella vio cómo se le acercó demasiado, cuando le dio ese beso en la mejilla y traía un fuerte olor a alcohol, era tan raro verlo así, pues nunca había sabido que tomara de esa forma.–No es nada Gael, estamos a mano, tú me ayudaste cuando necesitaba abrir mi primer restaurante y es de amigos apoyarse mutuamente.Trató de alejarse, pero Gael se mantuvo muy cerca, era como si la estuviera acosando sin tener ningún pudor. Eso no le estaba